John Roque – Anoche pensaba en Hamlet
Me desengaña el mundo, sus fronteras
el hombre es animal muy peligroso,
el padre de Laertes, ser juicioso
le advirtió de la Corte sus barreras.
Me desengaña el mundo, sus fronteras
el hombre es animal muy peligroso,
el padre de Laertes, ser juicioso
le advirtió de la Corte sus barreras.
Nada se llevará este sueño mío
ni aquietará sus alas ningún viento,
no habrá temblor que mueva su cimiento
ni morirá acosado por el frío.
Mi tiempo poco a poco se termina,
caduca con aliento ya cansado,
mi mente queda presa en el pasado
y llora con mi amnesia repentina....
Con el soplo matinal
se despierta la memoria
y el manantial de la historia
deviene en amplio caudal.
Por el traslado virtual
se desangra el lado izquierdo.
No destruyas mi raza hombre perverso,
igual tengo el derecho de la vida.
No te ofendo, ni mato con el sida,
solo quiero vivir en mi universo.
No te comas mis huevos ni controles
las bellezas de playas en la veda...
¡Ten franqueza una vez…! ¿Por qué el engaño...?
¡Si tus ojos diciendo están que mientes…!
¡Si nunca amor sentiste...ni lo sientes...
a que agregar la burla al desengaño...?...
Te invito a visitarme, de oscura madrugada,
subiendo la escalera contemplo tu figura
y al verte las caderas en danza acompasada,
en gesto repentino me abrazo a tu cintura.
Cuando la vida niegue su sonrisa
y toda fortaleza te la quite,
cuando juegue contigo al escondite
y todo se oscurezca muy deprisa.
¡Cómo dueles, Venezuela,
a quienes tanto te amamos!
Pues con terror contemplamos
aunque muchos nos conduela.
Que unos míseros traidores
por las armas protegidos...
¡Cuídate, España, de tu propia España!
¡Cuídate de la hoz sin el martillo,
Cuídate del martillo sin la hoz!
¡Cuídate de la víctima a pesar suyo,
Del verdugo a pesar suyo...
Río Duero, río Duero,
nadie a acompañarte baja;
nadie se detiene a oír
tu eterna estrofa de agua.
Indiferente o cobarde,
la ciudad vuelve la espalda...
Volverán las oscuras golondrinas
De tu balcón sus nidos a colgar
Y otra vez con el ala a sus cristales
Jugando llamarán....
Pero aquellas que el vuelo refrenaban
Tu hermosura y mi dicha a contemplar,
Aquellas que aprendieron nuestros nombres,
Esas, ¡no volverán!