UN SEGUIDOR INCONDICIONAL (Mi poema)
Jorge Eduardo Eielson (Mi poeta sugerido)

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MI POEMA… de medio pelo

 

Me apresto a imaginar, soy un labriego
que un buen día se puso aquí a sembrar,
-esto creo que es mucho imaginar-,
pues yo escribo montándome en mi ego
y aunque crea que sigo siendo un lego
entre letras me he echado a navegar
y creo doy el pego.

Saco brillo cual simple limpiabotas
fijando, dando lustre y esplendor,
pues que pinto la vida del color
haciendo de la misma chirigotas
quitándolas de aquí, poniendo notas
a excelencia, santísimo señor,
señor de las bellotas.

Que me chifla reírme de mí mismo
y me observo del uno y otro lado,
y me tiento y aun no me he acostumbrado
a entender de mi cuerpo ese guarismo
que existe entre optimismo y pesimismo,
no sé lo que será, qué me ha pasado
no tengo catecismo.

Juntador de palabras, jugador,
indigente que avanza a la deriva
cual salvado se filtra de una criba
dando tumbos a falta de un hervor,
no me crean que soy un escritor,
mas reafirmo no hay nadie que me impida
de mí ser seguidor.
©donaciano bueno

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Si difícil es escribir, lo es mucho más hacerlo a sabiendas de que posiblemente nadie te lea. Tranquilos. Para evitar esta posible frustración hay que hacerlo pensando en que al menos tienes un seguidor que eres tú. El resto se dará por añadido.

MI POETA SUGERIDO:  Jorge Eduardo Eielson

Poesía en A mayor

estupendo Amor AmAr el mAr
y vivir sólo de Amor
y mAr
y mirAr siempre el mAr
con Amor
mAgnifico morir
Al pie del mAr de Amor
Al pie del mAr de Amor morir
pero mirAndo siempre el mAr
con Amor
como si morir
fuerA sólo no mirAr
el mAr
o dejAr de AmAr.

Solo de sol

Sólo el sol
el sol solamente
solo en el cielo
y yo tan solo
a solas con el sol
sonrío simplemente.

Guardo de Lima una botella…

Guardo de Lima una botella
Llena de lluvia
Y un puñado de arena
En el pañuelo. A veces recuerdo
La luz de su nublado cielo
Y la acaricio
Como se acaricia una perla
En el bolsillo.

Cuerpo enamorado

Miro mi sexo con ternura
Toco la punta de mi cuerpo enamorado
Y no soy yo que veo sino el otro
El mismo mono milenario
Que se refleja en el remanso y ríe
Amo el espejo en que contemplo
Mi espesa barba y mi tristeza
Mis pantalones grises y la lluvia
Miro mi sexo con ternura
Mi glande puro y mis testículos
Repletos de amargura
Y no soy yo que sufre sino el otro
El mismo mono milenario
Que se refleja en el espejo y llora.

Cuerpo multiplicado

No tengo límites
Mi piel es una puerta abierta
Y mi cerebro una casa vacía
La punta de mis dedos toca fácilmente
El firmamento y el piso de madera
No tengo pies ni cabeza
Mis brazos y mis piernas
Son los brazos y las piernas
De un animal que estornuda
Y que no tiene límites
Si gozo somos todos que gozamos
Aunque no todos gocen
Si lloro somos todos que lloramos
Aunque no todos lloren
Si me siento en una silla
Son millares que se sientan
En su silla
Y si fumo un cigarrillo
El humo llega a las estrellas
La misma película en colores
En la misma sala oscura
Me reúne y me separa de todos
Soy uno solo como todos y como todos
Soy uno sólo.

Cuerpo transparente

Completamente azul y despeinado
El corazón y la cabeza entre las nubes
Heme sin mejilla y sin mirada
Con un rayo de luna en el bolsillo
Para vivir
Uso una máscara de carne y hueso
Un cigarrillo y luego una sonrisa
O primero una sonrisa y luego un cigarrillo
Posiblemente encendido
Visto saco y pantalón planchado
Frecuento hoteles amarillos
Nadie me espera ni me conoce ni me mira
Mi cuerpo es humo materia indiferente
Que brilla brilla brilla
Y nunca es nada.

Sobre la luz

A María, Eva, Marigola, Julio, Luciano,
Lorraine, Aliocha, Placido, amigos.

La luz que solamente es luz
Cuando ilumina una cosa
No es luz verdadera. La luz
Que pasa velozmente y no deja sombra
Que todo lo sostiene y lo anima
Es quizás la luz divina. Pero la luz
De que hablo es otra luz
Hundida en mi memoria como un anillo de oro
En la espesura. Es una luz que brilla
Muy rara vez en la vida
Que no tiene peso ni medida
Pero que convierte el corazón
En una estrella
Una luz que no se explica que no
Se explica que improvisadamente aclara
Todo lo que existe
Como si fuera un espejo
Ante un vaso de agua pura
Un fulgor escondido
Un diamante que nos duele
Dulcemente y que nos nubla la mirada
Una suerte de esplendor vacío
Que sólo se percibe como oscuridad
O ceguera. Una luz
Más clara que la misma luz
Del cielo pero más humilde
Más cercana a nuestra mano
A nuestra pobre luz de cada día
Hecha de millares y millares
De cosas sencillas
De átomos que nacen
Y átomos que mueren
De centelleantes fragmentos
De otras cosas
Que igualmente nacen resplandecen
Y perecen.

No se trata de jugar tranquilamente…

No se trata de jugar tranquilamente
Con el pene o la vagina
Como si fueran pájaros o peces
No es suficiente penetrar
En el fondo de otro cuerpo
Con el glande o la mirada
Nuestra sangre y nuestros huesos
Son tinieblas que se juntan casualmente
Y eso es todo. Mas el amor verdadero
Es un gigante de oro
Que no tiene pene ni vagina
Y que tampoco muere.

Ceremonia solitaria en compañía de tu cuerpo

Penetro tu cuerpo tu cuerpo
De carne penetro me hundo
Entre tu lengua y tu mirada pura
Primero con mis ojos
Con mi corazón con mis labios
Luego con mi soledad
Con mis huesos con mi glande
Entro y salgo de tu cuerpo
Como si fuera un espejo
Atravieso pelos y quejidos
No sé cuál es tu piel y cuál la mía
Cuál mi esqueleto y cuál el tuyo
Tu sangre brilla en mis arterias
Semejante a un lucero
Mis brazos y tus brazos son los brazos
De una estrella que se multiplica
Y que nos llena de ternura
Somos un animal que se enamora
Mitad ceniza mitad latido
Un puñado de tierra que respira
De incandescentes materias
Que jadean y que gozan
Y que jamás reposan.

A un pájaro de nombre Charlie

A todos aquellos que, como yo;
aman el jazz y las estrellas.

Si alguna vez confundes
Tu corazón con tu sexo y tu sexo
Con un saxofón que llora
En una calle oscura
O si derramas amor a manos llenas
Sin que nadie lo reciba
Y asustado como un niño te despiertas
Y ya no hay caricia
Ni desayuno tibio
Ni vestido viejo ni vestido nuevo
Y ni una sola gota de materia
Que te recuerde el universo entero
Sino tan sólo
Un saxofón que no te da tregua
Un saxofón que no te da tregua
Es porque Charlie respira
¿Recuerdas cuando tocaba
Round about midnight o Perdido
Y toda Nueva York se arrodillaba
Como si hubiera visto a Dios
En traje oscuro y saxofón de fuego?
Y si descubres el rocío
En el Central Park o Washington Square
Después de haber tomado tanto
Porque ya no tienes lágrimas ni saliva
Para besar a nadie
Cuando quisieras besar a todos
Si olvidas todo huyes de todo pierdes todo
Pero conservas en quién sabe qué bolsillo
La perla atroz de la belleza y la locura
Si lo que llamas vida es solamente
El vino añejo de un instante
El minuto que desaparece cada día
Por el water-closet y regresa transformado
En un pájaro amarillo
Si el café negro y el whisky puro
Se parecen tanto al cabello rubio
De una muchacha que solloza amargamente
Entre tus brazos. Si tu álma frágil
Y tu cuello de basalto tu cigarrillo
Igual a un lucero siempre encendido
Tu pantalón y tu camisa
Siempre en la silla si todo eso
Y muchas otras cosas todavía
Te recuerdan la tristeza y el fulgor
De Harlem bajo la lluvia
Es solamente porque existe
Un saxofón que no te da tregua
Es porque Charlie respira
Porque en sus labios se enciende y se apaga
Una galaxia que no nos aniquila
Como un pensamiento o una cifra aciaga
¿Acaso la música no es la medida
La suma total de cuanto existe
Y nuestra propia vida sólo el sonido
De una orquesta que se afina noche y día?
¿Recuerdas las manos de Bud en el piano
Volando como pájaros vivos
Sobre cascadas de luz y cristales hirvientes?
¿Y la trompeta de Dizzy en la noche
Que todo lo volvía incandescente
Y hasta el Empire State se derretía
Como si fuera de oro puro?
¿Y cuando Max tocaba la batería?
¿Recuerdas sus manos armadas
De millares y millares de centellas
Que él lanzaba a tus oídos
A tu corazón y a tu ombligo?
(Todo era ritmo entonces
Tambor el cielo entero
Tambor la luna llena
Y todo lo que nos rodeaba
Tambores solamente
Porque de ritmo somos
Y hasta de ritmo
Aunque de falta de ritmo
Morimos. Con nosotros
Nace el ritmo
Que no es tiempo ni sentido
Ni tampoco alborozo
Sino más bien latido
Tambor de piel humana
Que se quema
Huesos que no son huesos
Sino vacío
Infinitas flautas
De oxígeno divino
Que tampoco es nada
Sino ritmo
Luz que rebota
De nota en nota
En nuestro oído
Disfrazada de sonido)
Y si alguna vez
Lejos de caos de nuestro origen
Del insondable gorila que se asoma
Tristemente en tu mirada
Lejos del tiempo y la rutina
De nuestro amor lleno de trapos
De miserables botones faldas y pantalones
Que se arrugan fácilmente
Si de tanto correr tras de la luna
Bajo cipreses que igualmente corren
Sin darte nunca la mano
No te queda sino el ritmo de las cosas
El resplandor de los objetos
Un tambor en la cabeza
Una botella entre los brazos
Si después de tanto goce y tanto llanto
Tanto inmóvil viaje hacia la nada
El rayo violeta de Saturno
Baña tu cuerpo y tus sábanas sucias
Y ya cercano al fin arrojas
La inútil perla al tacho de basura
O como un perro escondes
Tu viejo saxofón debajo de la cama
Si tus costillas tu cráneo tu sonrisa
Tu pasta de dientes con sabor a tierra
Te recuerdan que la vida
Es sólo harina pan para el gusano
Si la sublime rosa suelta
Sus últimos protones en lugar de su perfume
O el cubo de la luz se apaga para siempre
Si te parece que no sabes nada
Porque no puedes decir nada
Ni sobre el amor ni sobre el ritmo
Si en vez de la fórmula sagrada
De la imposible nota jamás escuchada
Encuentras sólo silencio oscuridad entropía
Las calles lluviosas de Harlem
Más lluviosas y frías aún
Si tu cuarto de hotel en penumbra
Se ilumina como un hotel cuando miras
Una vieja fotografía de tu madre joven
Extrañamente azul y sin calzado
Y suena y suena en tu pecho cansado
Un saxofón que no te da tregua
Un saxofón que no te da tregua
Si todo eso no es bastante todavía
No te olvides que Charlie es un pájaro herido
Y que su grito es tu propio grito
Cuando abrazas lleno de rabia
Una extraviada muchacha de cabellos rubios
Y te duelan más que nunca las estrellas
En tu pobre corazón de niño
Y en tu glande estremecido.

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Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

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Presiento que esta tarde el corazón, se muestra…
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