Jsoe Betanzos

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MAR ADENTRO.

Décimas Francesas

La soledad me asiste en mi faena
de pescador, la cesta de lombrices
relatará mi pérfida condena
sobre el añil de insípidos matices.
Cuando el vaivén de la marea acosa,
llega mi paz absurda e impetuosa.
Solo en el Mar mi vértigo descansa
del leviatán que sentenció mi juicio,
bajo este sol que, de alumbrar, se cansa
en el zenit que ensordeció al bullicio.

La voz del pez que tira del anzuelo
pide, en su ardid, que luche por mi vida,
pues si el temor paralizó mi vuelo
no es el Anís la cura de mi herida.
¿Será que Dios me cree prescindible?,
¡Soy capitán de un ánfora invisible!
Un tiburón, sin enseñar sus dientes,
a mi mujer le revolvió la alcoba,
encandiló el albor de estrella nova
y se llevó mi amor y mis simientes.

En el furor de la espumante ola
puedo vivir al margen de mis penas
y pernoctar, sin lumbre ni farola,
solo a la luz de sobrias lunas llenas.
¡Busco en el gris del altoestrato un lirio
para mi fe que destruyó el martirio!
Con su graznar me llama la gavina
y mi ilusión se queda con mi lancha,
la vida cruel emprende su revancha
cuando mi pie a la arena se avecina.

Lágrimas de ixoras

Soneto asonante

¿Qué sienten esas lágrimas de ixoras
podadas del jardín de los recuerdos
perdido entre las cuencas de los huesos
de donde se secaron las alondras?

Burbujas azulinas y una boca
tatuadas en el fétido esqueleto
reclaman al sonido del silencio
el beso reprimido en una alcoba.

La barba de gusanos se revela
y cubre el ataúd de blanco humo,
frisando la pared con tinta gélida.

Ixoras sin alondras del futuro
sabrán que entre las lágrimas bermejas
brilló la arcana luna en plenilunio.

Pan de Yurumas

Solo espuma en la arena indisoluble,
sal de llanto, en la roca inaccesible.
¿Quién le ruega a la mar que no se nuble
con el cirro sombrío impredecible?

Bajo el sol, un crustáceo voluble
titubea en la arena irresistible,
lo despide en la cresta el viejo muble
con un grito doliente e inaudible.

¡Ese mar es mi vida!, sus espumas,
los recuerdos del niño que atrapaba
chipichipis de un surco deleznable.

Hoy soy pan olvidado de yurumas,
el cangrejo atrapado en una jaba,
el bufón que una vez fue el condestable.

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Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

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