Quiera dios que yo me haga millonario, quiera dios que tu madre sea abuela, quiera dios que te enseñen en la escuela a escribir como dice el diccionario, quiera dios no te saquen una muela.
Esta noche soñé. Que últimamente no consigo dormir, que me desvelo. Presiento me deslizo y caigo al suelo como hace el que se lanza en parapente, resbala sobre el hielo.
Uno había pensaba que la luna un globo era que un niño había perdido, que rota la atadura había subido pudiendo así observar desde su cuna que ya se había dormido.
Un rebaño es un grupo de ganado, al frente está el pastor que es el que manda, quien lleva la batuta en esta banda, y encierra la manada en el cercado.
María fue mi novia, la quería, después vino otra más y la siguiente, a todas las juraba yo, inocente, que un día hasta el altar las llevaría con un beso en la frente.
La vida sigue igual. Eso es mentira. Que el arte de vivir mucho ha cambiado. No tiene parangón. Que es otra tira de un cómic que elucubra y que delira al ver lo del pasado en qué ha quedado.
Sentado frente al mar mira el paisaje que apena si percibe ya a lo lejos, no puede precisar, no hay catalejos que alcancen a otear tan largo viaje y el mar no tiene espejos.
Yo era joven, tan joven que soñaba con la luna al igual que los poetas, la moneda que madre a mi me daba en la hucha de sueños la guardaba a la espera que hubiera mil pesetas.
Yo he pasado la vida sin saberlo, que apenas si llegué ni a darme cuenta y pronto me planté ya en los setenta a dieta, sin comerlo ni beberlo, ni ver lo que este tiempo representa.
Me apresto hoy a pensar. Si yo tuviera, pongamos que volviera en otra vida, habría de exigir que me pariera la misma que esta vez a mí me hiciera y fuera mi guarida.
Acerca mi abolengo yo aquí juro que todo lo que valgo, lo que tengo lo debo a la existencia de un conjuro que supo adivinar que en el futuro habría de ser rey. Y aquí sostengo
El que escribe, Donaciano,
como el labriego en Castilla
va esparciendo la semilla
a voleo con la mano.
Lo mismo que hace el cristiano
que a Dios no ha visto y le reza
y espera de su grandeza
que llegado el mes de abril
le riegue con aguas mil
la madre naturaleza.