Hoy he vuelto a sentarme en ese asiento el mismo en que lo hacía cuando niño y he visto reflejado su cariño, pareciera que estaba muy contento y hasta pude observar me hacía un guiño.
Y un día lo impusieron, un amigo ¿mas si yo no le conozco? eso es igual, es por tu bien, verás que es muy leal, silencioso y que siempre irá contigo, compadre de fatigas más cabal.
Ya sé, no soy su amigo, no conoce ni sabe na' de mi, de mi existencia, mas digo que es mi amigo, su presencia, -se dice que el cariño lo hace el roce-, la siento cuando estoy entre su audiencia.
Amigo, tu amistad a mi me enorgullece cual río sin parar que llega al mar y crece, o el vino que en la bota termina haciendo añejo el afecto es más grande y nuestro amor más viejo.
Amigo, sé que existes pero no sé tu nombre, yo nunca lo he sabido ni lo quise saber, y es que por tus poemas sólo he podido ver de alguna pincelada, tu nick o sobrenombre.
Quiero saber, amigo, si así puedo llamarte, si puedo tutearte pues que aún no te conozco, sólo sé de tus versos donde admiro tu arte y que disfruto contigo, aquí lo reconozco.
Tú, lector. que me sigues y asistes a mis cuitas, sabes de lo que hablo, cuando me contradigo, que en mis versos naufragas, indigente y mendigo, y con tanta zozobra en el cieno tiritas.
Amigos míos todos los humanos, permitir que hoy a todos diga amigos, seáis, budistas, moros o cristianos, blancos, negros, azules, bosquimanos o ricos o mendigos.
Amigo mío de mente perezosa, no sabes cuánto en invierno aquí hace frío las aguas fluyen siempre en el mismo río, y hasta la rosa siempre es la misma rosa.