LA PLAYA (Mi poema)
Pablo Mora (Mi poeta sugerido)

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MI POEMA… de medio pelo

 

Planto mis pies heridos en la arena,
en sus partes sensibles relamidos,
-pies húmedos de sal, de piel curtidos-,
en playa tan sutil, dulce y serena,
bañada por el mar con sus gemidos.

Nevada anda la espuma tan sumisa
que impulsa muy inocente a caracolas,
azuzando murmullos de la brisa,
-cosquillas provocando a mi sonrisa-
del mar azul las transparentes olas.

La mar, gentil señora tan lasciva,
lujuriosa, voyeur y casquivana,
curiosa por mujer, la siempreviva,
fisgando desde abajo va hacia arriba,
de cuerpos presumidos muy galana.

Eres tú, cual gitana pretenciosa
que en rayas de la mano ve el futuro,
playa suave de añil ¡oh playa hermosa!
abierta a la ficción, playa amorosa,
en tu ánima infantil no existe un muro.

Voluble, mareando a las mareas
al albor que te marcan las gaviotas,
lugar al sol social en que recreas,
la vista y la verdad de que alardeas,
de barcos sueños y esperanzas rotas.

Dormida andas fisgando el firmamento
de tórtolos, de amor, de luz serena,
que hoy óleo y pinceles lanzo al viento
anclados a armadura de una pena
honrando tu presencia. Es lo que siento.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO: Pablo Mora

Pablo Mora

Palermo

De regreso del campo, del Amparo
-fresco follaje que tocaba el cielo-
antes, mucho antes de llegar a casa,
pasábamos, silentes, por Palermo.
Para mí, Palermo era pura luna
-mansa finca dormida en la floresta-.
Desde Los Alpes nunca fui a Palermo
mientras Palermo me llevó a la luna.
Perfectamente yo podría decir
que, niño, Pablo visitó la Luna,
que de Palermo viene su locura.

Si no, de aquellos duendes que una tarde
-me dijeron- saldrían de la huerta
sin que nunca en la huerta aparecieran.

Hicimos la mochila

y nos volvimos vagabundos
Apoyamos las palabras sobre la sangre
Cargamos los dados en la apuesta
Arrestamos al viento al sol las mariposas
Supimos del alma del silencio
de la piedra que alguna vez fue estrella
del sagrado terror de la locura
Fuimos un retrato del alma de la tierra
Dejamos pasar la noche por encima de nosotros
mientras las islas no se cansaban de bañarse
Nos hicimos a la lluvia
Matamos la tristumbre
Rompimos alfileres paraguas y repisas
Inventamos ratos penas alegrías y tardanzas
Echamos un vistazo al mundo
Nos provocó quedarnos solos en la tierra
Faltó ponerle trampas a la muerte.
De Asombro al descubierto (1996)

Travesía

Amplio solar de pena y amargura,
recinto para el llanto y la alegría,
larga tonada, larga travesía.
Viejo estribillo en clave de ternura.
Duro aguijón para la suerte dura,
ardua vereda la de cada día,
ancho portón para la misma vía,
hondo estallido en tiempo de premura.
Ruta sin fondo en la lejana infancia,
donde el azul peregrinaba un día
sin darnos cuenta de su gris fragancia.
Lanza en ristre, con firme rebeldía
va nuestra vida en fúlgida arrogancia
componiendo su propia sinfonía.
De Almácigo 6 En tiempo de paz (1993)

Regreso

Hoy entreabrí la puerta de la infancia
con la nostalgia vuelta hacia la cuna
y no encontré ni un rastro de la luna
que ayer nomás iluminó mi estancia.
Hoy me inundó la mar de la distancia
al evocar mi vegetal laguna
y en la vieja resaca una por una
fue anclando sus pisadas mi inconstancia.
Hoy me perdí en las ruinas de mi ayer
en busca de un alero, de un cimiento,
de un mango, un cafetal o mi nacer
y al verme en los umbrales de mi aliento
honda desolación cruzó mi ser:
oí que sollozaba mi lamento.
De Almácigo 2 (1980)

Al alimón

Pedro Salinas – Pablo Mora

Mientras haya
en el mundo alguna puerta,
una gota en el alambre
o una lágrima en la estrella.

Mientras haya
alguna ventana abierta,
ojos que vuelven del sueño,
otra mañana que empieza.

Mientras haya
mar con olas trajineras,
trajinando en alegrías,
llevándolas o trayéndolas.

Mientras haya
un hombre asomado al tiempo,
en orfandad encendido,
alejándose y viniendo.

Mientras haya
lino para la hilandera,
árboles que se aventuren
y vientos para la vela.

Mientras haya
bosques que sueñen en árboles,
cielos en sueño hombrecitos
y amores en los amores.

Mientras haya
tanta fronda en la alameda,
tanto pájaro en las ramas,
tanto canto en la oropéndola.

Mientras haya
un colibrí mañanero,
un suspiro, un alarido,
un relámpago, un acecho.

Mientras haya
un mediodía que acepta
alegremente su sino
de ser la tarde que llega.

Mientras haya
un par de versos descalzos
tras una luna desnuda
al pie de un sol de venados.

Mientras haya
jazmines, claveles, rosas,
que se marchen al ocaso
y regresen a la aurora.

Mientras haya
polvo, barricada, fuego,
turpiales de medio luto
y soldados por el suelo.

Mientras haya
una mirada serena,
un día que se va yendo
y un recuerdo que se queda.

Mientras haya
celadas contra la muerte,
delfines surcando el mar
o un niño que el hambre lleve.

Mientras haya
lances, clarines, laureles,
timbales y clarinadas,
monteras sorteando muertes.

Mientras haya
pasos y pasos que dejan
tan seguros como en mármol
en la memoria sus huellas.

Mientras haya
trajes de luces, de seda,
jardines en las vocales
y gritos entre las piedras.

Mientras haya
amor, y amor que le quiera,
vida que pide más vida
o algún poema que vela.

Mientras haya
esperanzas y recuerdos,
alguien buscando imposibles,
enigmas bajo el misterio.

Mientras haya
en el mundo primavera,
una nube que se va
y un arrebol que se encienda.

Mientras haya
soles que al mundo lo alienten,
trajines para el ensueño
y amores para quien quiere.

Mientras haya
la querencia del poema,
unos versos que amanecen,
muchas palabras que esperan.

Mientras haya
un camino, una faena,
un mugido, una luciérnaga,
una palabra, una espera.

Mientras haya
memoria que le convenza
a esta tarde que se muere
de que nunca estará muerta.

Mientras haya
trasluces en las tinieblas,
claridades en secreto,
noches que lo son apenas.

Mientras haya
susurros por las estrellas,
atardecer que pregunta,
anochecer que contesta.

Mientras haya
tantas palabras que esperan,
invenciones, clareando,
amanecer de poema.

Mientras haya
alguien por la noche insomne,
siendo el insomne el delirio,
siendo la noche la insomne.

Mientras haya
alguien, diestro, toro, ruedo,
una capa, una muleta,
un capote, un burladero.

Mientras haya
un bramido, un rejoneo,
lidia, muletazo, vara,
algo nada más que siendo.

Mientras haya
ángeles que lleven cuernos,
volcanes, rayos, tormentas,
soles que afilen destellos.

Mientras haya
un camino para el tiempo,
una lumbre para el hombre,
una cuna para el viento.

Mientras haya
una brizna a todo ruedo,
una arena a sol y sombra,
un indulto en el pañuelo.

Mientras haya
sombras, sombras inventoras,
penumbras en las barreras
que hacen y deshacen formas.

Mientras haya
un Camborio, bien gitano,
juego de sombra y arena,
bajo una luna soñando.

Mientras haya
dos hacia el final a tientas,
dos de frente hacia la tumba,
dos hacia la muerte a ciegas.

Mientras haya
pena limpia, negra y sola,
hermana de sueño ajeno,
bajo el piafar de las horas.

Mientras haya
embestidas de la guerra,
lirio crecido en castigo,
madrugadas nazarenas.

Mientras haya
Albricias, Aldebaranes
y Arturos para elevar
Altaíres en los mares.

Mientras haya
al alimón en corridas,
al alimón con la noche,
al alimón con la vida.

Mientras haya
alguien nada más que yendo
al alimón, al quiebro, al cuarteo.

Mientras haya
lo que hubo ayer, lo que hay hoy

lo que venga.

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Donaciano Bueno Diez
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Si escuchas que es humano desconfía, no hay…
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