Ya sé que no es verdad, que lo que dicen algunos se lo inventan, y hay otros, pocos más, que lo bendicen y hay otros, muchos más, que lo maldicen pues bulos son que al vulgo representan.
Admitamos que el mundo es una mierda que anda envuelta en papel de celofán, donde algunos comiendo un trozo van en tanto otros, al verla así de cerda...
Del cielo qué sería sin estrellas, del mar, sin ese líquido elemento, del sol sin resplandor, y qué del viento que pasa por aquí sin dejar huellas, sin aire que es su fuerza y su sustento.
Aquí se acaba el mundo. Las pandemias serán las que lo causen. Los humanos matando van fantasmas con las manos culpando a un dios supuesto con blasfemias...
Saltamontes que saltas por la vereda, gorrioncillo que brincas de rama en rama, mariposa que libas de flor en flor. Yo hoy a los tres os conservo entre alcanfor...
¿Quién no ha tenido una vez la tentación de propinarle una patada al mundo, ¡oh,aciaga noche! hundido en lo profundo en el andén del tren de una estación?
Yo llamé a la puerta del mundo. Fue una tarde de un mes de junio. Cuando al sol salen los viejos, de sus madrigueras se escapan los conejos y el monte en todo su esplendor está que
Me acerco en mi escondrijo tratando ver el mundo, desde lo más profundo ¡curiosidad malsana! No entiendo lo que ocurre, me acerco a la ventana, cuanto más me aproximo le veo más inmundo.
Oh, triste ser humano, pedante y presumido, que caminas bebido, mintiendo cuando callas, que nunca das la talla, vagando haciendo ruido mas no sabes quién eres y menos dónde te hallas.
El mundo es una máquina que avanza al ritmo que le marca la ruleta que a veces sale el sol y otras se agrieta, de bruces se da golpes con la panza más nunca se está quieta.
El que escribe, Donaciano,
como el labriego en Castilla
va esparciendo la semilla
a voleo con la mano.
Lo mismo que hace el cristiano
que a Dios no ha visto y le reza
y espera de su grandeza
que llegado el mes de abril
le riegue con aguas mil
la madre naturaleza.