Como la arena que arrastrando van las olas, aprovechándose de la fuerza del viento, existe gente que maneja el sentimiento para acercar hasta su altar las caracolas, contándoles un cuento.
Con sus pétalos, su olor, una flor, esa cosa tan sencilla que hizo dios ¡qué maravilla! ¡qué matices de color! que al amor le deslumbra y aun más brilla.