Nadie sabe quien soy, nadie me ha visto saltando entre la lluvia cuando llueve, haciendo marionetas con la nieve tampoco cuando visto y me desvisto si intento hacer un ocho y hago un nueve.
¿Es famoso Bukowski? Es muy famoso. Así sea afamado, no me gusta, no crean por soez que a mi me asusta pues no le encuentro gracia haciendo el oso ni a mi madre azuzando con su fusta.
Esta es la historia de un viejo que jugaba a hacer poemas sin saber que de escribir el buen hombre no sabía, cogió un lápiz y un papel y en la mesa que allí había se dispuso a cavilar sobre
¿Qué hay vida sin amor? una putada. ¿La vida con amor? una faena. El arte es de aunar gloria y condena. Mientras dura está el alma obnubilada siempre expuesta a morirse de gangrena.
Un poema es un trayecto a la aventura que empieza sin saber si en el camino van a encontrarse abrojos. Y el destino ha de hacer muy pesada su andadura.
Como médico que soy, aunque no soy, vengo aquí a diseccionar la poesía, poetas que del fuego salvaría o siempre voy tras ellos cuando voy, permitan no citar quien quemaría.
Un verso me ha encargado el Presidente en que hable de él, le alabe en su tarea, de forma tal que aquel que a mi me lea su imagen la engrandezca y adecente y amén de que lo entienda que
Yo, cuando acabo un verso no reviso que prefiero ayudarle a otro a nacer, disfruto contemplando que ese guiso preparado está ya para comer subirme al paraíso.
Permíteme, lector, te diga amigo, así nadie nos haya presentado y sea por azar que aquí has llegado. Que sepas que por eso te bendigo. espero sean mis versos de tu agrado.
Yo venero a los que saben lo que dicen, que cuando hablan sólo dicen lo que saben, no me importa si los otros lo bendicen, nadie exista que a sus textos los alaben.
Él quiso ser marinero y un capitán quiso ser y un barco llegó a tener navegando por el Duero y en su mástil un te quiero grabado quiso poner para que pudieran ver lo mucho que yo