AQUÍ DONDE AHORA VIVO (Mi poema)
Nicté Toxqui (Mi poeta sugerido)

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MI POEMA… de medio pelo

 

Un punto en el universo
en esta tela de araña,
yo una extraña musaraña
que no sabe hacer ni un verso.
Donde presumen de ser
mejores y diferentes
del de al lado, de otras gentes
que pululan por doquier,
como virus de migraña,
en un país que es España.

Indigente, un pordiosero,
un malaje, un mal nacido,
sinvergüenza y descreído,
un extraño, un forastero,
un sin dios, patria ni rey,
tan ajeno a los presentes,
que intentó tender sus puentes,
sometiéndose a la ley.
Y aunque anduvo prisionero
nunca sirvió a un desafuero.

Una mosca cojonera
que vino y que supo que
el que antecedió se fue
como le ocurre a cualquiera.
Que ha vivido en mil lugares
y en todos sitios ha visto
a tipos dándose el pisto,
pretenciosos a millares,
paseando a la bandera
del sol que a la sangre altera.

Pintando el mismo perfil,
pues dios todos ser quisieran.
instigando ya que esperan
ser jefes de otro redil.
Seguidos de apesebrados,
de adoctrinados y lerdos
que se muestran como cerdos
sucios y descerebrados.
Olvidando estos obsesos,
que son de sus egos, presos.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO: Nicté Toxqui

Nicté Toxqui

En la mañana me clavé una astilla.

Para sacarla tomé una aguja
y empecé a descoserme la piel
poco a poco hasta llegar
a la superficie
debajo
de mi superficie.
No sé nada de leer la mano
pero la astilla atravesaba
la línea de la vida.
Tampoco sé de premoniciones,
pero todavía me arde y punza.
A mi epidermis pertenecen
limbos con traspatios
donde la sangre no logra
llenar mis líneas largas
que prometen años, amor
y otras cosas menos esenciales.
Aún con tantos intentos
la astilla no quiere salir
por completo. Se asoma
y se esconde
como si quisiera pertenecer
a otra cacerola.
Pero no soy tan tibia
como se piensa,
y sobre todo
soy ajena
a los hervores y quemaduras.
Sucede que las cosas
me atraviesan
o al menos intentan
aferrarse a mis lugares
más sensibles.
Yo también poseo
algunas astillas sueltas.
Es la fascinación
de mis heridas
y su cicatrización
lo que hoy descubro
cotidiana, sin extrañeza.

Un muchacho me explica cómo manducar guayas.

Yo lo dejo hablar porque el sur brilla en nuestro vocabulario
y nunca será tarde para volver a casa
si nombramos lo que nos hace agua la boca.

Olvido cómo se llama por prestarle atención
a la cáscara verde y delgada
que se riega por la comisura de sus labios.

Él no pregunta cómo me llamo.
La guaya es una fruta a la que quisiera
pedirle prestado un nombre.

Guarda la cáscara y la siembras, dice
a ver si entendiste cómo pelar la guaya
hasta sacarle jugo.
Y me da tres frutitas.

No recuerda que llevarse los objetos a la boca
es una forma de reconocer el mundo.
No encuentro el silencio para decirle
que yo desde niña reconozco
el sabor vinoso y agridulce
de la guaya y otras cosas.

Saco dos semillas de mi boca.
Las observo en mi mano
y observo al muchacho.

Imagino un árbol de guaya
alzándose en el centro de la casa,
quebrando el piso.

Me pregunto si tendré la suficiente buena mano
para hacer que todo crezca
en medio de la nostalgia,
si la cuchilla para recolectar los frutos
no será usada para tajar el árbol
con el pretexto de una plaga.

Él no sabe que yo sé
que el árbol de guaya es hospedero
de la mosca negra de los cítricos.
Me pregunto si a todo lo que se puede llevar a la boca
le corresponde un precio.

Estoy cansada de masticar mis propias palabras.
La carencia es tan peligrosa
como la saliva de la mosca negra
que anestesia y muerde en los días más calurosos.

Engullo la última fruta.
Prefiero al árbol de guaya dentro de mí.

Apuntes para una casa entomológica

1
Abuela colecciona
una plaga que amenaza en lento

una abuela podría coleccionar cualquier cosa,
poner cualquier cosa, de cualquier modo,
en cualquier mueble,

sólo una que es mi abuela podría

poner ahí en el mueble único rincón de la casa
como si la casa se redujera a unas maderas
articuladas
conservadoras
de cualquier carne
cajas
homicidas

En el armario vive
un centro de orden que protege
la casa contra un desorden sin límites

todos construimos una idea de casa
y son temibles triunfos

2
Una habitación propia se vuelve ajena
Hay una silla menos en el comedor
Un espacio vacío como la falta obvia
de un hígado o una arteria interrumpida
(las tantas maneras de no decir

economía de palabras)

A veces recordamos
formas de nombrar
lo que nos pertenecía

Apenas nos deshicimos de los
diarios o periódicos que dicen

Años y cuerpos de tinta
nos manchan las manos

Nuestros lugares linfáticos
se pueden llamar memoria
hongos o polvo

3
La búsqueda profunda
conlleva el tanteo
de lo que no se está
buscando

Una huella barrida
antes de la metamorfosis

Quintane observa
ciertos muebles sirven de zócalo a otros muebles

Zócalo es el librero más agujereado

Por cuanto más se barre más
visible se vuelve el escombro

Enfermedad forestal o gula de almidón:

los pedazos de la casa se llenaron de borlas café

No saber que era residuo de librero
No saber que era excremento de gusanos
No saber qué era la mierda del derrumbe

4
Buscamos lo que pueda articular
el verdadero nombre de la plaga
El lugar donde ocurrieron
los primeros hechos relevantes
La primera polilla
Su colonia
Los motivos
El síntoma
irreversible

Sabemos que buscan lugares oscuros
porque nosotros también los habitamos.
Sabemos que algunas especies
pueden vivir en perfecta armonía,
fuera de la depresión mirando
tele y novelas por nostalgia

Aun si la huella de carcoma es clara
allí reina el orden o aquí el orden no es un reino
el derrumbe voluntario no es opción
en una casa que nos incuba todavía:

pequeñas larvas al calor
de bombilla en invierno

5
la polilla está frente a mí y a veces pienso en el odio. come por el placer de vivir. el autor agujereado. mi abuela preguntará por su libro. preguntará por los demás cadáveres. una buena forma para decir adiós. el lado fácil de la gente difícil. despierta que la vida sigue. a veces pienso en una mandíbula descolocada. una abuela con mandíbula rota. sin lagrimales. sacúdela dice. mátala. acerca una bolsa. vamos dice a asfixiarla. pienso en el odio. la polilla está frente a mí: alcanzo diccionario

Ternura.
f. Actitud o acción amable y cariñosa.
Requiebro.

Bostríquidos

(Fragmentos de un homicidio
que nos quieren hacer olvidar
por la mañana)

no un día a media tarde, no una hora casual, cuatro de la tarde o cinco, no oscurece ni el velador chifla. Decir las diez y todo sereno también es la intemperie nocturna, humedad y frío, alergias, gripas

Ese día se trasluce con muchos otros

la obsesión de entender lleva a la ruta del abuelo que va por jugo de naranja todos los días de la semana, excepto a las once de la mañana que camina como cualquier vecina en chanclas y saluda
quiero imaginar que algo le advierte del algo Es sábado sumergido en la calle mal pavimentada quiero pensar que él también tenía una llave porque si no tenía llave las cosas pueden mirarse desde el picaporte sin necesidad de abrir Pienso hubiera sido mejor esperar al hedor o extrañamiento
la ausencia representada en la silla del comedor

pero nunca es obvia la muerte

Según el protocolo único para la investigación en el delito de homicidio,
El Ministerio Público tendrá que tener en cuenta diversas cuestiones referidas
a los aspectos generales de la investigación en caso de muerte,
la investigación ministerial debe centrarse en las causas de la misma
e identificar el cuerpo con celeridad; analizar el reproche al imputado
mediante los posibles motivos en el accionar de la persona;
tomar en consideración las medidas de prueba como la necropsia,
exhumación, análisis de restos óseos, entre otros peritajes,
con el propósito de revelar signos de agresión o de tortura
y llevar a cabo el interrogatorio de testigos bajo el principio de libertad
de declaración con el objeto de recabar
información necesaria para la investigación

: Pero yo tengo muchas preguntas y nadie quiere resolverlas

¿Podemos guardarlo en una maleta
como si pudiéramos trasladarlo a nuestro antojo?
¿Puede caber un cuerpo entero sin ser descuartizado?
¿De qué están hechos los féretros si no es de cedro
para que no habite ningún otro gusano sino los propios?
¿Cómo son los carroñeros que llevamos dentro?
¿Hay algo acaso más cariñoso que unas mandíbulas
deshaciendo cada milímetro de nuestra carne?
¿La descomposición es también un acto de amor?

Traté de conservar su rostro en formol
pero fue más efectivo escribir su nombre
entre las libretas de mi primaria
Todavía no lo conozco. Solo puedo
escribirlo de dos maneras
sonriendo
y sangrando.

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Autor es esta páginna

Donaciano Bueno Diez
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