A UN CATALÁN DE PURA CEPA (Mi poema)
Rogelio Echavarría (Mi poeta sugerido)

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MI POEMA… de medio pelo

 

A usted que es catalán de pura cepa,
-deduzco que sus padres también lo eran-
que igual que a sus hermanos les parieran
en ese lindo lar y no en la estepa
y allí todos lozanos florecieran.

Permitame. señor, que me dirija,
-no crea que le falto aquí al respeto-,
que yo nací, perdón, por ser de un gueto,
la tierra de esta ignota sabandija
que abulta poco más que abulta un seto.

Perdone mi descaro, mi abolengo
se escurre en un cedazo que se cribe,
que humilde yo nací, el que esto escribe,
no pude ni elegir de donde vengo,
la historia sabe bien no se reescribe.

Y puesto a enfatizar le felicito
sabiendo que quizás no le haga gracia.
Creyente es apuntarse a esa acrobacia
que asigna al nacimiento un requisito
subiéndose al furgón de esa falacia.
©donaciano bueno

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Por si aún hay alguien que no se haya enterado, en especial para los que presumen  de ser de…: el nacer aquí, allí o en Sebastopol no es mérito de ningún nacido, antes bien fruto exclusivo del azar. Esto que es tan simple pareciera que hay gentes para las que es difícil llegarlo a entender.

MI POETA SUGERIDORogelio Echavarría

La felicidad

Hay miríadas de seres en el Universo
que son felices —y no te conocen.
Millones de personas en la Tierra
son felices —e ignoran que existes.
Muchos también te han visto
y son felices sin amarte.
Y algunos que te amaron
disfrutan de un feliz olvido.
¿Por qué, pues, soy yo el único hombre
para quien tú eres toda la felicidad en el mundo?

Lugar común

Ya que no todos podemos ser
poetas
comprender lo sublime
o exaltar lo sencillo
hablemos francamente
confesemos nuestro fracaso
de hombres sin alas
de hojas muertas en el estío
nuestros engaños ciegos
sin metáforas vanas
nuestra identificación con todos
o con casi todos
y si alguien nos entiende
y fecunda nuestra impotencia
eso también es poesía
o por lo menos una gota
en la sed del infierno
cotidiano.

El transeúnte

Todas las calles que conozco
son un largo monólogo mío
llenas de gentes como árboles

batidos por oscura batahola.
O si el sol florece en los balcones
y siembra su calor en el polvo movedizo
las gentes que hallo son simples piedras

que no sé por qué viven rodando.
Bajo sus ojos que me miran hostiles
como si yo fuera enemigo de todos
no puedo descubrir una conciencia libre
de criminal o de artista
pero sé que todos luchan solos
por lo que buscan todos juntos
son un largo gemido
todas las calles que conozco.

Polvo

El sol, esta mañana, escancia la humedad de la noche,
las mujeres lavan su cuerpo de la sombra del lecho,
tibieza de los sexos y azúcar del amor.
Las calles amanecen entre rotas ventanas.
Pasan los que recogen la basura
y llevan al olvido cuanto los hombres tocan.
Si las noches fueran más largas
las mujeres se ahorcarían en sus cabellos, llamas oscuras
que multiplican la pesadilla o el espasmo.
Pues esta niña que se asoma al día por el espejo
parece recién salida del paraíso.
Si las noches fueran más largas
el polvo afirmaría su dominio sobre todas las cosas.
Y o siempre duermo con mi única fiel compañera,
que me acaricia el rostro con sus manos de hollín.
El hombre se defiende de la muerte
en la noche, y todas las mañanas
debe luchar contra el puñado de ávida ceniza
que le adelanta a su sepulcro
la vida.

Tránsito

¿Qué importa dónde se nace
ni dónde se muere,
si con la muerte regresamos
a la cuna y con el nacer
aseguramos nuestra muerte?
Mas hemos de guardar de lo pasajero el perfume,
ceñirnos la espinada túnica de la rosa
a los hombros, amando la ignorancia
de las cosas que pasan y quedan sin saberlo.

Debemos mirar a cada hombre y llamarlo y tomarlo
de la mano y preguntarle de dónde viene, desde cuándo,
nunca hasta dónde va, porque lo mismo
sabe que yo, que tú, que nadie.

O si lo sabe es un loco como aquel
que creía que lo sabía.
O si canta viendo que los gusanos lo esperan
entre su cuerpo, dejadlo…

Dejadlo que siga cantando, porque está ebrio.
(Desde mi ventana los veo, a los ebrios, a quienes
les crece la barba de pudor y descuido.
Los veo mientras ellos me ven girar como una luna).

O cuando voy por la avenida —yo también entre ellos y
la que fuera niña mía es mujer de quien yo ignoraba,
y la mujer de quien yo ignoraba es mía sin saber por qué…

O en la ventanilla de trenes
que gritan con su pluma de humo;
en los buses, en los ascensores
—savia ciega de la ciudad—,
entre los que leen los periódicos
orgullosos y cabizbajos
y entre poetas que esconden su oscuro telegrama …

¿Qué soy sino —por fin— el que viaja con otros
que no saben de dónde vienen
más que evacuados de una mujer,
ni a dónde van
si no a ocupar el sitio que su sombra señala?

Declaración de amor

Mírame: yo soy el que ves siempre a la orilla de tu lecho
y con quien habrás de rasgar el velo que cubre los sueños.
Soy el diseminado, que tiene en ti el último centro.
Busco una soledad que prolongue la mía.

Cuando empezaste a soportar el tibio peso de los senos
—el pulso de tu corazón goteaba con mayor presteza
al oír mis pasos y ascendía casta leche a tus labios—;
cuando comprendiste que tu piel posee el don de renovar las lunas
y empezó a sangrar esa herida cuyo bálsamo eficaz poseo;
hoy que confundes la malicia con la sabiduría
y con sus nocturnos secretos te ofende el viento de los parques,
me llego a ti, ciega de no haber visto lo que empaña al mundo,
a modelar tu barro núbil y orearlo al sol de mis sudores.

Mi brazo atiza el fuego de las columnas de humo
que contienen el peligro del cielo sobre la ciudad.
Y mis manos no aman las joyas, ni una onza de oro,
pero el llanto endulzó su ajado pergamino
y su caricia es noble y alta.

Recibe todas las armas de mi agradecimiento
por ahorrarme hasta el día necesario tu cuerpo,
por la justeza de la orla de tu falda,
por la honradez de tus manos y la mina sellada de tus costados:
que las ferias están ebrias de lo que ocultas,
llenas hasta la hartura de belleza gratuita.

Busca en mí el principio de tus goces desconocidos
o la prolongación de los que han sido fuente de esperanza
y borremos de los calendarios los días de huelga
porque nuestra lámpara sin alternativas
desconocerá los cambios del tiempo tras la puerta.

Oh tú mi siempre-viva, mi siempre-amiga,
por quien la salud acepta duras vigilias
como el avaro que nunca regresa de su exilio.

¿No ves que si no fuera por ti
la mujer sería vendida y exportada en grandes barcos,
apenas marcada con una tiza roja
para que los braceros de los puertos
sepan que es frágil?

Aparta, aparta del quicio las grandes letras del periódico
que traen hasta nosotros fechas violentas;
ignora la abierta noche de la ciencia
que hace malditos a los hombres,
la razón del pasado y la gran voz profética:
que en tu casa tendrás mimo para tu más nimia palabra.

Porque ya es hora de alabar la ignorancia voluntaria
que cifra el universo en el tambor de hilo.

Dame tu historia en este mundo para nosotros preparado
en que de pronto nos hallamos con las manos asidas
como si el miedo de las gentes nos unciera uno al otro.
No temas seguir buscándome, ya que sabes
que cuando se me toca no es posible apresarme.

¡Ah, sí! Soy el que verás siempre a la orilla de tu lecho.
Háblame con tu voz que tiene un dejo de feliz tristeza,
paisaje con árboles sobre los cuales ha llovido.

Porque yo soy el más solo entre los solos
y desde hoy tendremos una misma estrella en el plato,
hasta el día en que el fruto necesite nuestro agrio bagazo
para el fuego del aderezo,
como la caña del maíz a finales del año
después de haber pagado el dolor de la herencia.
¡Oh flor de mi más alta confianza!

Paisaje

El viento abre las puertas
y la luz las ventanas
y en el patio, la plaza
principal de la casa,
el breve del arriete
madura brevedades.
La esposa teje flores
contra la mala suerte
y su hilo infinito
me aleja de la muerte.

En mi pueblo de nubes
los cohetes retumban
entreipal de la casa,
el breve del arriete
madura brevedades.
La esposa teje flores
contra la mala suerte
y su hilo infinito
me aleja de la muerte.

En mi pueblo de nubes
los cohetes retumban
entre fríos algodones.
¡Es tan vecino el cielo !

El trueno es el recibo
lento al oído alerta
del incrédulo ciego.

Las ranas piden rey
y sol las aves
y los molinos hacen aspa-vientos.

La noble tierra te devuelve dulces
frutas por el estiércol
que le arrojas
y flores vivas en el pozo
de las aguas muertas.

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Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

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Yo nunca lo acepté cuando era mozo,que a…
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