Los dioses, esos seres inventados al ritmo que nacieron los idiomas, poniendo así los puntos y las comas, al cielo en que aparecen los nublados, renacen los enfados y las bromas.
De nacaradas fuentes mi espíritu ha saciado inalcanzables ansias de experiencias de vida, ha estudiado corrientes del uno y otro lado y apagando los fuegos de la verdad vertida.
Amira significa en árabe princesa. Amira huele a espliego, tomillo y mejorana, frescura es de la escarcha y el sol de la mañana. Amira sabe a besos, bocaditos de fresa.
Admiro a los que saben más que yo, que hay miles, dije miles, que hay millones, me suelo enriquecer con sus lecciones, mas nunca a los que dicen dios premió, que dando van sermones.
Cuando la tarde cae las flores se marchitan, llega el amanecer y sus pétalos se inundan de la escarcha, sale el primer sol de la mañana y sus hojas reflorecen y nuevamente por la tarde languidecen.
Tan duro era ese niño de pelar que puesto a hacer perder la compostura, -si adulto se diría un caradura-, dejaba sin aliento al verbo amar pues no paraba nunca de incordiar...