Una muestra de sus poemas
LLEGADA A LA HIERBA
Con garganta de nieblas, cantaremos aún
sobre el árido cauce,
antes de trasponer el suelo erguido
de los gajos sin siega;
Y antes de atravesar enrojecido
campo de resonante estrella…
Pero, sangriento pie del abierto sendero,
al fin, sobre la fresca verdad fina,
-hierba plateada-,
te posaré!
PARA AQUEL QUE ES MI ABEJA
Aquel que tiene dentro de su garganta, días;
lleva bajo del párpado, el grano de las noches.
Aquel a quien perfila
clarín de recio brote,
luego se hace arpa fina,
miel resonante y lluvia de otoño.
Yo, estrella sin almohada, descanso en la ceniza!
Él duerme sobre marfiles
y su sueño es el trigo de la luna.
Su nuez es mi tormenta;
mi rencor, su guijarro que ahoga en la marea…
Y tú, hora profunda,
vienes de sus grandes colmenas.
SENTIDO DE LA PUBERTAD
Vaga, bajo la sombra mi corazón alegre;
toda su paz hallada, todo su ardor cumplido.
Clara meditación, frescura verdadera
de la vida.
Dardo de soledades, ya desmayado, ahuyento
en él, que está sin rutas y tampoco se viste
de girasol sangriento.
Así, bajo la noche, levanta al fin la rueda
de la confianza pura y del ensueño libre
la corola agotada que desprende la abeja
al llegar el rocío.
APTITUD CONSTANTE
Morir todas las veces que nos sea posible…
¡ Hasta agotar tus tonos, claridad desenvuelta!
Y madurar como la fruta, hacia una muerte,
entre esmaltes lejanos, sobre viejos matices.
¡ Acérquense mis días!… ¡ Sus riberas serenas
pulirán bordes duros y guerreros perfiles,
como endulza el guijarro de las playas inmensas
el eterno cantor de las conchas marinas!
Y porque voy perdiendo todo el rudo contorno,
¡ oh, muerte!, y ya comprendo a mi estrella finísima,
el color de mi sangre es tapiz de los ojos;
costumbre de esperarte, esta profunda herida.
Y no salto del lecho con la misma viveza
del que salta del barco a la orilla, de pronto;
y no saco a través de la vaga pereza,
los cuernos delicados, caracol de la noche…
Morir todas las veces que nos sea posible…
¡ hasta agotar tus tonos, claridad desenvuelta!
Hasta hacer de la muerte una aptitud constante
y llevarla lo mismo que el hábito tranquilo.