Mi poema: HAGAMOS UN PACTO Mi poeta aquí sugerido: Salvador García Ramírez

Hagamos un buen pacto. Tú me dices
aquello que de mí menos soportas,
volvamos a ensayar distancias cortas
sin tapujos, engaños, ni matices.
Hagamos un buen pacto. Tú me dices
aquello que de mí menos soportas,
volvamos a ensayar distancias cortas
sin tapujos, engaños, ni matices.
La torre de la iglesia, las campanas,
desnudas de cintura para abajo,
no pueden presumir ya de badajo,
parece de tocar no tengan ganas
al ver que el cura aflige cabizbajo.
Yo soy de tierra adentro,
yo vengo de un humilde pueblecito herido por el viento,
en donde en las frías noches del riguroso invierno
a la luz de la hoguera de mi humilde cocina,
después de una jornada sudorosa y cansina
mi idolatrado padre me contaba algún cuento
de hadas, de princesas o rufianes.
Yo vengo de esos lares.
Yo soy de tierra adentro.
Pusieron una calle con su nombre
haciendo a la figura un homenaje
con una placa enhiesta en el paisaje
honrando pues que fuera gentilhombre,
que siempre destacó por su linaje,
Se llamaba José y era mi amigo,
jugábamos al mus en cualquier parte,
pero un día se fue, no fui testigo,
le llamé y le busqué y aun hoy lo sigo,
pues nadie se ha de ir sin avisarte.
Hoy he decidido, por fin, mandar a paseo a mi cerebro.
Ya estoy harto de sus insinuaciones.
¡Qué agobio! ¡Siempre detrás de mi!
A todas horas escuchando sus letanías y canciones,
¡el muy canalla!
se pasa todo el día dándome consejos y lanzándome requiebros:
ahora dices esto, ahora calla...
Los canes van pasando por mi lado,
me miran y sonríen,
no quiero ni pensar de mi se ríen,
¡cuidado, con que algunos desafíen!
que así tengan trotar desenfadado
no admiten que les píen.