Yo ando buscando un verso en que cupieran doscientas mil ideas que le asaltan a mi cerebro. Y mitigar supieran las dudas que en mi mente se atragantan.
Soy viejo. Y es por eso que yo recuerdo a Franco, el gran liberador, omnímodo y caudillo, que al pueblo adoctrinó de un modo muy sencillo. Constancia aquí he de hacer creando este estribillo...
Éramos pocos y parió la abuela. Vino el Covid y nos jodió la vida pegándonos un golpe con su espuela, sacándonos de cuajo alguna muela, y haciendo que sangrara por la herida.
Al alba fue. ¡Ardió Paris! Una gran pira le sorprendió a esa ciudad bella, dormida. De rencor se inundó, de sangre gris, de abatidas pavesas a su alma haciendo mella....
Los hombres, los que dicen ser humanos, los mismos que se van tirando pedos, metidos como están en sus enredos cogiendo van la mierda con las manos y echando sin pudor a otros hermanos...
Era tan poca cosa que andaba a ras de suelo, tan falta de señuelo que alguien pisó al pasar, fué migaja en la risa o un suspiro en el duelo, sin rumbo decidido ni espacio, ni lugar.