Tu mirada limpia y cristalina rebota en cristales opacos. Vidrios sin alma, sucios… mugrientos que relucen abrillantados de lujuria y egoísmo. Tus ojos interrogantes, no obtienen respuesta. La faz humana ladea su mirada; así todo es más fácil. ..
Aprendo. Cada día yo algo aprendo, que nunca yo echo nada en saco roto. Cada día me monto en esa moto, a aquel que no se monta no le arriendo ganancias al piloto.
La puerta de mi casa siempre abierta la tengo por quien quiera visitar, no tiene que llamar, ni existe un aldabón en esa puerta y espera al visitante siempre alerta poderle saludar.
Un burgalés de Pro, un castellano, el mismo que del Cid lleva coraza, en vez de pedir pan pide una hogaza, le gusta si es candeal. Y al que es hermano jamás lo despedaza.
Hoy he venido a verte y tú no estabas, y he debido volverme sin te viera, acuérdate que no es la vez primera, que nunca yo ignoré de que abusabas por eso del que espera desespera.
Quizás lo que he vivido no sea cierto, quizás alguien sospeche que he mentido, quizás es que haya andado ciego o tuerto, quizás es que haya sido un desvalido.
Un grillo se ha incrustado en mi mollera no para de gritar, ¡maldito grillo!, le trae a mal traer a mi sesera. No puede razonar como cualquiera por culpa su estribillo.
Se fue como el que sufre de un infarto no supo soportar los desamores que acuden de la mano de traidores diciéndole a la vida ya estár harto de flores sin olores.
Ya pierdo el equilibrio. Con frecuencia presiento me abandona la mesura. Quizás sea la edad. Que a la locura no hay nada que le ofrezca resistencia, la edad no tiene cura.
Hay veces que me angustia una certeza acerca de mi estancia y del futuro, hay veces, reconozco que es muy duro, que acecha ese presagio a mi cabeza lo veo todo oscuro.
Los besos, los que un día me negaste que, ingenuo, te pedí y no me los diste fingiendo que jugabas al despiste haciendo mi ilusión se fuera al traste, yo sé te los guardaste, pues vi que te reíste.
Mis versos son igual que las cloacas frecuente es que se muestren pestilentes, se dejen arrastrar por las corrientes que allí donde se encuentren se embarrancan, de cienos repelentes.
Militante de base, militante, militante, farsante, presumido que en mil guerras sin nombre te has metido la cabeza sacando hacia adelante sin saber tan siquiera por qué ha sido.
El pueblo, libertad, la democracia, palabras son que todos manosean, de tanto que en las bocas se pelean presiento que han caído ya en desgracia, les ruego que me crean.
Ha sido en esta vida un don Quijote que nunca él aceptó ser escudero llegando a subastar hasta el bigote, haciendo oposiciones para el clero saliendo de rebote.