Comparo aquellos tiempos de miseria después de que una guerra se acabara cansados de luchar y de llorar, sintiendo soy un mono en una feria, sin sueños, sin un dios que los fundara,...
Está preso mas no es un delincuente, está preso y no sabe ni el por qué; que hoy el miedo a morir próximamente se ha incrustado en lo oscuro de su mente...
Recuerdo aun con temor, yo era un miedoso, después le fui robando el miedo al miedo, defiendo aquí mi honor, que era un mocoso plantado frente a un hecho misterioso viviendo en un enredo.
Disculpas pido a Dios, pido disculpas, a mi familia, y al rey, y al mundo entero, los seres que más amo, que más quiero, por mentirles echando a otros las culpas.
Yo, que nací en Otoño, mala suerte, que vine cuando el sol ya estaba triste, el chopo de sus hojas se desviste, las fiestas se entremezclan con la muerte jugando entre las lluvias al despiste.
Existir, ser, estar y mirarse al espejo cada día creyendo en lo que refleja y no dudar de esa mueca que es de susto o alegría. Vivir, contar, cantar...
¿Y qué más da si yo no entiendo nada, por qué será que siempre me confundo, por qué la mar conmigo es despiadada y ahora el viento me arrecia ya iracundo?
Soñar, solo soñar para ir al cielo tan simple como echarte a navegar sin remos y tus alas desplegar diciendo un no rotundo al desconsuelo volar, volar, volar, volar, volar.
El que escribe, Donaciano,
como el labriego en Castilla
va esparciendo la semilla
a voleo con la mano.
Lo mismo que hace el cristiano
que a Dios no ha visto y le reza
y espera de su grandeza
que llegado el mes de abril
le riegue con aguas mil
la madre naturaleza.