Nada es cierto ni es mentira, me da igual, nadie sabe la verdad de lo que dice, que este mundo es un completo carnaval así sea el mismo dios quien lo bendice.
Cuando la luz se apaga, el sol no hiere, cuando el cielo se oculta al infinito, cuando acabe este verso que hoy recito y se pueda saber por qué se muere.
Que un día bajé al río, la corriente seguía paso a paso disfrutando del agua que lanzaba en la pendiente. Lo hacía de manera sonriente por eso yo deduje está gozando, aquí el amor se siente.
Cuando pasen los años ya verás que la vida se escapa entre las manos, que los sueños se quedan ya lejanos y es que entonces quizás lamentarás tu ignorancia al juzgar a los ancianos.
Si quinientas palabras no son plagio ¿cuántos versos se pueden fusilar? La tal Lastra debiera meditar qué me espera si escribo y tal naufragio no puedo yo evitar.
Hoy he venido a verte y tú no estabas, y he debido volverme sin te viera, acuérdate que no es la vez primera, que nunca yo ignoré de que abusabas por eso del que espera desespera.
Ya no quiero. Vivir no me interesa. Que el tiempo que he vivido ya es pasado y así que este momento ande a mi lado ya sé que no me aguarda una sorpresa.
Antes de nacer yo fueron mis padres -mi padre ya murió siendo aun maduro- y antes ya que mis padres mis abuelos cansados ya vinieron de otros duelos, de ancestros, de sus padres, sus compadres...
Yo soy ese que un día fue de pesca y encontró que no había agua ni peces, negando la verdad una y mil veces e incluso que se puso a armar la gresca gritando hasta a los jueces.
¡Qué triste es esta vida, no la entiendo! ¡Qué lástima que existan alcornoques! ¡Qué pena que me causan los disloques! ¡Qué esfuerzo me produce ir resistiendo, pues mira y no me toques!.
Andaba yo jugando al escondite -parece que fue ayer cuando era un niño- y vino la verdad a hacerme un guiño lanzándome a la cara cruel su envite diciéndome, cariño,
Tu vida es anodina. No te importe. Total es otra igual, como cualquiera, que pasa como el agua en la manguera sin rastro que dejar que a nadie importe, sin seña y sin bandera.
Un rebaño es un grupo de ganado, al frente está el pastor que es el que manda, quien lleva la batuta en esta banda, y encierra la manada en el cercado.
Quizás lo que he vivido no sea cierto, quizás alguien sospeche que he mentido, quizás es que haya andado ciego o tuerto, quizás es que haya sido un desvalido.