De niño yo jugaba a ser poeta haciendo con palabras malabares, después ya comprendí, lloviendo a mares, anduve entre la mar en bicicleta de sueños a millares.
No tengo nada que hacer. Voy a pensar ¿pensar? ¿mas qué es pensar? ¿en qué ahora pienso? ¿hacerle a ese barullo aun más intenso? Mejor es que me ponga a imaginar, pensar deje en suspenso.
Yo solo soy un hombre, que no es poco, -que un hombre en estos tiempos no es cualquiera-, un perro que se encuentra sin perrera, enfermado por culpa de un sofoco que vino a deslizarse en su pernera.
La vida es laberinto de caminos, pues varios se presentan al azar, e ignoras que trayecto has de tomar. Y llevan, diferentes, a destinos: que sueles ignorar.
Recuerdo aquella cita, fue en otoño, tú andabas preguntándome quien era, atónita, al oír no lo supiera pues hube de inventar, como el bisoño se encuentra en una espera.
Lo he leído. Quizás lo haya escuchado. ¿Qué más dá de dónde era la fuente? Lo que importa es el fondo. Que te cuente. Si lo pude escuchar o lo he soñado, si el impacto me vino de repente
Si alguno por qué escribo se interesa, habré de ser sincero y responder, que escribo lo que escribo sin saber por qué ni para qué, que es mi sorpresa, consciente que muy pronto ha de perder.
No te comprendo, Dios, no te comprendo,ni comprendo a este mundo y a sus guerras,que nunca acierto a ver lo que tú encierras,si dices la verdad o estás mintiendoo malo eres, tan malo que me aterras.
Yo andando sólo voy en compañíade mi alma cual valiente aventurero.Me paro a reposar donde yo quieroque, triste, voy vendiendo mi alegría,y aireando el desespero.
Hoy te escribo esta carta, que no es mía, tampoco es para ti, seré sincero, la flor que un día fuiste en mi florero motivo de tristeza y de alegría que tanto yo regaba y florecía...
Dejen ya de tocarme las mandangas, dejen ya de subirse a los balcones, guárdense sus soflamas y pregones, sus premios, sus sonrisas y sus gangas y falsas bendiciones.