A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

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Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

PANTA REI [Mi poema]
Amanda Berenguer [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Pasan los días, pasan las horas, pasan los años,
las alegrías y sinsabores, los desengaños,
cada minuto, sin darnos cuenta, la vida pasa,
y a cada paso cerca el ocaso ya el sol se abrasa.

Pasan los malos, pasan los buenos, pasan los listos,
los triunfadores, los fracasados, los imprevistos,
los presumidos, los apocados y los ineptos,
los que trabajan, también los vagos y los preceptos.

Pasan las flores y los aromas y los colores,
lo que es más triste y hasta los sueños y aun mis lectores,
los afligidos, los amargados y hasta la guasa,
los reyes magos y los amores y hasta dios pasa.
©donaciano bueno

Es cierto que todo fluye, está en constante #movimiento? Share on X

Panta rei, todo fluye, es un concepto atribuido al filósofo presocrático Heráclito por Platón, que esquematiza su supuesta opinión de que todo está en cambio continuamente.

Aequam memento rebus in arduis
servare mentem, non secus in bonis
ab insolenti temperatam
laetitia, moriture Delli.

(Traducción: ”Recuerda conservar la mente serena en los momentos difíciles; así como templada en los favorables y lejos de la alegría exagerada, Delio que has de morir“).

Quintus Horatius Flaccus, Odae (II, 3).

MI POETA SUGERIDO:  Amanda Berenguer

El cuento

este frágil objeto que me alberga
acaso tenga una forma inquietante próxima
botánica:
¿»espada de San Jorge»
lidiando con un dragón de tinta?
¿árbol en el despegue
que arranca sus raíces de la entraña del vidrio?
¿géiser vegetal
surgido del hueco de la botella?
¿almácigo de la altura?

treparé por la planta de la habichuela
que cuentan/que crece y crece
y que ha crecido aquí dentro/entre mis cosas
y me asomaré/para saber si hay afuera
por el cuello incierto de la botella.

Tarea doméstica

Sacudo las telarañas del cielo
desmantelado
con el mismo utensilio
de todos los días,
sacudo el polvo obsecuente
de los objetos regulares, sacudo
el polvo, sacudo el polvo
de astros, cósmico abatimiento
de siempre, siempremuerta caricia
cubriendo el mobiliario terrestre,
sacudo puertas y ventanas, limpio
sus vidrios para ver más claro,
barro el piso tapado de deshechos,
de hojas arrugadas, de ceniza,
de migas, de pisadas,
de huesos relucientes,
barro la tierra, más abajo, la tierra,
y voy haciendo un pozo
a la medida de las circunstancias.

Comunicaciones

Urge el pensamiento conectando
¿se siente? ¿alguien entre líneas?
¿errata? ¿paréntesis? ¿qué signo?
¿escuchan?
(La claridad del lenguaje
tiene apenas
la intensidad ambigua del poniente)
Estamos aquí, lanzados a la noche
terrestre, apretujados,
aquí, en la noche terrestre, aquí
en la noche terrestre.
De nuevo el hilo
el cable roto, el deslumbrante
cortocircuito.
¿No oyen? ¿No se oye?
Palabras mías, insensatas,
hechas de furor y de locura,
cuantiosa tesitura negra
a borbotones desbordándose
hacia dentro, hacia
el fondo
interpolado de rígidas luciérnagas.

Tiembla y destella, hace señales,
todas son huellas de la eternidad,
enumeradas y prolijas,
cuernos de caza, al mundo
aullidos de perros, está el desierto,
toques de peligro, inútilmente,
pasos cambiados, ¿dónde?
campanas para niebla, una piel fosforescente,
pedidos de auxilio, y envenenada,
sirenas de patrulleros, llamando,
gritos de alarma, solo, solo, solo,
bocinas de ambulancias, se hace tarde,
quiero saber si se hace tarde.

Un código de emergencia,
un vaso de agua, un hueso
para la inteligencia,
un alfabeto de clave radioactiva,
o telepática, o nuclear,
o una sustancia de amor
para esta extrema ubicación,
25 de abril de 1963, otoño,
en mi casa, hemisferio austral,
aparentemente a la deriva.

Primavera i

A veces en que estamos sobre el mundo
para ver la espantable maravilla,
en que vemos nacer la primavera
bajo un grito mortal, como los niños.
Hay veces tan difíciles, y estamos
de pie, en la irrespirable tolerancia
de la tierra, entre luces de peligro,
comiéndonos las uñas, escribiendo
una letra con tierra sobre el cielo,
para vernos el hasta dónde, el hasta
cuándo, y vernos a veces como muertos
con los huesos floridos, así reyes
yacentes y enjoyados. Para vernos.
Y hay veces entre otras, tan serenas,
en que vamos de sombra, y no se ve.

La carta

escribo una carta infinita
en la pared ambigua del recipiente
que me contiene
unas veces adentro
otras veces afuera
sin levantar el bolígrafo
escribo una carta infinita.

La estranguladora

«entonces levantó una garra afelpada / un espejo»

No hubo apremios / ni desgarraduras /
Ni ser cosa aparente / que fuera de veras /
—así creía /

fui violada / impregnada / por el Ave Tiempo /
el Ave Roc del 2º viaje de Simbad / —me parece /
y quedé presa / irremediablemente embarazada
de algo que no sabía /

aquí estoy / toda vientre / hasta el final /
globulosa ampolla / esperando
la desocupación del cuerpo: ¿el nacimiento? /

¿qué es esto que llevo dentro?
¿árbol con plumas? ¿pájaro? ¿libro secreto?
¿totem de la casa? ¿una cuchara acaso?
Computadora ¿dónde estás? ¿la guardó José Pedro?
—no la veo / ¿qué pasa? ¿estás aquí? señalo
con el índice su cuerpo /
oh congestión de la memoria / el huevo crece /
el útero se desborda / y aquello que no sabía
¿dónde se encuentra ahora?

Cuando se mira en el espejo / su vientre crecido
hacía pensar en la gran magnolia / —blanca y sedosa
como la angustia / se oyó decir a la noche
oculta entre las aguas tormentosas del espejo /
—lleva el destino en la cintura
igual que el cinto de Orión
igual que el collar de Sirio la Estrella-perro
de dos cabezas /
dijo el aire / y con sus dedos midió la altura
de la habitación / y la magnolia no cab@­a /
—mal tiempo: la luna se hizo con agua
clamó el Ave / el violador /
y se abrió el espejo /

debí escribir magnolia o sandía /
lo mismo da /
la gran magnolia multipétala / drogada de sexo /
o la faraona sandía de manto verde
mostrando en la mano izquierda su tremendo feto
sangrante /

¿habría podido hacerlo? / ¿perdí el sentido? /
¿qué nervios unen la magnolia a la sandía? /
¿qué cabos atan los encuentros?

no supe si había arriba o abajo
entre las plumas entreveradas / y el sudor /
los 40 grados del Ave Roc / el termómetro
amarillo / lo dejé sobre la mesa de luz /
y tuve miedo / la fiebre subía
lentamente como una inundación / el diluvio /
la nave estaba llena de animales y cosas y preguntas

y estaba Drácula en lo oscuro / los hermanos
Karamazovi / los bigotes espesos de una morsa
o de Nietzche / y unas palabras en el espejo:
«habré vivido parecido a los dioses / y eso basta» /
perdí la cara de Hölderlin / y me miró sedoso
y Delmira de rojo / y mamá / y mamá
con sombrero pequeño con larga pluma de faisán
¿tía Ana / muerta de tisis? / tres rosas amarillas /
pregunta Emily hamacándose / y Marosa con gladiolo
—¿cree Vd. en los presentimientos? /
Alvaro y Sylvia asisten
y José Pedro / sentados en el borde de la cama /
más dos aspirinas y redoxón / más el jazmín
de noviembre / y un vaso de agua / y mejor /
mejor / —me siento mejor /
¿me pueden decir dónde estaba ese pájaro?

saliéndose de sí / el monstruo / pujando
desde el primer círculo concéntrico del agua /
la magnolia hinchada / el monstruo / la magnolia
en el líquido / en la placenta /
primera imagen del viaje /

vamos a torcerle el cuello a la Esfinge /
como mi abuela Pepa sabía hacer con la gallina
o el pollo / a la hora de cocinar /
la cabeza con pico ojos y cresta / en la mano derecha /
y el cuerpo en la izquierda / conteniendo las alas /
mi abuela de pie / bajaba el animal a la altura
de sus rodillas / y luego de enroscar la cabeza
estiraba con fuerza —con las dos manos
en dirección opuesta: hacia arriba y hacia abajo /
después con un cuchillo bien afilado
(pasa el afilador en bicicleta y su piedra redonda
de la que saltan chispas / —no afiles las tijeras, Minye
—si está nublado, no lo llames /
—si hace sol, trae suerte)
después hacía un tajo profundo
en la nuca del ave / del que manaba
sangre a raudales /
y entonces todo se moría /aleteando
a mi alrededor /
a mí me gustaba comer el corazón
y lo repartía entre los demás comensales /
siempre lo partí a lo largo / el corazoncito
con sus cavidades vacías / en cuatro / seis / ocho
partes minúsculas / una para cada uno /
el padre /la madre / los hijos / los nietos /

le traje a José Pedro de Teotihuacán
un cuchillo de obsidiana / negro y brillante /
«vivisecciona el destino y extrae,
palpitante, un corazón victorioso
del pecho de los vencidos» /
todos quedamos callados / cuando
lo miramos /

—¿qué haces, abuela, con ese cuchillo ?
—voy a afilarlo para matar al corderito /
—¿por qué no a ese otro bicho enorme, abuela? /
lo he visto en el gallinero /
las alas le saltan por encima del alambrado /
sus patas mullidas de gato montés aplastan los huevos /
tenía cara de reina / de genia / de superhermbra /
y detrás esa cola / esa culebra que la seguía /

a los siete días aborté la magnolia
y al noveno / la Esfinge /
hubo una especie de sabotaje
en la maternidad / donde sobrevolaba
vigilante / el Ave Roc / el padre /

la Esfinge nació con cabeza y pecho de mujer
y la cara andrógina /egipcia / de Sol de Levante
o de Madonna / de acuerdo con las circunstancias /
cuerpo de león /recuerdo sus patas y sus flancos
color fuego suave /con aquellas alas semiplegadas
al uso de escultura arcaica / y aquella cola sinuosa
se serpiente / para que nadie se engañe /

(después supe que en Egipto / 3000 años antes de Cristo /
había nacido sin alas / y que los árabes la llamaban
en medio del desierto «Padre del espanto» y
«León de la noche»)

en seguida habló: / ¿de qué demonios hablan?
¿dónde estoy? ¿adónde vamos? ¿qué me pongo?
¿quienes son? ¿a qué hora comemos? ¿quién hace
las camas? ¿dónde dormiremos? /
su lenguaje tenía la voz aguda del viento /
envolvente / seductora /

(Píndaro el poeta / había dicho que tenía
«la voz fatal del trueno» /
mal observado: no rea así)

Y con su voz segura / insinuante /
se hizo inquisidora /
¡si los sabremos! que no sabemos
y en el saber «toda ciencia trascendiendo»
no podremos, no / con la enorme roca /
con el peso abrumador de la pregunta /

se puso el día / habló de modas y de maquillajes /
encapulló palabras como huevos de serpiente
bajo hilos de seda / y plumas / y gestos de mujer /
mas una fuerza feroz / convertida en cuento cotidiano
sin salida / —¿recuerdan?
—¿Querés que te cuente el cuento del gallo pelado?
—Si / —No te pregunto que sí / te pregunto si querés que te
cuente el cuento del gallo pelado / Sí / sí / contámelo
por favor! / — No te pregunto si querés que te cuente el cuento
del gallo pelado / —¡Basta! ¡Basta! no preguntes más /
no preguntes más /
—Humorista la Esfinge /
la encontré luego / muy cerca de casa /
a la vuelta de la esquina / echada a la sombra
de los plátanos / en la vereda /
en esa calle que lleva al «río grande como el mar» /
y aunque hacía mucho calor / nadie / nadie /
no pasaba nadie hacia la playa cercana /

me había arrastrado / había caminado
desde hacía mucho / y ahora me apoyaba / cansada /
sobre un bastón /

entonces levantó una garra afelpada / un espejo /
me miró como si ella y yo nos estuviéramos mirando
a través de un telescopio / ¿era el desierto de Atacama
o el Sahara / la zona que habitábamos?
¿dónde estaban los plátanos frondosos? / ¿y el salado
y dulce Río de la Plata?

me hubiera gustado acortar las distancias /
y llevarla como si fuera un perro con cabeza de niña
y alas de mariposa / —María pósate / virgen maripósate /
vamos / —le dije familiarmente— / vení conmigo /
vamos a la clase / ayudame a ordenar
el Cuestionario /

la cara de la Esfinge bella y fuerte /
parecía ahora un autorretrato de Frida Kahlo /
y allá en Teotihuacan en un friso
de la Pirámide del Sol /
su cola de serpiente se emplumó /

¿qué sentiste Frida Kahlo / la pintora /
rodeada de sandías / entre las copas llenas de rojo /
y Tú Madonna / tan rubia / tan rockera /
aullando sobre la escena / envueltas las dos
en esa boa de plumas blancas y negras
de vodevil de los twenty / cuando llegó
la noche de las Diosas?

hace mucho / en una vuelta artera
de la Sierra de las Ánimas /
cuando íbamos de excursión hasta la cima /
se te podía ver a la hora del poniente
detenida al borde del camino por donde trepábamos /

y éramos jóvenes / en los pantalones de jean
se ensartaban las espinas de la cruz /
y éramos jóvenes / y nos dejaste pasar /
y éramos jóvenes / y no preguntaste / hija mía /
entonces mostrabas cabeza de india charrúa /
alas pardas de águila mora / en cuerpo de puma dorado /
y cola moteada de yarará /
y tenías puesta la cara de Delmira / la de esa foto
tomada días antes de su asesinato /

sobre tu sexo de gran felino / espejeaban
tus ojos de pájaro altanero /
bajo tu cola de noche filósofa / alquimista /
de sierpe encubridora
«done puede nutrirse la simiente
de una estirpe sublimemente loca» / dejó escrito
Delmira /

ahí estaba a Esfinge / la Estranguladora /
hija de Humo Estupefaciente y de Serpiente /
o hija de Sirio y de su propia madre /
(su padre Sirio era la radiante Estrella-perro
de dos cabezas:
una cabeza miraba hacia adelante / hacia el Año Nuevo /
la otra cabeza miraba hacia atrás / hacia el Año Viejo)
o la misma Esfinge montevideana hija mía
y del Ave Roc del 2º viaje de Simbad/

la Estranguladora había volado desde lo más lejano
del mundo / desde Etiopía / —creo— / hasta
el Monte Ficio / entre montañas / cerca de Tebas
la griega / pasamos por allí
en un verano ardiente de 1971 /

y vimos las ruinas de la ciudad / una barraca
de materiales de demolición rodeados de tejido de
alambre / restos de mármoles sucios / casi enterrados /
columnas quebradas / pedazos de capiteles
desparramados como en un basural /
de Edipo / que algunos conocían
y que nadie sabía de verdad /

allí la Estranguladora había gobernado el Año
y las Estaciones /
y fue asimismo la Diosa Luna: la que cambia
de «León creciente» a » Serpiente menguante»

comparemos:
aquí en el hemisferio Sur / sucede /
que el Año tiene forma de herradura /
y nos rodea como el horizonte
cuando se navega en medio del Océano /
una herradura con las puntas separadas
hacia el Norte / hacia el verde / hacia el rojo /
hacia el calor / y la curva continua hacia el Sur /
hacia el blanco / hacia el violeta / hacia el frío /
con esa herradura cabalgan mudo los años planetarios /
—observé /

de niña los veía así:
sorprendidos por sus edades opuestas
el último día del Año Viejo /
y el primer día del Año Nuevo / tenían que cruzar
el puente /
los separaba un espacio infinitesimal /
de pasaje imposible /
«Zenón! Cruel Zenón! Zenón d´Elée!
m´as-tu percé de cette flèche ailée
qui vibre, vole, et qui ne vole pas!»
los separaba un fragmento infinito de noche
de verano Austral / que se cruzaba / sencillamente
de un salto / en un instante /
a las 12 en punto PM. del 31 de diciembre
al cumpleaños de papá / el 1º de enero /
a papá le regalábamos esa noche / una corbata de seda
que usaba sólo los días de fiesta /

en esa fisura del tiempo / en los más hondo /
estaba escondida la Estranguladora / lo sabía
pero no lo dije / aunque temblaba de asombro /
y allí asomaban sus cabezas
sobre un «espejo humeante» /
lo verde y lo seco / lo vivo y lo muerto /
el sí y el no / el uno y el cero /
la sandía y la blanca cala con el espádice amarillo
de un retrato, por un lado / y la hueva binaria
inteligente, por el otro /
la luna: la mirada de la sombra, del revés /
y los nervios sexuados de las computadoras,
del derecho / asomaban desafiantes
sobre la espumosa cerveza de las Estaciones /

el Tiempo sorbía la espuma que desbordaba
las orillas del espejo /

mucho más al Norte / pasando el istmo de Panamá /
nos esperaban los antiguos aztecas renaciendo
en Cerámicas / en Frescos de la Ciudad de los Dioses /
en Códices /
pasaban por allí cruzando la enorme calzada rectangular
entre la Pirámide del Sol y la Pirámide de la Luna
por el Valle de los Muertos /
de pronto
se iluminaron de luces rojizas /
—como cuando se pone el Sol—
las alineadas habitaciones del Palacio /
de dónde salían cantos y coros de guerreros /

salían Caballeros Águilas / Caballeros Tigres
con máscaras impenetrables /inmóviles / hieráticas
en los rituales de la iniciación /
el cuchillo de obsidiana / el mismo
cuchillo afilado de mi niñez /
cuando repartía el corazón /

el Sol preside las ceremonias /
lo oscuro se hace claro / lo femenino masculino /
la serpiente se empluma y empolla mariposas:
las livianas almas de los muertos /

espíritu /aire / tinieblas / tiembla el jeroglífico:
«oscuro espejo humeante» / «humo espejeante» /
la palabra enuncia las insistentes / vitales /
repetidas preguntas /
«¡oh amigos!
¿dónde está la tierra en la que no se muere?
¿no habré de ir acaso a la región del Misterio?»

cuántas veces nos hemos preguntado
cuando se oscureció el sol / cuando llega la sombra /
cuando murió mi madre /
y todas las cosas se pusieron boca abajo
en señal de respeto/

«yo iba sola al Misterio, bajo un sol de locura»
contestaba Delmira desde Montevideo /
la Esfinge aguarda / echada en la vereda /
a la sombra de los plátanos / muy cerca de mi casa /
y se sabe que está ahí / con máscara teotihuacana /
o cara de qué?

la encontré sin querer / la reconocí /
entonces levantó una garra afelpada / un espejo /
y me miró como si ella y yo
nos estuviéramos mirando a través de un telescopio /
recorrimos los puntos cardinales de su encuentro:
la orilla del Nilo / Tebas / Teotihuacán /
la Sierra de las Animas / el barrio donde vivo /
y tuve la impresión de estar volando encima del Ave Roc
junto a Simbad / el marino /

las mil y una noches brillaban en el cielo /
como una constelación de vanguardia /

pero no olvides / la Esfinge conoce
el magisterio del lenguaje / fue educada /
por Cantoras divinas / las Musas / hijas
del Firmamento Brillante y de la Memoria /
que le enseñaron la palabra:
su música / su poder / y su vuelo /

sus maestras dijeron
lo que es / lo que será / lo que ha sido /
y las res le enseñaron el Enigma:

esa pregunta compuesta de imágenes
a punto de metáfora /
de alegoría final /
y la respuesta exacta
con la que se jugaba a muerte /
la vida /
era cruel y ocurriría siempre /

—¿qué ser con sólo una voz, tiene a veces dos pies,
a veces tres, a veces cuatro, y es más débil
cuantos más pies tiene?

—¿cuál es el animal que tiene cuatro pies
por la mañana, dos al mediodía, y tres por la noche?

adivina adivinador / ¿cuál es el ave que pone mejor?

—Martín Pescador / ¿me dejará pasar? /
—pasará / pasará / pero el último quedará /
(así jugaba la niña cuando iba a la escuela) /

—¿brillará el sol / mañana?
—¿adónde iré? ¿adónde iré?

«—¿sólo así he de irme
como las flores que perecieron?»
«—¿nada quedará en mi nombre?»

—¿qué podía hacer yo?

—¿adónde iré? ¿adónde iré?

pasaron por allí viajeros / corredores de bolsa /
ejecutivos / turistas / camioneros / periodistas /
videístas / fotógrafos / cineastas / rockeros /
cantores / poetas /
y fueron interrogados en ese aeropuerto /
y todos perecieron / estrangulados /
y devorados /
por la monstruosa inquisidora /

cuando la encontré nuevamente / cerca de casa /
esperándome /
a la sombra verde oscuera de los plátanos
de espesas hojas / en la vereda que llevaba
al «río grande como mar» /
y la reconocí /bella / atenta / astuta / feroz /
tuve miedo /
el miedo se me vino encima /
y me pregunté a mí misma: ¿adónde iré?
¿adónde iré?
y tuve más miedo / y pensé en alguien
que pudiera acompañarme en esas horas /

el sol se había oscurecido / y se veía
a la luna abrazada al cuerpo del sol como amantes /
papá! / mamá! / José Pedro! / Álvaro! / los llamé
a grandes gritos /

el eco me respondió como si mis palabras
hubieran rebotado en mis propios tímpanos /

«—¿acaso de verdad se vive en la tierra?»
«¿acaso son de verdad los hombres?»

«—¿dónde andabas, oh poeta
—como esmeraldas y plumas finas llueven
las palabras»

¿acaso son palabras/ la única memoria
de la tierra?

¿puedes recordar
el alma de los hombres /
sin haber escuchado la caída penetrante
de esa lluvia / de esa llovizna transparente?

¿puedes recordar
el alma de los hombres /
sin haberte embebido de esa agua alimenticia /
casi inmemorial / de palabras proferidas
a lo largo de edades y culturas?

¿acaso una inesperada precipitación
apagará la brasa del Enigma?

¿es ésto lo único cierto en la vida?

«—eres festejado /divinas palabras hiciste» /
¡pero has muerto!
enero-febrero 1995
De: La estranguladora. Constelación del navío

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APESADUMBRADO [Mi poema]
Aurelio Guzmán Berro [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Desnudo de cintura para abajo,
a solas con sus miedos y su sombra,
rendido como humilde escarabajo,
pasando van recuerdos a destajo
vertidos a lo largo de la alfombra.

Vestigios de ese ayer con desparpajo,
bragados cual soldado en mil batallas
que hoy ya tristes, campanas sin badajo,
simulan más la forma de estropajo,
vengativos, traidores y canallas.

Que el paso de los tiempos ha marcado
cual reses señaladas con el hierro.
Quisiera descubrir por qué ha pasado
que hoy tan triste se siente, acobardado,
penando sin piedad a este destierro.
©donaciano bueno

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Poema de la duda
Nuestro amor ya es inútil como un mástil sin lona,
como un cauce sin agua, como un arco sin flecha,
pues lo que enciende un beso lo apaga una sospecha,
y en amor es culpable el que perdona.
(José Angel Buesa)

MI POETA SUGERIDO:  Aurelio Guzmán Berro

A LA INDUSTRIA

ADÁN, primer varón, surgió a la vida
Que Dios le deparó, de encantos llena.
Consciente, y libre de presión ajena,
Labróse, con su culpa, su caída.
Su prístina pureza así perdida,
Cundió la corrupción de vena en vena,
Y a la prole infeliz legó su pena
En su naturaleza enflaquecida.
Dios, misericordioso y providente,
Alto remedio al grave mal previno:
Descubrió la esperanza al inocente,
Puso en las aras el dolor divino,
Subió a la cruz, y al abatir la frente,
Alzó los ojos y mostró el camino.
¡Raza de Adán, la sierva y la señora!,
Tu tarea empezó desde tu cuna,
Y apuras las jornadas una a una,
Del solo viaje cuyo fin se ignora.
Trepando la pendiente abrumadora,
El bosque atravesando y la laguna,
Desoyes, al andar tras la fortuna,
Tu voz interna que reposo implora.
Llegar te ves, donde llegar aspiras,
Y acaso hastiada de tu clara estrella,
Las blandas auras del hogar respiras;
Mas no descansas; ilusión más bella,
Meta más ardua, en lontananza miras.
Y se alza tu ambición, gritando:

¡a ella! ¡Ah! desde la alborada de la vida,
la ambición en el alma se despierta
que va, por esa vía siempre abierta,
le deseo en deseo conducida.
Cruza al marcharse la ambición cumplida
con la que asoma por la fácil puerta
sin que un solo momento esté desierta
al alma débil que les da cabida.
Beato aquel que contemplando el cielo
sin desfallecimiento y sin mudanza,
a nobles fines empeñó ese anhelo!
Él podrá con serena confianza
dar sus despojos al materno suelo
y abrazarse, al morir, con la esperanza!
Llena de pruebas fue, penosa y lenta,
de nuestra estirpe la primer jornada,
cuando a sus propios fuerzas entregada
ndaba errando sin hogar y hambrienta.
desnuda ante el rigor de la tormenta,
contra graves peligros desarmada,
y en la zarza del bosque desgarrada
la obscura tez de rojo humor sangrienta,
Cuántas veces, acaso, habrá caído
el raudal de sus lágrimas amargas
a las espumas del torrente unido!
tú sola, dulce fe, que el alma embargas,
tus horas acortar habrás sabido;
Las que llena el dolor siempre son largas!
Pugnar debió, para nutrirse, un día,
el mortal infeliz; mas ya seguro
del hambre y de la sed, buscóse un muro
contra el rayo del sol que le ofendía;
bajo el hondo peñón que le cubría,
fuese formando su linaje obscuro;
allí, su corazón agreste y duro
al hálito de amor reblandecía:
viendo en la piel de la cerdosa fiera,
defensa al frío de la noche insana,
caza él, y la tierna compañera
con sólo su belleza, más galana,
guardando el fuego, en la caverna, espera.
Tal fue el origen de la Industria Humana.

Débil de cuerpo, mas de ingenio fuerte,
Con la rama nudosa y piedra rota
Contra los reyes de la selva ignota
Hace el hijo de Adán arma de muerte.
Después, el bronce, a su placer, convierte
En lanza aguda o defensora cota;
Dios, cuyo nombre de sus labios brota,
No le abandona en su precaria suerte.
El suelo, por su brazo, destrozado,
Él útil grano a que sirvió de abrigo
Devuelve a su heridor, centuplicado.
¡Oh Providencia fiel, yo te bendigo,
A ti, que protegiendo al desterrado,
Te muestras bienhechora en el castigo!
Unido el fierro a la adquirida lumbre,
El horizonte dilató su anchura:
La planta humana se movió segura,
Del hondo valle, a la empinada cumbre.
El arte, sucesor de la costumbre,
Ornó la utilidad con la hermosura;
Nació el deseo de mayor holgura
Y fue ya escasa la primer techumbre.
Caverna, choza y artesón labrado;
Ruda piel, sayo vil y blanda tela,
Son las etapas del camino andado;
¡Pero el viaje moral, deja su estela
Lejos del rumbo que le fue trazado
Por quien el giro de les orbes vela!

Cuando brilla en los cielos encendida,
En pos de humilde noche, la luz pura,
¿Esa tierra, no veis, árida y dura
De mil súbitas flores revestida?
Impalpable simiente, allí, escondida,
Despierta, y arrojando su envoltura,
Rompe los senos de la madre obscura
Al soplo misterioso de la vida.
Así también la actividad humana
Con fruto inesperado nos sorprende
En cada despertar de la mañana:
¡El saber a la industria el brazo tiende
Y un velo más de la natura arcana
Con el rayo del día se desprende!
¡Ya no se mide la labor del hombre!
Relámpago es su paso, en lo infinito
Del tiempo durador, y deja escrito
En hondas huellas el instable nombre.

¡Noble industria, salud! Lazo potente
eres, que al hombre con el hombre liga,
y la extensión a dominar le obliga
tras nuevos climas do mostrar tu frente.

Sí; supiste cambiar rápidamente
en pan sabroso la buscada espiga,
y el vellón tibio que la carne abriga
al tugurio allegar del indigente;

mas ¡ay! ¡la libertad le dio a tus alas
el aire y luz donde espaciar te veas,
y a la opresión das tú hierros y balas!

Si nuevas armas contra el hombre creas.
Si en el bien y en el mal tu esfuerzo ¡gualas.
Industria, don fatal, ¡Maldita seas!
(Montevideo – Uruguay, 1834 – Buenos Aires – Argentina, 1911)

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MI POETA INVITADO:  Ennio Moltedo

Me han robado

Me han robado, me están dejando nada más que la cáscara. Ése es el problema. Me cambiaron los azules y todo el orden de las olas. No he vuelto a caminar con el mismo paso. Yo mismo no me reconozco en los espejos. Y hay música hasta el fondo de los tarros.

Cambian las formas y te extrañas del movimiento de tus dedos, de los viajes de tu cuerpo. Ya no escuchas. Las orejas son estructuras sin sentido. Los ojos van detrás de telas, carteles, objetos pintados y te detienes a descifrarlos y ella, ella se renueva a cada instante y la ves sacar la lengua entre los puntos de la gran fotografía.
(De Mi tiempo)

Límite

He aquí un simple tubo rojo o la baranda junto al mar. A tus espaldas el camino suave, limpio por la brisa de los vehículos; más atrás el sendero, la cortina de los árboles oscuros, la última guardia de flores, quizás la vida.

He aquí el límite. A tu frente el desorden, la libertad del viento, la línea azul – que aún no es línea -, el agua que trepa y salpica cada vez en forma diferente. Se puede pasar tardes contemplando el escurrir siempre distinto de la espuma por las rocas.

Frente a ti, el mar.
(De Concreto azul)

Pérdida

Yo, que en estos momentos puedo inconmensurablemente todo, escojo pero no acierto entre veinte nombres. Más fácil hubiera sido consultar su destino o dejarle clavada una señal indicadora.

Fueron la ascendencia especial de su piel azul y su cabellera recogida en Europa, lo que me hizo meditar lo necesario para permitir su desaparecimiento. Decepcionado después de un cambio de luna entero, no encuentro cómo llamarla. He buscado entre almohadas y coronas, he dormido en su cama, pero todo resulta una canción escolar o un pájaro de domingo.
(De Cuidadores)

Feliz Año 2016 [Mi poema]
María Sotomayor [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

Un año viejo se va
y otro año nuevo que empieza,
el que se va ya no está
y el que viene dios dirá,
qué panorama traerá
si de alegría o tristeza.

El tiempo que ya se han ido
nunca jamás volverá
a retornar a su nido.
Que el vino que se ha bebido
cuando ya se ha digerido
en la nada quedará.

Es, sólo es, que eso es,
hoy, aquí, en este momento,
no más tú eres lo que ves.
Y aunque vuelvas del revés
dos más uno serán tres
el resto sólo es un cuento.
©donaciano bueno

Estos versos fueron escritos con motiva de la entrada de este nuevo año 2016. Es buen momento para hacer un inventario en nuestro interior y sacar aquello que no es de buen color, desarraigar el rencor, la ira y abrir espacio para que se llene con amor, comprensión y buena disposición. Feliz Año Nuevo.

MI POETA SUGERIDO:  María Sotomayor

EL LENTO OFICIO de los hombres justos

ha huido lejos o lo han olvidado simplemente
sus brazos caen agotados sobre la juventud
y en su pecho se entrelaza
el desorden de los vestidos blancos
a lo mejor algún día perderán el miedo de su lengua
lejana
a lo mejor podrán transcribir la distancia de las
piedras
que lanzadas al estanque nunca vuelven a la mano
después un calendario es un reloj de madera
pero la mesa sigue vacía
desde el principio hasta el final del hambre

YO VIAJO en treinta zapatos

siempre después de haber sufrido
de los hogares vacíos y de las madres llenas
de la cara solo me lavo los dientes
y muerdo un barco que se enciende
dejando el agua correr sobre un pañuelo
desde que lo supe no he parado de dibujar
rosales en el pecho
para plantar lagos verdes a punto de crecer
y algún que otro escarabajo asustado
un zapato impar ha subido por unas escaleras
mostrando orgulloso su huella en el recorrido
ha dejado descalzo a mi padre antes de pasar
y yo juraría haberlo visto antes saludando a los
labios
desde la tristeza más alargada de su último viaje
como hilo de lana dentro de la respiración del aire

HAS DICHO palabras aquí

aquí no voy a volver a entrar
en este lugar la respiración no nos enternece
porque no existe y el tiempo se estira y se confunde
como la vena violácea en un párpado
hoy que hace un frío
insalvable
un frío profundo
o los días tuertos
en los que me protejo los ojos con las manos
con un simbolismo de inexistencia de gestos

dormí con el peso de un hueso
atascado en la garganta
el mismo peso que un hueso redondo
y de memoria
hice el esfuerzo de imaginarme
dando a luz con el pelo sucio y mal cortado
por la luz
haciendo de la luz un periodo mucho más largo
donde los labios se mueven mucho más despacio
para pedir las cosas

hace días que hago lo que me digo

las puertas se abren con las rodillas las rodillas
son ganzúas

mientras me pongo en la postura del perrito dando la
espalda
porque este mundo está conmocionado por relatos
que me impiden
y honesta soy capaz de hacerme la mustia
está bien solo hice lo justo a mi parecer
no tuve dudas
porque no comí de una belleza azul para después
desdecirme
sostenida de nombre juntando las manos
me vine al mundo
a pedir perdón.

Nos cruza una niña jugando

lleva el pelo recogido en forma de llave
y un lluvia pálida en cada mano
parece hambrienta
siempre ansiosa por estar adentro

antigua
desnucada
algo resbaladiza

la arena entonces en sus pies
y lo lento del girar en el sentido de las manos
con sus golpes, sus rodillas violetas
me pregunto
si su ombligo tiene forma de paloma
la invisible cicatriz umbilical
dentro de una cáscara de rosa

escribo sobre sus pies torcidos
su labio rojo tan lejos, tan lejos
de los tobillos huérfanos de charcos
del significado de lo puro cuando encaja
convirtiendo a los árboles
en animales heridos junto a la carretera
y los juegos infantiles son bombillas rotas de la tarde
tal vez la infancia sea un hilo en el suspiro del viento

No tiene prisa, olvida un zapato

pero no el sabor verdadero de los grifos
los hijos pasan silbando blancos por los caminos
y ella detrás del visillo deja correr la lluvia en sus dedos

se ha separado el pelo
y cose un jarrón milenario dentro de las azucenas
también afuera una cierva con el vientre hinchado
ha llegado hasta tu puerta
con un corazón de hombre en la boca

por qué ya no os conmueven los partos de los animales
por qué

el tiempo sería más lento en los ojos
si aprendiéramos a alimentarnos del goteo de leche
de las cicatrices redondas de los cuerpos
del ritual anémico de lo salvaje sobre la vida

He despertado en medio de un puente gris

soplando pequeños pasos
como insectos torpes que saltan
y saltan y remueven sus patitas
en mi carne abierta en mi carne blanda
una luz
naranja
de tarde
se derrama
por la garganta
y lo cubre todo de tierra brillante, incluso la cintura

allí dentro estoy a salvo porque el silencio avanza
y no lo he dicho aún, pero mi pena es redonda y roja
con el mismo aspecto de la tripa de mi madre
cuando ella no era mi madre y yo aún no era yo
tan sólo éramos hambre
entonces
tan chiquita era
que no podía llorar
después me soltó la mano
y las hijas dejaron de hacer pie en las bolsas
para quedarse dormidas dentro de una trapo azul
en el cielo de los niños
en las casas furiosamente extrañas.

Si toda la luz se quedara quieta

contemplando las manos sacudirse
motitas de polvo alrededor de las farolas
y yo sintiera que me estaba enfermando
no pararía de acariciar el pequeño diente
que me empezó a crecer dentro del cráneo
en lo liviano de mi condición de mujer hacia dentro

más tarde
más tarde aún de encaminar mis pies por las aldeas
de bajar feliz de la cama y bautizar a mis doce hijos
más tarde aún de estar siempre del lado de las tormentas
pero en distintos lugares lo supe

hay que seguir tragando flores con los ojos muy abiertos
para seguir oliendo bien por dentro

así que detrás de todos mis intentos de llorar pétalos
sólo me quedó ponerte a navegar en lo hueco de los tallos
por los ríos, por las rayas lisas y pequeñas de tus manos
por la nostalgia luz barullo de los naranjos

y no hizo falta estar limpia para arrastrarse
cuando el gallo cantó su dibujo infantil
contra tu primer llanto blanco de animal sin amo.

Una vez a mis cinco años tuve una hija

no pude llorar lo puro de su carne
la mancha cobalto que dejó en la tierra

la parí a escondidas debajo de un árbol
y no encontré señal alguna de los lobos
más tarde fui la madre de una cierva
y también gorrión dentro de una rosa
clavada en el dobladillo de un vestido blanco

la primera sangre tuvo aspecto de miel púrpura
me hizo nudo y sonrojo las mejillas
despeinada de cintura para abajo

después, la cierva murió tatuada en la ternura
en un pedazo de cielo inmenso que nos hizo sombra
la mañana que nosotras también quisimos el amor
más allá del hambre, de la tripa limpia de los hombres únicos.

Tenías una belleza tan líquida colgando del labio

que hubo un tiempo que olvidé cómo nombrarte
más tarde el puño sobre la mesa
y quedarte tan flaca después del nacimiento
en los objetos punzantes que han llenado tu cabeza
la casa tan vacía
el grito tan alto
que no te reconoces
en el olor de la cocina sucia después de los adultos
de la ceremonia salvaje de ser dorada

ningún espejo va a devolverte tu imagen de cierva
como ningún hombre te va a volver a llenar el vientre
estás seca, te doblas como un junco
y su pequeño corazón se derrama
en tu belleza tan líquida
colgando del labio
en algún lugar de una niña
que hace una acrobacia en la ventana
y lo pone todo perdido de cabellos
sonando a barro en los ríos
en la vida entera.

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COMPRAR, SU DIOS, SU RITO [Mi poema]
María Paz Guerrero [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Hoy salió. Fue a comprar. Y se ha comprado
una crema que dicen crece el pelo,
un potingue calmando irá su anhelo
y una gafas que miran si el de al lado
por ella al observarla está colado
y cura el desconsuelo.

Y un pullover que estaba rebajado
así sea verdad no lo precisa,
y en el mismo paquete una camisa,
y unos guantes que nunca los ha usado
mas contaba lo mucho que se ahorrado
obrando de esa guisa.

Y un espejo que opinan que al mirarse
se puede conseguir verse más guapa,
y que, dicen, quien mira ya derrapa,
y aunque sabe no puede consolarse
solo piensa no más en qué comprarse
impulso al que no escapa.

Y una plancha que dicen plancha sola
y un robot que lo enciendes y cocina,
y otro móvil que te habla sin inquina,
para hacer que algo compres otra trola
que dicen que te enseña y baila sola
que gusta y es divina.

Resistir no consigue a sus deseos
pues va siempre encontrando algo bonito
y así ella hace al comprar un requisito
que pueda hacer feliz. Y es que son reos,
que absorbe y les somete a devaneos.
Comprar, eso es gozar, su dios, su rito.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  María Paz Guerrero

chupa con el moco de su trompa

la calavera
le quita el barro los gusanos la maleza
se demora
sus crías van a pasar hambre
mientras lava el esqueleto
los huesos serán masticados
por el tiempo
molidos por el aire
hasta desaparecer
las partículas se disolverán
limpias
en el desierto

Algo ondeaba

algo babeaba, se arrastraba en la alfombra de la casa
algo sudaba en la cama de madrugada
algo corría y se caía y se raspaba la rodilla
algo se bajaba los pantalones
algo se acostaba en el pasto y se restregaba en la tierra
algo orinaba en la mitad de la calle
algo dejaba al canchoso suelto, en un potrero
algo miraba al perro y no sentía ternura
algo aprendía a no querer
algo corría hasta quedar muerto
algo volaba papalotes en el aire hirviente de Comala
algo conocía la sed en un libro
algo tomaba vasos eternos de agua
*
Los campesinos todavía desayunan arena,
almuerzan cascajo
y comen piedras asadas.

Sale al bosque a desenterrar raíces
llena el tiempo de huecos
y mete el escaso cuerpo
en uno de ellos
Cubre su esqueleto del viento
para que la corriente
no roce su superficie de erizo
Se rompería en añicos el aire
al contacto con las puntas
No busca hacerse cortaduras en la cara
ni beber licores fuertes
mucho menos ser vidente
Ya tiene ojos rasgados, piel amarilla
y se pone a ser india
en la mitad del día.

La vieja sentada en la mesa

sus manos aruñan la comida
su boca chupa el hueso solitario
cuando engulle
sus músculos tiemblan.
Absorta en su trabajo
avanza como caracol

Parpadea
Todo su tiempo contenido
en ese despojo

Descarga su peso sobre las horas

como si el atardecer
torbellino,
como si la vista desde el piso octavo
lo acercara a Marina
79 años
se desploma contra el césped
se parte los dientes.
En al ascensor Marina
le agradece a Dios
y tapa su boca mueca*

Desde el piso octavo busca historias:

Antes, la sangre de Marina era
el ciclo solar de su cuerpo.
Ahora la mano temblorosa
arranca un diente
y esta nueva sangre
le recuerda cómo la carne
-no solo el iris, ni el tiempo-
también se parte

No sabí­as quién era

y aún así­ buscaste en las grietas del aire
su gesto suspendido.
Indagaste con la tenacidad muda
del animal
encontraste
su risa repetida
en la retina de los niños
el silencio cóncavo en el corredor
la ausencia ní­tida
que revela la cicatriz en el ojo.

Me levanto y la boca es una mancha

me estiro, reptil
pinto las uñas de mis pies

Salgo al parque
el aire juega como niño
infla mi pecho cansado
me sube a la copa de la acacia
me da vueltas
Delicada, frágil
destruí­ la noche.

Ahora

todo está hueco de sí­ mismo
traslúcido
solo queda el rayo diminuto
que parte por la mitad la añoranza

El perro se acuesta en la orilla

resopla sin asidero

Ella consume la fragilidad del animal
esa tenaz consistencia del pulmón marchito
ella fuma
-silenciosa, con la cautela que mata el tiempo-
fuma
para acompañar el resuello

Es su único apego
ese perro dañado.

Benjy

Benjy ama a Cathy
escucha quietudes, aires
The sound and the Fury.
Quiere ser bobo
hablar como asno, mula de carga
quiere ser este que es ahora:
uno más cercano.
¿A qué suena su infancia?
a tienda, martillos.
La percusión está abajo y los chelos arriba
donde llegan los pájaros.
Benjy besa, se pega a Cathy
lame su rodilla fresca
confunde a su hermana con la flor
confunde la falda de su hermana con la muerte

Ahora mismo las plantas están vivas

impávidas no saben que Eulalia las pinta
Diana las hace sonar y yo las escribo.
Ellas
mueren
respiran
se llenan de sí­ mismas
mientras nosotras
inventamos su gramática.

Infancia

Reúne guijarros en los bolsillos
los arranca del suelo
para llevarlos al agua
los mete en peceras para que respiren
y acostumbrarlos a su próxima morada
*
Cuando el niño ve la piedra
se la lleva
la piedra es suya, desde siempre,
así­ como los pedazos de madera.
Pero no se puede llevar la quebrada
así­ aprende que hay cosas que no son de él.

Escribe ese pedazo que vibra

sutil
escribe con un cuchillo
y después corta cada filamento
para unir ese intenso
dislocado
grave
camino.

Edipo se quitó los ojos

yo me arranco las palabras

No quiero ser muda
quiero sonidos por eso aúllo

El mundo es tonto
no habla

Yo grito por él.

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Y UN DÍA SE PIRÓ… [Mi poema]
Martín Rodríguez Arellano [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Y un día se piró. Zoe su nombre.
Era mi amiga, fue mi confidente.
Huyó sin avisarme, de repente,
quizá es que yo con ella fui un mal hombre.

Cada instante pasó lloré el vacío,
que en mis ojos tejióse una alambrera,
y hoy aun miro debajo la escalera,
y su ausencia se torna escalofrío.

Hay quien dice la vio, no sabe dónde,
otros hablan de ayer, no saben cuando,
yo quisiera pensar que es que se esconde.

No paro de llamarla y no responde,
que imaginar quisiera está jugando,
mas nunca es que a mi amor no corresponde.
©donaciano bueno

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Es un dicho eso de que el perro es el mejor amigo del hombre que tiene mucho de cierto.

Bebiendo un perro en el Nilo
al mismo tiempo corría.
¿Bebe quieto? le decía
un taimado cocodrilo.
Díjole el perro prudente:
¿Dañoso es beber y andar,
¿pero es sano el aguardar
a que me claves el diente?.
(Félix María de Samaniego)

MI POETA SUGERIDOMartín Rodríguez Arellano

El pueblo

Cuando yo muera
El pueblo no se acabará.
Permanecerán las sonrisas,
Existirán grandes palabras,
Los niños cantarán en ayuuk.

Cada sol de nuestra vida,
Escuchará el himno mixe,
Con el regocijo de Kong Oy
Muchas fiestas nos esperan.
Y el pueblo ayuuk no se apagará.

Gente de Estado

No sonrías,
No festejes
Mi desaparición forzada
Ni mi vida extinta.

No digas que el triunfo es tuyo,
No pienses que es a mí a quien dañas,
Porque sucede que tú eres yo.
Si no vuelvo a aparecer o me extingo
Significa que pronto perecerás.

Las flores del jaguar

Cuando se oculta el sol
En felino de flores se convierte,
Recorre selvas y montañas
Para que lo tomes por nagual.

Bajo la luz de la luna
Observa la bóveda celeste
Y descubrirás las flores del jaguar
Que cada día guiarán tus pasos.
Al presentarse la alborada,
Se apagan como la lumbre,
Igual que en un sueño nocturno,

Y el día nos saluda de nuevo.

Y lo sabe

El viento no puede
atajar un sueño.

La noche se hace luz
para el pensamiento.

Yo vivo aquí
pero
pienso allá…

Y mi pueblo lo sabe.

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QUIZÁS MEJOR NO HAYA GOBIERNO [Mi poema]
Enrique Casaravilla Lemos [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Estos pueblos no tienen quien los paren,
ni los propios políticos los rompen
que en ansias de riqueza se corrompen
y a sus trozos no encuentran quien reparen.

Que la inercia es un hecho muy patente,
no precisa que nadie la dirija,
si hay peligro saldrá por la rendija
mas no ha de irse a la mar por la pendiente.

Quizás sea mejor no haya gobierno
y le dejen que avance paso a paso,
que es más útil dormir a cielo raso
que, atrapado, ya hundirse hasta el infierno.

Basta ya de disputas y peleas
entre los que debieran dar ejemplo,
cada cual quiere auparte hasta su templo
cual profetas buscando que les creas.

Dicen ellos que vienen a servir servir
mas el pueblo nunca a ellos ha importado,
cuando mandan te tratan cual ganado,
sólo piensan en cuanto repartir.

Pareciera que son predestinados
ofreciendo millones de promesas,
son excusas a ver si tú les besas
y atrapando ser de ellos sus criados.
©donaciano bueno

Va a hacer ya para seis meses que llevamos sin gobierno y el país sigue funcionando solamente interrumpido por los ruidos mediáticos que hacen aquellos que luchan por hacerse con el sillón.

MI POETA SUGERIDOEnrique Casaravilla Lemos

Versos terrenos

Me llaman
a su gracia pálida
las bodas del cielo.
-Pero yo amo la Tierra.

Me llaman las altas estrellas.
-Pero las mujeres cubren con una roja llama, toda la tierra…!

Me llaman las altas tinieblas!…
-Pero yo amo las cabelleras
de las plantas,
que las más sensuales, y felices, me recuerdan
de las mujeres de la tierra!

Me llaman desde las alturas de las estrellas
llantos
de vagos labios
perdidos….
-¡Pero yo amo la tierra!

Tiempo de separación

T e amo en amor que antes no he sentido…!
E stoy a tu servicio dulcemente.
A donde vayas me tendrás contigo.
M e dan tus asperezas honda pena.
O bserva las tormentas de mi duelo;
M ¡entras pasan las horas, largas, lentas!…
U n hombre es un camino solitario;
C on su elegida, dos caminos juntos;
H aciendo ambos más corto el viaje largo.
O los tristes cansancios menos duros.

Separación

Moríase mi Padre; ¡se iba!
Y yo exploraba
sus ya lejanos ojos…
Más hondo: ¡no se ve,
no se siente! Sonaba la verdad. Se juntaba
a la sombra, y mi alma se nublaba, sin fe.
Sus días eran tantos, que lo cubrieron de años.
Su vida? era la vida -con sus ingratitudes
y con sus buenos ángeles!
… Acaso algunos daños
le hicimos con el ruido de nuestras inquietudes
Poco sabremos, nada…
Terminaba, caía
a lo hondo: Yo deseaba ver algo! más.., no vi.
¿Descendía al silencio? ¿A lo alto subía?…
En este suelo el roble se acaba. Y todo calla;
y las fuerzas se van perdida la batalla.
¿Cómo quedar, si en este lugar es todo así..?

Miseria de las quintas

Aquel pasado, enhébrase en los huesos;
lo que era llama y rayos
ahora el ánima hiela.
¡Cuando éramos pequeños y corríamos
juntos con alboroto sin fin delicia loca,
entre las horas tiernas …!
-cuando brillaban fuentes limpias llenas
y de rosales altos, hoy anémicos,
cálido olor en pétalos caía.
¡Donde estarán ay! tantos camaradas
primeros, de estas Quintas
que sólo ahora reflejan recuerdos!:
¡los más altos de ellos no están, oh árboles!
¡Algo que habla hay aún y algo suspira
hablando de sus juegos, de sus padres!…
-Rumores, tristezas; rota
estatua mira en las quintas,
calma fría que apena…-
¡Han desaparecido
como aquellas
sonoras
horas!

En lo oscuro de la senda

¿El más allá?… ¿La otra vida?…

Una hoja helada voló
golpeando, al bajar, mi carne,
y desde su nada habló:
vanidad, pena de todo,
perdición, frío …!
¿Qué dios,
cuál dios, cruel, deshojador,
con el peso de una espada
y el sigilo de una hoz
me la envió, mientras temblaba
mi cuerpo en viejo pavor,
en lo oscuro de la senda,
sin una gruta de amor?

El patio extraño

Yo tengo el patio solitario
de densa piedra no mirada…

Que en él desciendan los demonios…

Ni una flor – vaga vejez; sin nada…

(arde un planeta contra un pilar!)

Liso y abierto -sin sombrero-
que habituar sepa a los demonios
que surgen bajo el firmamento.

Dicha de lo pequeño

Dulcemente colmada, una planta, las tiene:
flores azules, flores doradas, sonrojadas,
… igual que cual la risa sobre una boca ríe!
Una niña danzando con la aurora… a ella viene
Ante la simple planta, yo he pensado – ¡acortadas
mis ansias!- ; cómo en ella la flor vive, y sonríe!…
y cómo, en pobre polvo, me dan sus seres finos
las flores!, tan acá… tan allá.., columpiadas,
que el destino no toca sus pétalos divinos.
Y olvidada sobre ellas, detengo mi alma, al ver
tanta sonrisa y tanta simpleza resignadas.
¡Copia tan nimia dicha, -ya han dicho mis destinos!…
Más ¡ay!, mi loca vida soñaba florecer
la tierra y le fue poco lo pequeño del mundo
que sencillas le daban. las cosas, al nacer!
Creíase gran árbol, loco en crear fecundo,
teniendo a los desiertos para reverdecer
vuelto gigante selva.., en su espacio profundo
y sin voz. Y ha ignorado a esas flores sin ansias
grandes, que en una taza exigua, al parecer,
ríen como si el mundo llenaran sus fragancias!…

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LA CASA DE LA ABUELA [Mi poema]
María José Marrodán Gironés [Poeta sugerido]

MI POEMA ...de medio pelo

 

La casa de la abuela ya está en venta
pues ella imaginaba y se moría.
No digan que marchara muy contenta.
La casa huele a sal y a la pimienta
la misma que en su aspecto desprendía.

Con ella se marcharon los abrazos,
las risas, cuchufletas y los mimos,
los tiempos tan alegres que vivimos
las trampas, las peleas, los codazos
de todos los sobrinos y los primos.

La abuela iba pintando en las paredes
las pugnas y sudores de ese sueño
que tuvo que pagar, los sinsabores,
consciente que las obras son amores
luchando sin morir en el empeño.

La casa de la abuela hoy fallecida
reprocha a la familia el menosprecio,
previendo habrá un cartel poniendo el precio
a aquella su ilusión que fue en la vida,
y al gratis recibir no hacer aprecio.

La casa, hay que decir que ella murió,
exacto el mismo día que la abuela.
Pues raudo la sacaron de la hijuela
partiendo lo que alguno les pagó
llegándola a enterrar junto a la esquela.
©donaciano bueno.

El esfuerzo de una vida dilapidado en un segundo... Share on X

MI POETA SUGERIDO: María José Marrodán Gironés

Azul

como el cielo que queremos nos acoja.
Como el corazon inflamado de amistad.
Como el cabello de Elsa
sl cruzar el ecuador de la vida.
Como la mirada admirada de un niño.
Como ese banco invitando
a ejercer el derecho
a un tedio vanidoso.
Como el paisaje de una ilusión.
Como tus manos en mi cintura.
Como tu nombre en mi boca.
Azul.

ÁNGELES y DEMONIOS

En el fondo de ti hay un ángel que te guarda
y un demonio que te empuja.
Pretendes desterrar el lado oscuro
y aseveras quedarte en el correcto.
Lo afirmas al errar como el mayor de los valientes
o al perder la fortuna de tu nombre.
Pero entonces te sorprendes al saber
que todo demonio conoce el paraíso
y en cada ángel habita
un ascua del infierno.

SIGNOS DE EXCLAMACIÓN

Hoy llegue tarde al trabajo,
también ayer y antes de ayer.

Lo hice sin premeditación,
pero fue alevosa
la forma en que escribí
los puntos suspensivos de los besos
y todas las interrogaciones
y esos signos de exclamación que son
tu boca bordeando mi cintura.
mis labios en tu piel.

EN VOZ BAJA

Que nadie alce la voz con sus riquezas,
no muestre en público su dicha,
no se vanaglorie del sosiego, que,
entre rayo y rayo, le conceden los dioses.

La calma es un bien muy susceptible,
y la vida un reloj que anda atrasando
los segundos del reposo.

Por eso conviene que a la hora de hablar,
de ondear por bandera la alegría,
de sonreír en voz alta,
de sacar pecho ante la gloria,
o la esperanza, el amor,
lo hagamos en voz baja y a hurtadillas,
mientras el día no vigila nuestro exceso,
mientras la vida especula en otra frente.

ECLIPSE DE UN POEMA

Ocurre que el tiempo se detiene en una sombra
y obliga al intruso a vagar por ella, a vivir en ella,
a permanecer en sus entrañas.

Entonces sucede que la luz se traslada
de segundo y de mañana, de continente,
de planeta, de miradas, y, somos
un verso apócrifo, una materia
impenitente en medio de la casa
en que vivimos, del sueño que tenemos,
de aquella infancia lejana,
de ese futuro por llegar.

Ocurre que el tiempo de detiene en una sombra
y sólo somos el eclipse de un poema.

LAS FRACTURAS DE LA VIDA

Del mismo modo que el mercurio al derramarse
de su cáliz se rompe en mil pedazos,
y, cada uno,
se vuelve a dividir bajo la huella,
febril, de nuestros dedos, así son
las fracturas de la vida.

Componerlo luego es cosa inútil,
reunir las gotas, agrupar fragmentos,
para después …difícil…
reencontrarnos con aquel utensilio,
—aquellos brazos, sonrisa, circunstancia—
que un gesto antes estaba incorrupto,
impecable. Ahora es un puzzle, un mosaico
que irremediablemente perdió la lozanía,
su entidad, su magia, su futuro.

SI OLVIDA LA MEMORIA SU LUGAR

A quienes perdieron su nombre en la memoria transida de sus seres queridos.

No es por la tristeza, amor,
ni por el trazo gris que pone el sol sobre los sueños,
ni porque arranque el viento la esperanza,
ni porque se hacen yermos ciertos territorios
como el de los días y el de las promesas.

No es por la tristeza, amor,
No son las gaviotas del olvido,
ni las alamedas de la duda,
ni por la lluvia derramada en una sílaba,
ni por la cosecha recogida e inválida
de un agosto cualquiera en el granero.
Ni porque sufran las olas mal de amores,
ni porque esté cada vez más lejano el horizonte.

Es, amor, porque la playa no trajo los nombres
y al ocaso le va faltando cielo
y unas manos mueren sobre un escritorio
y aquella mujer que tanto conocimos
y que tan bien nos conocía,
a la que tanto amamos en las cuatro letras
de su maternal nombre,
apagó las luces y cerró la casa
y regresó febril a sus infancias.

Es, amor, porque cerraron
de pronto el paraíso.

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SENTADO EN MI TERRAZA [Mi poema]
Julio J. Casal [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

De mi piso, sentado en la terraza
una tarde de otoño moribundo,
intentando ya aislarme de este mundo.
un respiro le doy a mi cachaza.

Entretanto un rayito juguetón,
garabatos dibuja por mi calva,
que bailando desliza al mismo son
pues que nadie del sol si huye se salva.

Desde el cielo vestida de amarilla
hay una hoja que cae entre mi frente
deslizando del chopo que en la orilla,
intensa, esa quietud parece ausente.

Interrumpe mi estado de anestesia
su bullicio y los niños de un colegio,
y el de un perro ladrado. Privilegio
del sonar de campañas de la iglesia.

La tarde está al caer, yo observo el cielo,
diviso más allá en la lontananza
en el campo brillando una naranja,
doyme el piro y me ausento del señuelo.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDOJulio J. Casal

Máscaras

No hay un pintor que sin defecto encuadre
la vida y nos la muestre, porque toda
paleta de otros siglos, o a la moda,
no sirve… ¿Ha de llegar la noble madre
de cuyo parto brotará la ciencia
que ha de entregarnos lo que nadie pudo,
de cascabeles y antifaz desnudo,
el payaso genial de la existencia?
¿Pero conviene que algún ser descorra
la mentira, mostrando lo que existe,
en el fondo, tal vez de justo, para
herirnos? La verdad lo bello borra,
y el carnaval humano sería triste
sin el encanto de la doble cara.

Árbol

Árbol, yo ya sabia que eras hermano mío.
Hacia los cielos vamos en claro florecer.,.
Y tus ramas audaces, hallaron el rocío
en el cristal y el ámbar, luz de mi amanecer…
¡Árbol, yo ya sabia que eras hermano mío!

En ti hay, a momentos, más pájaros que hojas
Y eres en primavera mágico surtidor.
Y en mí, ¡qué profusión de rosas, blancas, rojas,
Y qué acento en mi lírico manantial interior!

Los dos brindamos, árbol, savia joven y nueva.
Y por nosotros corre un idéntico río
de emoción, y sabemos en las nieves de prueba
aguardar libremente el calor de otro estío.

Hacia lo azul, el mismo impulso azul nos lleva…
Árbol, yo ya sabía que eras hermano mío.

Ruego

Ni tú me esperarás. Ni yo he de ir.
Estás en lo escondido
de tu hiedra de cielo, tan lejano,
que hasta tu rostro
no podrá la muerte
alzarme en su marea.

Condenado a seguir desde la orilla
a los que ascienden hasta ti. Mi sombra
da su presencia en el movible mundo.
Apenas sube en luz. Otra vez sombra.

Tal vez no quieras que yo llegue. El campo
aguarda en flor de muertos, mi ternura.
Sobre los infinitos lirios echaré
mi corazón de hombre. Déjame ser lluvia.

Déjame como niebla ligera
por los caminos.
Seré danza de estío para la rosa débil,
como labio de arroyo para la orilla oscura.

Estarán junto a ti los que amaron la vida
y los que la encendieron en heroicos espejos,
los que en duro ejercicio moldearon
el umbral en que se echan perros fieles.

Muerto aún amo la tierra. Despertando
del pecho de una muerta está mi infancia.
Intimo, hundirme
en el enjambre eterno.

Renacer en los ojos de los bueyes.
Con el rojo mastín
ladrar antiguamente a los viajeros
que llegan hasta el humo de las chozas.

¿Qué he de hacer yo en tu fiesta de elegidos?
Mi corazón es pájaro de agua
de tus copiosas venas de la tierra.
Piensa en un vuelo más que se ha extraviado.
Ni tú me esperarás. Ni yo he de ir.
Haz de mi muerte lluvia. Échala al campo.

Aligerarse para el vuelo

Aligerarse pata el vuelo. Un día
nada de lo superfluo pesará.
Iremos tan sin carne,
tan sin sombra,
sólo en la luz…

Creíamos,
que lo que fue quedando en el viaje,
lo íbamos perdiendo,

Perder no es desprenderse
de lo frondoso,
ni es ir dejando aquello que nos viste
de transitoria y fácil alegría.

Mirar como se apaga
la voz que grita,
no es perder.
Y nos alcanzará, con nuestra parte
de agua y de viento.

Un día
irá nuestro corazón ligero
-no vacío-
sólo en la luz,
tan sin carne,
tan sin sombra…

Tierna palabra

Tierna palabra de olvidado día
llegas a ml por nubes de entresueño,
y me vuelvo a sentir, dulce y pequeño,
abriendo con tu llave, el alma mía.
Ves corno asciende por la tarde fría,
convertido en paloma, el turbio ceño
que en mi frente, al partir, me dejó el sueño.
y paloma van en romería.

Tornas palabra a darme la dulzura
De mi madre, en la plácida tutela
la noche me era larga. Vienes

a convertir mi llanto en agua pura,
Hoy otra vez, estás conmigo, y vuela
Tu mano entre el otoño de mis sienes.

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Sopla el viento achubascado,
y entre nublado y nublado
hay trozos de cielo añil.
Agua y sol. El iris brilla.
En una nube lejana,
zigzaguea
una centella amarilla
(Antonio Machado)

HOY SALE EL SOL [Mi poema]
Selva Casal [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Hoy sale el sol. Se espera haga un buen día.
De un rayo que atraviesa mi ventana
deduzco será así. Que la alegría,
ansiada, me ha mirado y sonreía,
dotando de esplendor a la mañana.

Sale el sol para todo, para todos,
aquellos que transitan sin razones,
abstemios de experiencias y beodos,
obviando ya por fin los malos modos,
brindando el resplandor a los rincones.

Que sale el sol. Con él nace la vida,
y eleva la ilusión de los paisanos,
la flora luce un ansia desmedida,
más dulce, más amable, más florida,
y anima así al caudal de los pantanos.

Que el mundo sin el sol nada sería,
la sombra defecando en el ambiente,
un siglo sin gozar, melancolía,
y dudo si el amor no moriría
de triste inanición cual indigente.

¡Que pena!, muere el sol, con él la luna,
y estrellas que dan luz al firmamento,
promesas se diluyen una a una,
mas nunca por jamás se irá la hambruna,
cuán triste es el remate de este cuento.
©donaciano bueno

El día en el que el sol se apague, el mundo fallecerá de tristeza.

(José de Espronceda)

Para y óyeme ¡oh sol! yo te saludo
y extático ante ti me atrevo a hablarte:
ardiente como tú mi fantasía,
arrebatada en ansia de admirarte
intrépidas a ti sus alas guía.

MI POETA SUGERIDOSelva Casal

Aúllan

Como quien prepara un complot
Se prepara el silencio
Los enemigos lloran
Ya les hemos entregado la vida
Pero lloran
Aúllan su extraño sueño
Mis vísceras sueñan tu mismo sueño
Viven un destiempo
Un río
Todo se oscurece.

Hay tantas formas de amar

Hay tantas formas de amar
Como seres vivientes
El mundo está hecho de tal manera
Como para que nadie entienda a nadie
De ahí la fantasía
Este quehacer que a nada se asemeja
Que vivifica y danza
Escribo desde el sueño
Y desde los espejos
Que misteriosamente se abrieron una tarde.

En mí vive una pena

En mí vive una pena
A la que día y noche me abrazo
Si miro una flor ésta amanece
Y caen como racimos las noches blancas
Todos los seres humanos están en deuda
Están en crimen
Por el sólo hecho de existir
Y no poder
No poder llegar nunca
Mi rostro es el firmamento
El firmamento por donde navego
Qué importa que sea un siglo u otro.

Pasión

Nunca busqué ganar ni perder nada
Mas temo perder esta pasión
Y olvidar
No sentir nás este dolor
Desde el que soy y me alimento
Encontrarás mi cuerpo en cada esquina
Mi único cuerpo sin fin y sin principio
Como una catacumba
O una supernova
El cuerpo por el cual entraste al mundo
Lo que quiero decir es tan hondo y extraño
Que lacera mis vísceras
Hace vibrar el aire
Tú como Lázaro volviste
Sólo por un momento
Para soñar el mar.

Desaparecido

Desaparecidos ascienden tal un hombre asciende
Hasta el altísimo
Como una oración o un recuerdo
Recuerdo tu llegar
Mis manos latían de gozo
Recuerdo el crujir de la puerta
Porque eres así
Un presente absoluto
Cristo nos dio la esperanza
Por eso deberíamos vivir sin sospechar
Sin indagar
Sin nada
Donde está el desaparecido
No hay leyes que te restituyan la vida
Los pequeños días cotidianos
Cristo ven
Ya basta
Y pensar que morimos cada noche
Y no sabemos.

Todo encuentro sufre de ausencia

No ser tu cuerpo ya
No poder ser tu cuerpo
Los bosques cantan
Las noches como dormidas casi desconocidas
La tierra en que viajamos
Entre nubes y cuerpos dislocados
Expedida de un vientre estrangulada yo caía
No ser tu cuerpo ya
No poder ser tu cuerpo
Yo soy mi propia madre
Para encontrarle extenderé mi piel sobre la hierba
Me arrancaré los ojos
Escarbaré raíces
Seré como un relámpago
Todos los que vivieron los malhechores estarán junto a mí
Contra ti contra todo sobrevivo
Recuerdo aquel abrazo en donde naufragamos
Todo por ser mortales
Llámame al 00000
Llámame al infinito
De dónde salí yo
Quién me indujo a existir
Si yo hubiera imaginado les confieso jamás me hubiera asomado a la vida.

Quien soporta el peso de la nada

No nos podemos quedar
Tenemos que huir
Más quién explica esto
No nos podemos quedar
Sin embargo
Quién soporta el peso de la nada
Cortada por el ruido frenético de los vehículos de la calle
Quién soporta levantarse y sentir que es verdad
Que ya no estás
Verdad de ensueño y de luciérnaga
No puedo admitir razones
Hace siglos que espero
Y abrazo tal el viento abraza.

En noches de hospital

En noches de hospital bajaron ángeles
El cielo conjuró a la tierra
Hacia el mar cabalgaban caballos blancos
Yo estaba viva y muerta
No sabía que todo mal es alucinante
Que todo bien duerme
Que convocamos sombras porque somos sombras
Y ya no sé qué hacer con tanta vida
No me dejes morir sin ver tu rostro
Voy por la tierra como un río iracundo
Me despeño tal la montaña se despeña
Poderoso es el sexo
Sagrado
Todo sucede en mí
Mientras escribo para un hombre distante
En noches de hospital se ve la nada
A ella me abrazo
Un animal que muere trastoca el mundo
Se cierne peligrosamente sobre los hombres
La luz que nunca jamás.

Llegará el día

Llegará el día en que florecerán los muertos
Los abuelos que no conocimos
Los que forjaron tu pedazo de vida
Tu minúsculo ser entre los días
Y las noches
Eras
Estabas
Nadie escuchaba a nadie
Todos nos hemos ido
A un país que no existe
Yo tuve el cielo y lo perdí
Tuve la nube y la perdí
Este lugar está clavado en mí
Está clavado
Como el grito de un recién nacido
En la oscuridad más profunda.
——–
Cuadernos

Con un cuaderno donde escribes tus sueños
Padre nuestro hijo
Oremos con poesía pan y barro
Fui madre hijo tigre en la maleza
Asesino alevoso
La eternidad descalza
Grito descarnado hueso puro
Y de tus pies ausencia
No sé ser otro no sé ser nada
Por un campo de trigo emocionado
Sobrevuelan cabezas
Miles de águilas miden la distancia
La infinita distancia que hay entre las cosas
Yo que meditaba y creía en la lluvia
En las palabras ciertas amaba el viento
Tengo un duende en las venas
Un mar sin fin que arremete y me arroja
Allí donde no hay tabla de sumar ni de multiplicar
Una mujer se arroja al río
los árboles afirman que es verano
Yo que nunca maté a nadie
O tal vez sí de amor y de tristeza
Digo: nada de grandilocuencia
La verdad sólo la verdad
Basta de libros falsos
Menos conferencias
Clausuremos la solemnidad.

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MIS PASEOS POR MADRID [Mi poema]
Álvaro Macías Rondán [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Paseando voy la vida por la ciudad,
los pasos van pasando por mi sendero,
de lo que antes anduve ya nada espero
que ahora voy mendigando la caridad.

Mientras voy caminando pienso en las prisas
que antaño provocaran mi desespero,
van recuerdos lanzando desde mi albero
entre llantos y risas algo imprecisas.

Observo lo que acontece a mi alrededor
ando tranquilamente, subo las cuestas,
aun cuando ya ágil no estoy, que no hago apuestas,
contando los pasos sigo con gran ardor.

Como pasan los coches, pasan las horas,
las gentes van pasando con sus mochilas,
hoy ya las emociones vagan tranquilas
destilando suspiros por sus esporas.

Todo va acelerado, raudo aquí pasa,
cual si anhelar quisiera tocar el cielo,
sólo ya voy rumiando mi desconsuelo
pues los sueños murieron y el sol ya abrasa.
©donaciano bueno

Mi opinión: Madrid es una fantástica ciudad para pasear, no puedo decir lo mismo para trabajar y tener que ir de un lado para otro haciendo. Si lo sabré yo.

Madrid, castillo famoso
que al rey moro alivia el miedo,
arde en fiestas en su coso,
por ser el natal dichoso
de Alimenón de Toledo.
(Nicolás Fernández de Moratín)

MI POETA SUGERIDO:  Álvaro Macías Rondán

DESTINO DE SAL

Otra vez aquí, en el destino
en este cruce de uñas, en este secarral de lágrimas
donde los castillos han dado paso a la intemperie
los olivos a perfectas astillas
el plural a un átomo horrible.
Donde tomarte de la mano es ahora un folio sucio orilla de la fiebre.

El destino está abierto como la tripa de los bueyes
o el pescuezo de un burro
y aquí me alimento de musgo y de pieles muertas
—patrimonio inhóspito del llanto—.

Me adelantan los días que no vivo contigo.
Me cae el sudor a chorros, su sal de simulacros.
Los anillos son triángulos de victorias perdidas.
La luna se hace hueco entre mis piernas
como un chamán dormido
que no ha deshecho el equipaje ni destensado mis fallos.

Error. Culpa. Jadeo solitario.
El pasado es el carbono en lejanos planetas.
El futuro, una coherencia gritando libertad por debajo de los manicomios.
Otros sí que saben de qué hablo cuando digo tu nombre
porque hablo el idioma de los que el amor ha doblegado.

Le importo a los perros.

Otra vez aquí, en el destino, aquí siempre.
No soportaré de nuevo el lastre inútil del mal olvido
porque he sido aquel que conoció el poder oculto del cieno
de la broza, de la marihuana, del kumquat y de los besos:
agotamos el amor como una serpiente,
de un solo bocado.

De nuevo aquí, donde la noche me forja
donde la noche me forja
y extraño la hermosa pringue de las jacarandas
la profana amistad de las peluquerías
y me doblego a la avaricia final de la nicotina y el espanto.

Cerca está lo imposible.
Lejano lo demás.

Debiste, sin duda,
morderle a mi vida el corazón
si te gustaba lo amargo de su asunto
si ya mordiste otro duro invertebrado
ser que nunca fuimos.

Debes ahora, sin duda,
marcharte, alejarte, irte
dejarme aquí, de nuevo aquí, en el destino
con sangre de lobo y una cruz de gitanos
sobre el alma.
Con toda esta tristísima cohorte de lirios.

Y tal vez no grite. Tal vez ya nunca más grite.
Pero lloraré.

Y esa será mi venganza.

BAJO LAS RAÍCES

Mirar desde abajo las raíces
y detener el tiempo. Eso es la muerte. Por ahora
apenas tengo espacio para pensarla
pero ahí está, arrellanada
sobre la cama que me espera, en la calle
pidiendo limosnas o cantando saetas, en el puerto
cuando llega un viejo barco.
También en la madera está la muerte.
También en las manos que han escarbado la tierra.

Tras las raíces, las nubes. Lejanas.
Como ya el ayer.
Muere también quien no distingue
la muerte de dos labios.

Y hay algún grito de perro que lloriquea.
Los gusanos bisbisean con su bisectriz
que nada los une más que un cuerpo frío y solo.
—Pon tu mano en mi costado y siente y palidece—.
Mientras el otoño empapa el campo de amarillos
y se meten en mi pecho los depredadores.

Es el amor quizá otra muerte, quizá otro llanto.
Quizá una biblioteca.
Aunque el amor está lleno de libros vacíos.
Para él sí tengo espacio y tiempo
pero no raíces ni barcos ni cama ni limosna.

Todo lo más es algo lejano.
Ayer aún eras una nube
—del amor me quedan la culpa y este cuerpo—
y yo un niño jugando con sus formas
dentro del laboratorio de vidas que es la infancia.

La muerte sigue ahí porque sabe
que no es en vano su espera.

Y yo tengo el amor dentro de la boca
colérico, agitado y enfermizo
como una bandada de pájaros negros y mojados.

¡Amor!

ABANDONO PEOR

Qué recodos deja el camino
qué de esquinas grises que parecen todas las esquinas
como un estraperlo de emociones ya afligidas
con el latigazo del absurdo
con la pasión coartada porque ya fue pasión antaño
en otra añada de dedos más firmes
cuando no importaba dar caricias impostadas
con un peaje barato de azules memorias
y un túnel corto de olvidos
en el momento de subir a un tren partisano
con su huelga de raíles y entonces un rímel y una oscuridad suprema
y toda la lucha de repente es yerma
y deshaces la maleta como separándote entrañas
pues al final todo es cuestión de conquistar infinitos
por cualquier medio, con herramientas viejas
calcular los roces, los números de las burocracias
el turno por el que llegarán las cien siguientes olas
a morir o matar contra una roca que ya estaba allí
erosionada menos que las pupilas con las que miras
la nueva vida de los otros, los vencedores
aquellos que conocen de verdad la poesía
porque no hay abandono peor que darse cuenta
de que ya para todo es demasiado tarde.

Hubo una época de felices tormentos:
tuve la lluvia, tuve miedo y te tuve a ti.

POLVO

Me gustaría poner flores
sobre tu cuerpo.
Flores blancas en tu boca.
Flores lilas en tus ojos.
Enterrar todos
los latidos de esta casa.

Tengo cinco lunas en el pecho
y una cruz en tu nombre.
No hay casa.
No hay carretera.

Siempre me he enamorado
de golpes y animales muertos
en el suelo.

Siempre
se me dio bien caer de pie.

Ya no busco aire.
Ahora
solo intento no ahogarme.

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PERDIENDO EL TIEMPO [Mi poema]
Teresa Soto [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Comprende que alguien diga que está loco,
si el tiempo tan escaso que le queda
haciendo un mal poema desperdicia,
consciente nadie lea y que tampoco
si existe algún valor nadie conceda
siquiera a criticar por su estulticia.

Si acaso alguno ayer le hubiera dicho
no corras, deja al tiempo que se pierda,
que aquello de que es oro, eso es mentira,
con ira habría tildado de mal bicho
mandando a tomar viento o a la mierda
peor, a que se queme en una pira.

Curioso, cuando más ya le escasea,
parece no le diera la importancia
que antaño cuando al tiempo se comía,
sin pausa, allí metido en la pelea,
aprende a disfrutar de la vagancia
consciente lo que él hace es nadería.
©donaciano bueno

Que no por mucho #madrugar amanece más #temprano, o si? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Teresa Soto

Imitación de Wislawa

Mis hermanas no escriben poesía,
mis hermanas no leen los periódicos
ni se ponen sombreros
ni saben a las cinco de la tarde
que son las cinco de la tarde.
Yo no soy Wislawa Szymborska,
no soy Marina Tsvietáieva
y no soy Hölderlin.
No soy ninguno de los tres
y no quisiera ser los tres a la vez.
Mis vecinos no saben que escribo,
les agradezco que no lo sepan.
No lo saben y no me leen
y a mí me gusta que no me lean.
Gracias a que no me leen
no pienso nunca en qué pensarán
mis vecinos de mis versos.
La ciudad donde vivo no es silenciosa
así que en mis versos no está el silencio
de mi ciudad.
Mi portero no sabe pronunciar mi nombre
y no lo pronuncia por las mañanas
cuando se sacan los nombres
a pasear atados a una correa de saludos.
Así que no oigo mi nombre cada mañana.
De tanto no oír mi nombre
empecé a pensar que no lo había tenido nunca.

¿Se puede perder un nombre?

Yo no necesito mi nombre para escribir,
así que no lo escribo.
Esto es una imitación.
Para una imitación
sólo sirve el nombre de otro.

Sin título

MI ABUELA tiene las manos en el mismo sitio que yo,
al final de los brazos.
Se las mira con calma.
Tienen algunas manchas y restos de tierra.

Su falda negra forma pliegues raros, diría que vegetales,
llegan casi a tocar el suelo.
Pienso que si lo tocasen tal vez germinarían.
¡Imaginad una corregüela de pliegues negros!

¡Pliegues vegetales! ¡negros pliegues!
¡tejidos de pliegues! ¡senderos plegados!
¡creciendo por todas partes! ¡pliegues!

Los pliegues de la falda negra son un final.
Dicen en su nueva forma de corregüela negra:
“Aquí termina un luto”.

La falda se aleja del suelo unos centímetros.
El luto nunca toca la tierra.
Las manos de mi abuela sí la tocan.
Desde el final del brazo tocan la tierra,
la surcan, la remueven con todos los dedos,
con todas las manchas.

Aunque tengo las manos en el mismo sitio que mi abuela,
al final de los brazos;
no puedo tocar la tierra de la misma forma,
no puedo surcarla ni removerla.

Me temo que tampoco puedo colgarme un luto
y dejarlo a unos centímetros del suelo.
No podría hacer que se quedase ahí suspendido,
ni hacerlo callar.
Mi luto se escurriría quejumbroso
queriendo embadurnar el mundo
con la punta negra de su nariz.

***
Nos fatigábamos esperando la distracción
del ciervo. Nunca caminé más despacio
que entonces. La distancia justa para
observar sin provocar espanto. Esperar
y agotar la vista en el mirar
hasta que
la mandíbula vuelve al pasto
y rumia, traga
sabiéndose a salvo. Los que observan
no buscaban hierba ni sangre ni carnes,
tendones.
Hubo muchos pastos. Todos
se aúnan en este, ya lejos.
* * *
Seguíamos con atención el curso
del agua. Cada estación éramos
los primeros en llegar, admirados
siempre del movimiento de lo blando
hacia lo duro. Hielo y agua y espuma
río abajo. Quietos, tocábamos,
atentos a las superficies. Sumergían
a veces la cabeza los otros,
nosotros con ellos.
De la superficie al fondo
y lo inverso,
qué fácil entender aquello, admirarlo.
Un martín pescador aferrado a la rama
del álamo. Cuántas horas ateridos
esperamos por el grito aquel del pájaro.
Nos daba, creo, la sensación clara
de lo feliz que uno podría llegar a ser.
* * *
Llegó el pie tan alto que se oían los bramidos
de los alces. Nos quedamos sin aliento,
tan arriba, junto a los neveros.
Corrimos pensando poder registrar todos
los horizontes posibles, cada madriguera,
cada marmota, ardillas negras.
Nada se entendía antes tampoco después,
pero allí la cumbre trajo un estar
silenciosos. Vuelo imaginado del pensamiento,
alas como corduras nuevas.
(De Erosión en paisaje (Vaso Roto, 2011).

***
¿Observaste, dime, el peso de la rama
cargada de frutos?,
¿la ubre repleta de alimento?
¿No es palpable, un dolor,
el crujir de la madera ya doblada
de esfuerzo, la fatiga del mamífero
con aquello a cuestas?

De esta misma densidad
es hoy la desdicha.

Sin tocarla,
su consistencia es gruesa.
Dolor quieto.

***
Una colina de álamos era
plata bruñida
el temblor de la copa que rebosa.
La felicidad era toda mordaza
a la raíz, al tronco, a las ramas,
ignorante de lo argentino, de las copas.
Clavada a mirar el agua helada
.. .. .. .. hiriente de tan fría.
Era ese dolor, no otro, el trueque
de lo feliz, de lo cálido.
***
Nos fatigábamos esperando la distracción
del ciervo. Nunca caminé más despacio
que entonces. La distancia justa para
observar sin provocar espanto. Esperar
y agotar la vista en el mirar
hasta que
la mandíbula vuelve al pasto
.. .. .. y rumia, traga
sabiéndose a salvo. Los que observan
no buscaban hierba ni sangre ni carnes,
tendones.
Hubo muchos pastos. Todos
se aúnan en este, ya lejos.
***
Seguíamos con atención el curso
del agua. Cada estación éramos
los primeros en llegar, admirados
siempre del movimiento de lo blando
hacia lo duro. Hielo y agua y espuma
río abajo. Quietos, tocábamos,
atentos a las superficies. Sumergían
a veces la cabeza los otros,
. . . nosotros con ellos.
De la superficie al fondo
. .. .. . y lo inverso,
qué fácil entender aquello, admirarlo.
Un martín pescador aferrado a la rama
del álamo. Cuántas horas ateridos
esperamos por el grito aquel del pájaro.
Nos daba, creo, la sensación clara
de lo feliz que uno podría llegar a ser.

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ECHAR LA VISTA ATRÁS [Mi poema]
Matilde Bianchi [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Echar la vista atrás, vuelta al inicio,
creer que en el nacer está el vivir,
soñar, eso es lanzarse al precipicio,
llorar, por qué llorar, por qué sufrir.

Vivir, vivir, vivir, siempre vivir,
penar, a qué penar, fuera el suplicio,
sentir llega el final y presentir
de nada sirven fuegos de artificio.

Dolor, nombrando a dios y resistir,
pensar no existe el drama ni el dolor,
hacer la vista gorda, ir y venir
asiéndose a ese clavo que es amor.

Luchar y así la gloria conseguir
y en fragor de la lucha en alta mar
no encontrar una ayuda a que acudir
y acabar naufragando en el dudar.

Temor, a ir a destiempo y fracasar
hundiéndose en el fango y no subir
al templo del deseo, hasta su altar,
nacer, crecer, vivir, y al fin morir.
©donaciano bueno

Mirar hacia el pasado es algo natural, aunque únicamente sirva de consuelo. Algo es algo.

Todo el pasado se quiere apoderar de mí
y yo me quiero apoderar del futuro,
me dislocan la cabeza para que mire atrás
y yo quiero mirar adelante.
(Gloria Fuertes)

MI POETA SUGERIDO:  Matilde Bianchi

Fábula

Las piedras preciosas escaparon
de la vidriera
y del remate al mejor postor
Aparecieron rodando
en un curioso baile de disfraz.

Aquel muchacho
sentado en la esquina del salón
no pudo resistir el brillo
y se puso la mano en la visera.

«Yo soy la amada eterna»
dijo la turquesa
cubierta de celestes plumas degradée.

La Turquesa se arregló el peinado:
dijo, adiós, adiós,
vio una magnolia
y se fue por las ramas.

«Soy la princesa escapada del mapa»
(Habló la rutilante esmeralda)
«Llegará el momento
que la bella durmiente me despierte
yo bella y ella bella,
beldad y bondad de suave verde,
luz verde como el mago
de la luz de jade.

El muchacho escuchó sobresaltado:

Monsieur Rubí
cantaba una canción.
Se abrió el chaleco
mostró su corazón
a pecho abierto.
La sangre se derramó
sobre la palma de su mano,
en medio de la línea de fuego.
Monsieur Rubí anunció:
«Púrpura, carmín y vermellón
será el regalo
para los que no amaron ni odiaron
porque el hombre
debe amar
y odiar al mismo tiempo.
Quién conoce el límite,
la gratificación
del amor o del odio».
«Yo soy el topacio de capa dorada»
se presentó esta piedra,
entusiasmada
entre fulgores
y fuegos fatuos.
«Quiero seguir al sol
devanando el oro
que cagó el moro»
«Soy la severidad»
dijo con voz ronca el azabache.
Vengo de la caverna:
ahogados terciopelos
me traen y me llevan.
El antifaz esconde mis ojos
y mis labios negros.
Resalto el brillo
donde menos se espera:
el hombre se marea
en la negra noche del alma,
en la confusión de los carbones.

Las negras naves
deben cruzar los cielos y los mares.
Negra es la severidad
y negra será la sentencia»
Me llamo Diamante o Brillante
para servir al Gigante.
Yo vivo,
agregó pavoneándose,
en los cintillos
de los enamorados.
El amor gasta su honrada moneda
en tocas de ilusión.
Déjenme correr
tras la vaga esperanza
que se derrumba
cuando la pobre vieja
en la subasta
empeña el anillito
Luego volverá la esperanza
en otra mano
con el mismo brillo.

El muchacho, cansado,
olvidó la fiesta y el salón.

En la puerta
apareció una piedra dando tumbos.
Era un pedazo de roca
pulido por el mar,
agrisada, agujereada por la lucha
con los cuatro elementos.
«Yo soy la justicia»
dijo en voz baja.
Con ojos de piedra
contempló los cielos:
bajó la cabeza
y miró el horizonte.

Sonsonete

Quiero quedarme así con el silencio
de la memoria de todas esas cosas
que llenaron tu vida y esta vida
que te dieron un cambio de una rosa.
Como la rosa de Martí, tu rosa
fue compañera y franca, a veces roja
en noches de vigilia apasionada
donde el amor pudo cambiar la historia.
En nombre del padre y del clavel
se fue callado aquel único hijo
y en nombre de la rosa atravesamos
la desmesura oscura y no pudimos
trocar aquel amor por este olvido.
Rosa y fervor, afanes y bravura
se ocultaron incluso a los amigos
que nos vieron salir desesperados
y nos vieron volver entristecidos.
Al cabo, pues, de tanto itinerario
quiero quedarme marchitamente rosa
en un jardín pequeño, fabricado,
con estas pobres flores primorosas.
Si al fin me diste el cabo de una rosa
debo decir por la dicha cumplida
que prendí mi pelo al cabo y navegué
como pude, por aguas de esta vida.
Montevideo, agosto de 1988

– I –

Pedro contó con la línea de dicicosa
que separa la fealdad de la hermosura
Lucas contó la historia
de la muchacha que quebró el ánfora
cansada de llevar el cántaro a la fuente
y con el rostro consumido
se bañó en el agua de aquel río.
Santiago considerado de la divina proporción
que viene a ser la relación
entre cabeza y torso,
entre piernas y brazos:
las nubes en el cielo,
la madona y el niño,
el labrador de pie
sobre la tierra.
Marcos se refirió
a la caída de la rama
cargada de frutos.
Un maestro de la Grecia antigua
supo que la muchacha
no se bañó dos veces
en el mismo río.
Cómo buscar el número de oro:
en la lengua que cojo las heridas,
en el timbre de la voz que canta,
en los ritmos del baile,
en el golpe de la espuma
que el hueco de la mano empapa?
Al final, Juan
pronunció estas palabras:
vamos a sonreír
y también a llorar:
vamos a descubrir la flor
escarbando la tierra.
Las estatuas decoradas por siempre
Las avenidas que llegaron
o no llegaron:
Bella es la luna y el poniente.
Hermosa es la bondad
que vive y muere.

– II –

A Ada

Hace no sé cuánto
que pido perdón
por no haber muerto a tiempo.

No se trata de perder la juventud
la cabellera rubia
o las piernas hermosas.

Pido perdón
—yo que lo quise tanto—
por no haberlo querido mucho más.

Pido perdón
por las palabras gastadas
que utilizo en la clase.

Y perdón por decir buen día
cuando debiera despedirme
internarme
entre los médanos y pinos
que amé tanto
camino de mi casa floreada
y mi camino.

Pido perdón a todos:
solo puedo ofrecer
aquellos tornasoles
y esta espuma.

– III –

No escribo para el olvido,
escribo para el amor.
No sé quién se aferrará a mi letra
ni quién me olvidará primero.
De olvido y tierra
preparamos la muerte.
De amor y de terrón
levantamos la vida.
De amor fue el lazo
de la primera blusa
y el brillo
de la primera estrella.
Dijo el poeta:
mi madre trabajó para el olvido.
No se puede negar
que el viento barre
nombres y recuerdos.
Si los poetas
escriben para el olvido
la modestia se cuela antes de tiempo:
De igual manera
la convidada de piedra
llegará a la cita
para el olvido, el odio o el perdón.
(Para lo que quiera Dios)
Con estas letras me despido.
Tiene el natural encanto
del tiempo
sobre el papel en blanco.

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ODA AL DIOS BALÓN [Mi poema]
Ana María Martínez Sagi [Poeta sugerido]

MI POEMA...de medio pelo

¡Oh, ese objeto volador, esa cosa redondita,
tan inquieta, tan chiquita, que salta sin ton ni son,
al que todo el mundo admira, tú eres pura dinamita,
eres la gloria bendita para toda la afición!

Que provocas emociones de los hinchas a millares,
que sus pasiones excitas y avivas sus corazones
como en la primera cita. Sujeto de los mirones
al que la masa recita con aplausos y cantares.

Capaz de amarte y odiarte en décimas de segundo,
que vas de acá para allá viajando por todo el mundo.
Tu poder no tiene lindes. Gustas a pobres y a ricos,
mujeres, hombres y chicos, altos, gordos, pequeñitos.

¡Casi gol, por qué poquito! gritan con resignación
luego de una frustración, calma chicha y decepción.
¡Qué golazo! afirmación del señor que lleva el pito,
arrebato y a renglón, saltos y miles de gritos.

Hasta yo que soy ateo, en tu divinidad creo,
sigo. sigo, sigo, sigo y en tu imagen me recreo.
Y aunque tachado de autista, por chupón y peleón
con ardor por mozos fieros, ellos también son tus reos.

Y para los que gozamos eres tú, nuestro balón,
el dios al que veneramos, fútbol nuestra religión.
©donaciano bueno

El #fútbol bien se merece un #altar, no? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Ana María Martínez Sagi

ÍBAMOS DE LA MANO

Íbamos de la mano
por el bosque aromado de espliegos y tomillos.
Íbamos de la mano:
era claro el camino.
Tarde de primavera.
Rosado el mar tranquilo.
Íbamos de la mano las bocas silenciosas.
No se oía más ruido
que el del mar y la brisa los últimos reflejos
del sol incendiaban las copas de los pinos.
Nuestras sombras unidas
pasaban con sigilo.
-El verde de tus ojos
era sereno y limpio-.
No sé si tú sentías el calor de mi mano,
la gracia milagrosa de aquel contacto íntimo.
Tu voz quebró el silencio: «¿En qué piensas, pequeña?»
-Cruzó una gavïota por el cielo encendido-.
Yo te miré los ojos que ya amé en otro mundo
y algo breve y muy dulce te murmuré al oído.
Besaste tú mi mano. Luego la noche vino.

El amor lésbico (y frustrado)

Es en mi sangre en mi cuerpo
donde me dueles España.
En mi pensar libre y limpio.
En mi alma.
Como una cruz
clavada.
(…)
¿Qué hiciste de Fray Luis
de Cervantes de Quintana
de Quevedo de gracián
de la fabulosa hazaña
que Colón preso insultado
ofreciera a tus monarcas?
(…)
Destierras. Persigues. Odias.
Condenas. Calumnias. Matas
la flor de la inteligencia
de la entereza y la gracia.
Desagradecida tierra.
Intolerante. Iletrada.
La que desterró a Unamuno.
La que asesinó a mansalva
a aquel poeta inocente
que a los gitanos amaba.

EL DESEO

         Noche
de insomnio negro.

         Sobre mi talud de cardos
crispada me recuesto.
En cada pliegue blando
recôndito del lecho:
una espina de miel
un cuchillo de fuego.

         Incrustado
a mi cuerpo
tentáculo feroz
y agressivo: el deseo.

         Gritos broncos derriban
murallas de silencio.
Sofocante me absorbe,
la boca que no tengo.
Mordaza de mi mutismo.
Pantera de mi desierto.
Hoguera de mi penumbra.
Abismo de mi tormento.
En un rojo
revuelo
de combates
sin freno
aberta
desmembrada
me consumo y me pierdo.
En la noche demente
resucitada muero:
con la boca quemada
com los flancos ardendo.

         Lívida madrugada
cortará el aire denso.

         Y el rostro que persigo
morirá en el espejo.

Venía tu cuerpo moreno…

Venía tu cuerpo moreno
en el agua rosada del río.
Un viento, de pena callada,
retorcía los grises olivos.
Venía tu cuerpo moreno,
inmóvil y frío.
El agua, cantando, pasaba
por tus dedos rígidos.
¡Venías tan pálido,
soldado, en el río!
La boca cerrada, las manos heladas,
la piel como el lirio;
y una herida roja, en la frente blanca,
y una luz de aurora, en los ojos limpios…
¡Qué muerte la tuya, soldado del pueblo,
bravo miliciano, corazón amigo;
qué muerte más dulce, cien brazos de agua
ceñidos en torno de tu rostro lívido!
No venías muerto sobre el agua clara;
sobre el agua clara, venías dormido:
un clavel granate, en la sien nevada,
y en los ojos quietos, dos luceros vivos.
¡Qué pálido y frío,
venía tu cuerpo moreno
sobre el agua rosada del río!

TU ROSTRO

Pacientemente sí.
Porfiadamente sí.
En mármoles de olvido
en bronces de congoja
en granitos de ausencia
día tras día noche
tras noche con dulzura
he labrado tu rostro.
Tu rostro que inventé
hoy pervive en mis ojos
va siguiendo mis pasos
hasta borrar el tiempo
hasta velar mi nombre
hasta cubrir las islas
de luz de la memoria.
Amorosamente sí.
Angustiadamente sí:
he labrado tu rostro.
Traspuse pavorosas vorágines de gritos
derribé cordilleras
descendí por los anchos
océanos secretos
descorriendo el cerrojo de las noches hostiles
del ansia adormecida
de mi voz ahogada
en canteras de angustia.
Aurora tras aurora.
Ocaso tras ocaso.
Ni demente ni cuerda:
así labré tu rostro.
¡Y nadie lo descubre
vibrando entre mis manos!
¡Oh rostro conquistado!
Ardiente quemadura.
Grito tenso del sueño.
Fiel herida del alma.
¡Estatua de fulgor
que no podrás robarme!

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LA ATENAS DEL ECUADOR [Mi poema]
Roberto de las Carreras [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Tal fue lo que escuché que no creía
¡no lo demores más, ya vete allí!
Lo que digo no es pura fantasía,
ni fruto de emoción o de empatía
sorprenderá, cual yo me sorprendí.

Fue tanta con la fuerza que insistía
que hacer tan largo viaje decidí
de Quito el corazón la serranía,
a Ambato y Riobamba llegaría
a esa ansiada belleza del país.

Y al fin llegamos frente a la verdad,
¡Ahí estaba real Cuenca la bella!
ornada de esa luz, brillante estrella,
la Atenas de Ecuador dejando huella,
cuatro arterias en medio la ciudad.

Tu estampa colonial, joya sureña,
-de Unesco patrimonio declarada-,
de artistas y poetas laureada,
de plazas y de villas adornada,
de habitantes del sur su santo y seña.

¿Después de Cuenca, qué? -era un clamor-
¿en dónde hay gente que hable cantadito,
que se palpe el amor al Dios bendito?
En Azuay, se encuentra en Ecuador
¡permita recomiende con ardor
y lance a cuatro voces este grito!
©donaciano bueno.

Cuenca es llamada la Atenas del Ecuador por su majestuosa arquitectura, su diversidad cultural, su aporte a las artes, ciencias y letras ecuatorianas y por ser el lugar de nacimiento de muchos personajes ilustres de la sociedad ecuatoriana.

MI POETA SUGERIDO:   Roberto de las Carreras

Al lector:

Es mi crimen, lector, no haber nacido
En toda regla… Y quedo sin herencia!…
Teníamos, es cierto, divergencias
De opiniones. Severo, reservado,
El siempre respetó las conveniencias,
y era, además, político exaltado.
Firme y recto, me hubiera dedicado
Por su gusto, al comercio o a las ciencias.
Mas, yo lleno de sueños y lirismo,
Soy un gran holgazán… Siempre lo fui.
y si comprendo, con un gran cinismo,
Que los demás trabajen para mí,
Aseguro que nunca concebí
Que ellos pudieran también pensar lo mismo.
Más adelante se declara:
Sin ideal, de condición suicida,
Suelo escribir, esto es, desperezarme.
Pero no creo ni por un momento
Que ser bastardo sea denigrante.
Al contrario, me encuentro muy contento
Por ello. Me parece interesante,
Original, feliz, hasta elegante!
Te lo digo, lector, como lo siento.
Mi nacimiento es muy decadentista,
y viene bien a un hombre que no anhela
Nada más que ser nuevo y ser artista,
A un poeta sin reglas, sin escuela…
A más, puedo ser héroe de novela
Romántica… y también naturalista.
Para nacer, según es muy sabido,
Es de necesidad, generalmente,
Que dos personas hayan consentido
En casarse, a lo menos civilmente.
Mas yo, siempre discorde con la gente,
Para nacer de todo he prescindido.
La ley, la religión y la moral
No han tenido, lector, nada que ver
Con mi cuna. Eso ha sido algo infernal;
Pero se relaciona, a mi entender,
Con mi estilo. Ese modo de nacer
Es muy mío. Lo encuentro personal

AL VAMPIRO

En el regazo de la tarde triste
Yo invoqué tu dolor… Sentirlo era
Sentirse el corazón! Palideciste
Hasta la voz, tus pájaros de cera,
Bajaron… y callaste Pareciste
Oír pasar la Muerte Yo que abriera
Tu herida mordí en ella ¿me sentiste?
iComo en el oro de un panal mordiera!
y exprimí más, traidora, dulcemente
Tu corazón herido mortalmente,
Por la cruel daga rara y exquisita
De, un mal sin nombre, hasta sangrarlo en llanto
y las mil bocas de mi sed maldita
Tendí a esa fuente abierta en tu quebranto.
¿Por qué fui tu vampiro de amargura?
¿Soy flor o estirpe de una especie oscura?
¿Qué come llagas y que bebe el llanto?

Mi italiana

A Arturo Santa Anna

Yo me hice a mí mismo la promesa
De no amar ni escribir… Ha sido vana,
Y después de cantar a una francesa,
Ahora voy a cantar a una italiana.

La mujer que amo ahora no es ingrata. .
Me ama… ¡Yo la idolatro! Y no hablo en broma:

Adoro a mi italiana: me arrebata,
Y de París, lector, me paso a Roma!
¡Italia tiene encantos!.. Cuando pienso
Que a causa de otro amor yo quise a Suecia!
Pero este es el más grande, este es inmenso,
Poético y gentil como Venecia!

A un mismo tiempo alegre y afligido,
Estoy lleno de angustias, de ansiedades;
No como, duermo mal, he enflaquecido;
¡Que pasiones! más bien: ¡qué enfermedades!

¿Y mi musa? .. La, pobre está olvidada.

Estará, lo supongo, resentida.
En mis brazo?, convulsa, enajenada,
Ahora en vez de ella tengo a mi querida!

¡Qué amor excepcional! Naturaleza¡

Es una gloria tuya! un monumento…
Que te alzamos! ¡Qué asombro!’¡Qué grandeza!

¡Y qué acontecimiento!

No hay a que comparar este ardoroso

Fuego de amor la atmósfera está fría:.
No hay guerra, el socialismo está en reposo,

Los volcanes tranquilos. En el día,

No hay nada digno de él. Yo nada advierto,
Ni un dolor grande, ni una gran fortuna!..
Ninguna tierra más se ha descubierto
Y no ha nacido ayer montaña alguna!..

Está el término medio en derredor.
En ese cielo espléndido y profundo
Las estrellas de siempre… Es nuestro amor

La actualidad del mundo!

El universo entero ha de admirarnos!
¡Qué cuatro alas!.. Es ella inteligente:
Cuando hablamos lo mismo que al besarnos
Estamos frente a frente!

Yo le digo hermosuras, maravillas,
Frases que la acarician por millares;
Hablan de Dios mis frases más sencillas,
Y hasta llego a decir cosas vulgares!

Soy romántico ahora; mas poeta!
Mi musa de otra vez no tiene asilo.
Este amor es la pérdida completa

De mi paz, y el trastorno de mi estilo!

¿Y ella me quiere? Mi alma se encapricha
Y se empeña en dudar… ¡Si no me amara!
Estoy lleno de. sombras … Esta dicha
¡Tan natural, es rara!

Mas debo convencerme: soy dichoso..
Seré amado como hoy todos los días,
Y de nosotros dos lo más hermoso,
Será el desprecio por las almas frías!

Nuestro amor entrará en el clasicismo
¡Qué soberbia, qué espléndida pasión!
Despreciamos el mundo hasta el cinismo,
Y vivimos a pleno corazón!
Cuando están nuestros labios confundidos
Pensamos: este amor es de otra zona,
Y hay en ella temblores y rugidos
Así me gusta más: ¡es mi leona!

¿Quién es capaz de comprender, quién siente
Una pasión como esta?
No es amor de salón, seguramente,
Es un amor que pasa en la floresta.

Ella tiene un ardor
Natural, espontáneo, incalculable,
Y en sus locos empujes, un vigor
Que podría matar: ¡es adorable!

Mas por desgracia, su primer amante
No soy yo; ni el segundo ni el tercero…
A todo llego tarde: es irritante,
Aunque a su corazón llegue el primero
Según ella… Me dice, me asegura,
Que su alma es virgen hasta de un deseo…
Que no ha sentido nunca, que no ha amado
Me lo jura… ¡Y qué diablo! yo lo creo.

Nos amaremos, pues, querida mía.
Y seremos de bronce, de algo fuerte
Para que esta pasión, toda alegría, .
Viva a pesar del tiempo y de la muerte.

¡Sólo nuestra embriaguez, nuestros placeres!
¡Sólo tus labios cálidos y suaves!
Desprecio a esas mujeres
Que no son más que vírgenes! …

Que una dicha inmortal sus brazos abra :
El resto será olvido!
iQué manera de amar! Esta palabra:
Infinito, por fin tendrá sentido! …

¡Gocemos hasta el fin! Yo amo la vida,
Tu amor es una fiesta. .
¡Esto es un triunfo! Bésame, querida,
¡No dejemos jamás nuestra floresta! .

Reto a Venus Cavalieri

Púgil del sensualismo, te desafió a la lid amorosa!
¡El genio griego ha inflamado mi alma por la gloria de los lechos!
¡Anhelo más que el triunfo en los juegos olímpicos del Arte, más que el oro y los trofeos y las gemas de Bizapur, contemplar, después de la lucha hirviente, los ojos de una amante, llorosos y agradecidos!…
¡La moribunda lasitud de un cuerpo ablandado por el placer, me sonríe mejor que la ambrosía; me embriaga más dulcemente que el Falerno apurado en ánforas etruscas!
¡En la noche de Venus yo canto a los deleites soberanos un himno de fatigas!
¡Yo vivo en las súplicas de la agonía de los besos la eternidad de la tumba!
¡Yo recojo en el seno batiente de las locas derrotadas el laurel de los triunfos venusinos!
Yo seguiré las rutas de tus convexidades: ¡Intrincaré tu cuello, tus brazos, tus senos, tu cintura, tus muslos, tus pies de lotus, con hilos de perlas de besos!
¡Yo tachonaré tu cutis de nácar con las manchas moradas que enseña el libro del amor indostánico!
¡Serán tus incensiarios las alcobas hervorosas de sándalo consagradas al arrobamiento de Karma!
¡Se desvanecerán sobre tu ara la mirra y el incienso, el sándalo y el almizcle, el cinamono y el ámbar, todas las notas de la música del Perfume!
¡Yo haré fulgurar bajo tus párpados volteados el centelleo de los goces trémulos que entonan sus cánticos de gloria en los Paraísos del Profeta!
¡Yo ceñiré a tu cuello la sierpe del placer afanoso! ¡Yo abismaré tu razón con filtros salomónicos!
¡Yo poseo el Ovidio y de Propercio el secreto de rendirte!

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EL HOMBRE, LA VIDA Y LA MUERTE [Mi poema]
Juan Carlos Veloso Retamal [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

La muerte está presente en los humanos,
la muerte no te avisa, es traicionera,
la muerte nunca encuentra quien la quiera,
la muerte tiene un alma con gusanos.

El hombre vive al margen de la muerte,
el hombre nunca piensa en el final,
el hombre es un muñeco en carnaval,
el hombre anda pendiente de la suerte.

La vida se halla unida a la desgracia,
la vida tiene un halo de misterio,
la vida ya se sabe es algo serio,
la vida es esa cosa que hace gracia.

El hombre con la muerte y con la vida
un juego es de trileros al que juegan
los tres en tanto ven que se la pegan
e impulsan aquí a darse a la bebida.

Las patas, tres, del juego de las sillas,
atentos como están saliendo al quite
que a veces, ay, te invitan al convite
haciendo que tú sientas maravillas.

Y hay otras en que ven que te relajas
y debes de cuidarte, estar atento,
te quedas sin tu silla en un momento
y ves que ya te han puesto las mortajas.
©donaciano bueno

Tres constantes de la #existencia? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Juan Carlos Veloso Retamal

Canaán

Canaán camina por el campo,
a la deriva,
no puede atravesar por las pirámides,
encontró refugio
a la sombra de las escopetas de estrellas.

Canaán,
es descendiente directo de Adán,
expulsado de él mismo,
obligado a caminar y no pertenecer

Conoció la vergüenza en el retail
la extravió buscando sus origenes,
hace años que se esconde tras los puentes
intentando encontrar de donde viene

Seguro que andaría desnudo,
los capilares de su cara no se llenan
por el hondo frío de su médula
cubre su cuerpo de sucias telas

Lo desterraron de las pirámides,
por ver a su abuelo ebrio y no cubrirlo,
les gritó: Su alimento, es alimento de mi hambre
su caridad, la exhumación de los pesares.

Canaán vive, alternadamente, en el campo y el edén,
por la noches le brota la historia,
pequeñas piedritas
que le perforan la piel.

Quiero decirlo claramente

Poeta, pacta tu sangre con la sangre
liberada en la ultratumba del demonio
cambia tu viva miseria por lucidez:
éxtasis de extraviarse a la deriva.

Aguardas entonces la certeza más precisa
incluso que la hora de la muerte.
Espérala en forma tal de derramar
con tu codo el vendaval de la sequía.

Ahora crees mirar la certidumbre, y,
tu vista sangra por las llagas del camino
el agua es ilusión de arenas movedizas.
Despierta: la “vida de los dones” son horrores.

Deja que el violinista de turno te bendiga,
que el arpa llena de sangre te invite a su jardín
de fuego, luz y destrucción inseparables.
Pacta, vence, soldado del hombre, a lo caduco.

La poesía no pertenece a los libros

La poesía pertenece al sonido
al aire que son las palabras
más allá del ícono
del símbolo y el significante
la palabra está encarnada en la vida
y la poesía encarnada en la existencia

Sucesos de pandemia

Mientras conversamos sobre el amor romántico
vemos salir la bolsa
donde va un cadáver
de la primera pandemia del siglo

Es gris como el hormigón
o un eterno cielo nublado
lleva un distintivo amarillo
terrible como flores de plástico

Mientras los médicos discuten
sí conectar o no a otro enfermo
interrumpimos nuestra discusión
para narrar la escena

¿Qué nombre tienen estos modernos sepultureros?
La indolencia es una peste
la verdadera peste en este siglo
he ahí la causa del amor que discutimos

En el laberinto de mi propio aquí

Triste el aburrimiento cuando las horas se amontonan
el tedio se dilata y cortinas cerradas desfilan frente al día
El presente es inconcluso en la espera de la novedad
y es triste mirar el celular con la grasa impreso de tus dedos

En el laberinto propio de mí aquí
soy todos mis fracasos estrellados
escape enjaulado de voluptuosidad
derrotero sin vuelto ni limosna

El mundo es un bostezo de sueño insomne
el parpadeo del aire a manotazos
señales que no golpean la ventana
ni exhortan la puerta el ser llamado

La espera es coleccionar tiempo en reversa
en un mundo que te pasó a buzón de voz
y el tedio es la nostalgia del presente
doliendo en la emergencia del pasado

Visiones poslisérgicas

Te vi de niña
apoyada en tu pupila
fondo de ojo estrellado
como una galaxia sobre otra

En esa niña otra pupila
en esa pupila otra niña
apoyada
como espejos enfrentados

Y así

en progresión infinita
(sagrada geometría tú dirías)
una niña apoyada
en la pupila de sí misma
sosteniendo desde dentro la mirada

Al fin
solo un destello
una luz
un centelleo
la visión de un loco
el ruido de una puerta a medio cerrar

o a medio abrir
y una escalera cediendo sus extremos a otra dimensión

Te vi de niña
y al abrir tu mirada
y transparentar el ser
vi a todas las niñas
las flores
las piedras
los volcanes
las estrellas blancas y abuelas:
todo lo que actualmente hemos sido

No soy lo que tú crees

Sin embargo soy lo que parezco:
llevo por manos colgando dos heridas
e historias pegadas como ojos
que a veces cuando miran son volcanes

La tempestad me aparece por la boca
sobre todo si la noche ataca el alma
y truena y llueve en las pestañas
con vientos de nostálgicas derrotas

Algunos días llegan bandas de exiliados
que trashuman destierros de otros lares
percuten el tambor de la memoria
y pulsan contra el ritmo del olvido

Las islas se me inundan bajo el mar:
espejos que se prenden de señales
mis oídos son canales de conciencia
que cuelgan pendientes del sonido

Mis pasos fueron parias del destierro
mi mente sufre históricas amnesias
y no hay barro que dude de esta carne
de este cuerpo cimentado en el temblor

Nací en la punta invertida de los mundos
parido desde flujos subterráneos
entre lavas de espíritus ardiente,
que florecen deshojando las montañas

No soy más de lo que oyes
soy lo mismo que parezco
no soy norte sino sur
soy las llamas de este magma
paraíso que resiste
en los cuerpos que se olvidan
de mis muertos extraviados

Soy
un cielo
bajo tierra.

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NAYA [Mi poema]
Roberto Arizmendi [Poeta sugerido]

MI POEMA...de medio pelo

 

-Naya...
Es ese nombre que rezuma poesía,
dos sílabas llenas de afecto, dulzura, simpatía,
¿tendrá algo que ver con ese ancestral embrujo de algún maya
o quizás con algún conjuro maragato?
Simple, Naya es el nombre de mi gato.

Más que gato, es gata o, si prefieren, mi gatita,
pues es tan mimosa y chiquitita,
tierna, suave y gentil donde las haya
que si por no molestar fuera, ella no grita
ni siquiera cuando maya.

Naya, dócil, se acurruca en mi regazo
cuando con su lindo maullido me reclama.
Naya da un simple salto y trepa hasta mi cama
esperando de mi que yo le de un abrazo,
mientras dulcemente acaricia mi pijama.

-Aquellos gatos...
Micho, michino, micifuz, morrongo, morroño,
-otrora gato furtivo, ahora gazmoño-
desorientado ya no encuentras tu camino
¡hermoso gato felino! ¡ay quién fuera el adivino
para adentrarse en los misterios de tu mente!
Tú, que antaño asustabas a la gente
y que a los supersticiosos provocaba mala suerte
con tus penetrantes ojos de azabache,
¡gato extraño!
de cuerpo eléctrico, huraño
-gato negro de Larache-.

¿Dónde queda aquella gata callejera
que sigilosamente ágil trepaba a los tejados
de hojalata, buscando a sus amados?
¡gata lasciva!
que por la gatera salía y volvía a su tronera
a eso de la media noche, ¡siempre altiva!
¡esa fiera aventurera, sigilosa, pendenciera!
mininos aquellos de instintos predadores
ansiosos por perseguir a las ratas y ratones.

-Sucedáneos...
-Gatos de pitiminí,
yo aquellos felinos nunca más he visto aquí,
ahora, los nuevos señoritos de ciudad,
celosos ellos de tu castidad
te secuestran en recintos diminutos,
han trocado tu perfil en su mascota
de uñas afiladas rotas
para no herir la madera
¡te han privado de atributos!
Ahora a los gatos los pintan
con ropitas de colores
para recrear la vista
de amistades, de señoras y señores.

Ya no sois ni recelosos,
ni tampoco callejeros,
ni tan siquiera tramposos,
sin comportamientos fieros,
sólo sois gatos de angora
os han transformado ahora,
de peluche, en ositos amorosos.

Gatos, gatos maragatos,
dónde están aquellos gatos
que pintaron los pintores,
que cantaron los cantores,
que rimaron los poetas
-Neruda, Borges, Gerardo Diego, Bodelaire-
a gentes de mente inquieta
hoy dibujo este retrato
por si hubiera un despistado que lo quisiera leer.
©donaciano bueno

Los gatos han sido a través de la historia motivos de inspiración de los mejores poetas.

No son más silenciosos los espejos
ni más furtiva el alba aventurera;
eres, bajo la luna, esa pantera
que nos es dado divisar de lejos.
(Jorge Luis Borges)

MI POETA SUGERIDO:  Roberto Arizmendi

Llueve

La ausencia es vacío,
no hay duda.

De repente
ya no recorre la casa tu sonrisa
en la mesa hay un lugar vacío
y tus ojos no ven más
los cuadros colocados en las paredes
o la lluvia al infinito,
no miran a mis ojos
ni alcanzan a ver las palabras que te digo.

Tu copa se ha quedado vacía,
la cuchara y el trinche y el cuchillo,
como todo,
están ayunos de tu tacto.

Como si fuera un equipo de sonido
enciendo la memoria
y le subo el volumen
para delinear tu perfil y no olvidarlo.

La gaviota, plácida, aletea
al compás del viento leve.
Afuera llueve,
también adentro.

La vida es historia

La vida es romper el cerco que limita
descubrir la luz natural en medio de la noche
izar banderas siempre a tiempo
hasta lograr la plenitud sin cortapisas.

Sólo el correr del viento y el tiempo
sólo la luz equinoccial que nos impulsa
mientras una voz se torna caricia en la piel
y una sonrisa nos marca el derrotero.

La vida es también el recuerdo
la saudade que humedece los espacios
la presencia indecible o el sueño ilimitado
para reconstruir intermitente la historia, cada día.

Las puertas

La vida es un camino infinito
de puertas sin retorno.

En cada transponer existe un gozo
que no se puede disfrutar si no se toca.

El reto de la vida es acceder
con toda plenitud a todos los espacios.

Cada puerta espera ansiosamente ser abierta
pero es indispensable llegar hasta su lado
y empujar para que se abra.

La vida es amor, al fin y al cabo.
Para vivir el amor
hay que tocar todas las puertas.

Para quien ama,
su vida es el andar por todos los caminos
siempre en búsqueda,
para descubrir y tocar en toda puerta que se encuentre.

Cuando se ama
se debe aprender a tocar
en todas las puertas del otro
para ser;
el otro espera el llamado
para dar,
y mientras toca, es,
permitiendo que el otro, sea
y al abrir, es,
para que sean.

Una historia de amor

Mi madre amó a dos hombres.
Yo sólo vi
su llanto
y cómo la vida se convertía en promesa;
cómo el arco iris iba tomando sus tonos y su trazo
cada día.

Uno la preñó de siete,
nacieron sólo cuatro:
tres hombres y una mujer,
hicieron de su vida un papalote
que vuela por los aires buscándole tonos y color al horizonte.
Los otros tres no pudieron apreciar el aire de los días
porque su viento se acurrucó desde el amanecer
y no hubo manera de que apreciaran
el sol de nuestro tiempo.

El otro,
el otro de veras la amó
pero ella no quiso saber más de ese cariño.
El mundo de prejuicios destruyó los rayos de luz
sin dejar que arribara el nuevo día.
Antes de que nacieran flores de la primavera;
hizo pedazos su amor como confeti de papel
y lo dejó sin aliento en retruécanos de insomnio.

Todas las tardes
giraba en el ambiente
el aire de nostalgia
y el llanto hacía su arribo
a escondidas.

Yo la vi llorar
y su llanto era un grito de esperanza.
Pero nada pudo deshacer hechizos
para no lastimar la moral
de la ciudad adormecida
hasta que convirtió sus sueños
en llanto silencioso.

Tuvo que aprender a caminar
con su dolor a cuestas
cada tarde…

En presente y porvenir, tu nombre

Para tu asombro, el tiempo; para tu voz mi tacto.
Que no nos deje la historia sueños truncos
y que la circunstancia no altere los presagios
para construir con precisión los signos de tu nombre.

Nadie podrá negarme, ni negarte
el vendaval de sombras que nos marcan.
Tu palabra es mi voz de viento eterno
y la historia se escribe con tu nombre.

El insondable océano de discordias
deja huella imborrable en el espacio,
y es signo de aliento al porvenir
la sola mención exacta de tu nombre.

Impreciso en el camino, recorro este tiempo de zozobras.
Hay quien se asume redentor del mundo y lo desangra
y no atino cómo construir con precisión un mundo nuevo
porque me falta a veces, el impulso decidido de tu nombre.

Tejeremos redes de viento para inundar el mundo
con el sonido preciso del pasado lacerante.
Que despierte la gente de su letargo inútil a entretejer el porvenir,
a la sombra del aliento de tu nombre.

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A MI PERRITA ZOE [Mi poema]
Juan Esteban Fagetti [Poeta sugerido]

MI POEMA...de medio pelo

 

¡Zoe, así se llamaba de nombre mi perrita!
hoy ya nuestra mascota se encuentra muy viejita.
Feliz naciste un día para alegrar la casa,
jugábamos contigo, como un bebé de gasa.
Eras nuestro juguete, fiel, tierno y cariñoso,
cual de algodón muñeco revoltoso y mimoso.
Mas fue pasando el tiempo y tú fuiste creciendo
al ritmo en que las vidas nos iban consumiendo.
Testigo silencioso de risas y del llanto,
como el más fiel amigo que conoce una cuita
manteniendo el secreto hasta la última cita,
fiel a tu compromiso, lo que se dice un santo.
Añoro aquellas tardes al sol en la terraza,
sentado yo en la mesa, cercado de gorriones,
un café degustando en el bar de la plaza.
Cómo tú te quedabas observando, bribones,
esperando sin suerte, paciente darles caza.
Mas este último año dificil fue aguantarte,
te has vuelto insoportable, los avisos no atiendes.
Escucho algunos dicen que hay que sacrificarte
y sólo de pensarlo mis lágrimas enciendes.

Amiga, cuando faltes me quedará un vacío.
las tardes evocando, los ratos junto al río
del puente en la ladera que hay en Torrelodones,
con tus ágiles brincos saltando en la maleza,
en libertad gozando por la naturaleza,
del camino que cerca las urbanizaciones.
Disculpas hoy te pido, para mi es un mal día
que nunca imaginé que un día llegaría.
Perdóname, mi amiga, si me pongo a llorar.
Espero que en el cielo de animales caninos
te acuerdes de los años que junto convivimos,
si en algo te he fallado, me sepas disculpar.
©donaciano bueno

A mi perro/perra. D.E.P. Puntualmente, todas las tardes, cuando volvía del trabajo, ella me estaba esperando para sacarme a pasear. Hoy, me entra pereza, ya no tengo ganas.

MI POETA SUGERIDO:  Juan Esteban Fagetti

BUCEO (II)

En el Buceo, de noche,
se asoman al mar los muertos
El que no trisque confianza
que encienda una luna. Es cierto.
Y si los muertos se asoman,
de noche, al mar comunero,
es porque tañen aldaba
modistas y zapateros.

Son las deudas planetarias:
los deudos, ¿por qué pusieron
al difunto ropa nueva,
zapatos y traje negro?

Quien sigue una luna, vaya
por los fondos del Buceo.
Hay quien pesca para afuera
hay quien pesca para adentro.

El hombre de los ocios líricos

Dulce conformidad de la treintena…
Rostro aniñado y bello, y un silbido
rondador por las calles siempre solas.
Tan poca cosa, y ¡qué feliz, Dios mío!

De gorra humilde; mujeriego siempre.
Todo desgalichado, misterioso.
Peleador sin rival. Trompo en la danza.
Danza a la moda con el vals del cosmos.

La vecindad augusta no le arredra
de la nieve que abisma los collados.
Nada de nada, al fin. O el premio sólo
de una luz en el dombo ilimitado.

Flor en la landa; canto entre las ocas.
Paradojal en sumo grado; y sueña
en la verdad más dulce:
en la mala que peca…
por amar demasiado algunos versos.

Mediodía

Mediodía: el amor, el vino, el humo,
con las flores rosadas del sendero…
la hora y las dudas que execró Unamuno
con recia prosa cual un buen tendero.
El verso fluye cada treinta días
cuando lo impone Amor, malignamente.
(Es fama que los bardos se han jugado
por una dama sus mejores predios).
Así, este peregrino,
en un alto prudente del camino,
reverenciando a medias los asedios,
enhila su canción.
La canción del minuto. Balbuciente
si bien se mira, y vaga…
(Dicha a cambio de un beso que le halaga
y que aletea en su marchita frente).

Y dicha la canción, que le entusiasme
y ría Nietzsche, y Schopenhauer grazne.

En la noche

Como un noble filósofo, mi «viejo»,
en la quietud de la paterna casa,
«Los Subterráneos de París» repasa,
frunciendo a cada paso el entrecejo.

Mi buena madre, con feliz gracejo,
me proclama juicioso. Por la gasa
del cielo silenciosamente pasa
con tardo andar el nocturnal cortejo.

Comentan las julietas a porfía
los infaltables éxitos del día;
importuna el tic-tac de los segundos,

y mi imaginación, sin que lo sepan,
va con ensueños que al empíreo trepan
en peregrinación por otros mundos.

Se vela a un muerto

El zaguán y dos ventanas
abren tres franjas de luz
con las que pudiera hacerse
triste, deleznable cruz.

Este velorio en el pueblo
es el último bastión
de vida. A un paso del alba,
lejos, suena una canción.

Las calles muertas de miedo.
Dan las 2 y viene a ser
con su luces el velorio
faro en el amanecer
de antaño pueblo ilusorio

Quien va por la calle piensa
en la fragante emoción
de las chicas que sonríen
ante el fúnebre cajón.

Y allá, al doblar una esquina
yendo hacia la madrugada
el muerto nos dice: toma
mi alma, y tenla, bien guardada.

Soneto

Montado en una constelación,
así, pareces el antropoide
cabe un pingo de mar.
No un jinete
sino el camalote
que enciende la farola de una flor
sobre el aceite móvil.

Poeta: el soneto
es un féretro.
El olor del muerto
anda en torno nuestro,
contagioso, infecto.

Yo pagaré el entierro
y hasta cien gimoteros,
pues nadie de sus deudos
querrá perder un céntimo,
como heredero,
en hipotecas
y en alquiler de templos.

No al cementerio,
sino a un lazareto,
para que el océano,
el viento
y los cuervos
le echen una palada de plata
y el pésame a los deudos.

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A DON MIGUEL DE CERVANTES [Mi poema]
Heraclio C. Fajardo [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Voto al cielo, me encuentro anonadado
por tamaña ficción, tanta locura,
de un Quijano chiflado, a la aventura
de un supuesto molino imaginado.

Por los clavos de dios resucitado
-reconozco mi mal no tiene cura-
ante tanta beldad de su lectura
me he sentido a los cielos transportado.

Espíritu inconsciente, tan incierto,
valiente, tan intrépido y osado
gustando de nadar contracorriente.

Juro aquí que a vuecencia me convierto
con la espada valiente del soldado,
dispuesto para dar su paso al frente.

Nadie pararle intente
aquesta alma abducida, obnubilada
que hoy desafía a la razón. Más nada.
©donaciano bueno

Miguel de Cervantes Saavedra fue un soldado, novelista, poeta y dramaturgo español. Está considerado la máxima figura de la literatura española y es universalmente conocido por haber escrito Don Quijote de la Mancha. Basado en su más que laureado soneto, éste es mi humilde homenaje en el IV aniversario de su muerte.

MI POETA SUGERIDO:  Heraclio C. Fajardo

MI CARA

Esta cara impasible, yerta, umbría,
Hasta ¡ay de mí! para la que amo helada,
Sin fuego, sin pasión, sin luz, sin nada,
no creas que es ¡ ah, no ! la cara mía.

Porque esta, amigo, indiferente y fria
Que traigo casi siempre, es estudiada….
Es cara artificial, enmascarada,
y, aquí para los dos, -la hipocresía!

Y teniendo que ser todo apariencia,
Disimulo, mentira, fingimiento,
Y un astuto artificio en mi existencia,
Por no poder obrar conforme siento

Y me lo mandan Dios y mi conciencia.

EL LUNAR

Como del cuerpo entro todos
Los hechizos sobresale,
Y hasta una hermosura vale,
De los ojos la beldad :
Así entre las bellas dotes
Del corazón y del alma,
Como en la selva la palma,

Descuella la caridad.

UN MAL CASADO

En medio de los dolores
de una muerte que amagaba
Un infeliz recordaba
Sus ya pasados errores ;

Mas cuando aquel recordó
De haberse buscado suegra,
Basta, dijo, muerte negra,

Líbrame, de él, y espiró.

INÉS

En su próxima dicha embebecido,
Delirante de amor Favonio espera,
Que se desnude Inés, y placentera ..
Entre con. él al lecho apetecido.

La ve soltar un lazo, y sorprendido
Mira caer á sus pies la ancha cadera;
Un resorte, y con él la cabellera,
Y en pos de un otro, el muslo desprendido.

Queda el rustro divino : ¡ oh ! ¡qué blancura !
Mas no, que es Solimán …. se pone prieto,
Y… ¿ qué saca, después ? ¡ la, dentadura !
El seno ¡ ah! se desprendo con el. peto!
¿Y qué resta por fin do su hermosura?
¡Oh engañosa beldad, -un esqueleto !

UN SONETO

Un soneto! sí, Fabio; un cuarto de hora
Que escribo, y sudo, y voto, y me fatigo,
Y llano al . . pero qué . . nada consigo;
Si mas quito y añado, más se empeora.

Iba á escribir …. mas ya … ni sé ahora;
Y es esto diversión, ¡ ah ! no ; maldigo
Hasta el mismo alto numen que es testigo
Del vático furor que me devora.

De esta vez, no hay remedió, pierdo el juicio!
Quince versos, dos ripios, plan y objeto
Es preciso borrar ; ¡qué sacrificio !
También un consonante, un epíteto
Mal aplicados ¡ oh ! ya esto es suplicio !

¡ Llévese el diablo, pues, pluma y soneto !

EL SASTRE

De un rico lino cortaba
Para su esposa, un vestido
Cierto sastre, y distraído
La mitad del lino ahorraba.

Nótalo ella y grita: Espera,
Tú me robas mucho paño!
Y él responde : No es extraño,
Me olvidaba de quien era.

A UNA DAMA

Preguntóme una doncella.
¿Me falta algo por ventura,
Siendo rica, noble, y bella?
Sí, le dije, más cordura.

LA RESPUESTA

Preguntóme, ¿cuál de aquellas
Cinco damas es mas linda?
Un amante; óyelo Alcinda

Y dice, ninguna de ellas.

EPIGRAMAS

Un pendenciero

Un valentón desafió
A un antiguo militar,
Y llegados al lugar
De la riña, así le habló :

Tú tiras, o tiro yo,
O me matas, o te mato,
Y es sabido que un mal rato
Debe huirse.. . .y disparó

La Viuda

Bañada en lágrimas vi
Quejarse á una joven viuda,
Diciendo: muerte sañuda,
¿Porqué me dejaste á mí ?

Grita, llora; mas voy yo,
Háblole de casamiento,
Y la viuda en el momento
En risa el llanto mudó.

El beato

Rezando estaba un devoto
Muy contrito, cuando al paso
Pisa su hijo por acaso
Un mal jarro y queda roto :

Se enfurece con exceso,
Grita el beato, rabia y vota,
Toma al hijo, cruel le azota,
Se hinca luego y sigue el rezo,

El busto

A un chulo se preguntó
Si el busto de un magistrado
De blanco mármol labrado
Le era fiel, y respondió :

El busto no admite medra
Ni puede hacerse mejor
Porque imitó el escultor

Hasta los sesos de piedra.

AL MONUMENTO

Poesía premiada con medalla de oro

¡Para, cálido sol, tu raudo vuelo!
Que la onda brillante
De benéfica luz que adorna el suelo
Con la espiga y la flor, ciña radiante
Ese grupo de mármoles y bronces,
Barrera levantada al hondo olvido,

Y alto padrón de gloria
Donde graba el esclavo redimido
La primer frase de su libre historia!
Truene el ronco cañón, no ya de muerte
Mensajero fatal; su acento augusto
Al amor de lo grande y de lo justo
Eleve el corazón del hombre fuerte.
Vibre en el viento el címbalo sonoro:
En armonioso coro
La voz de los levitas, retumbando
Bajo las anchas bóvedas, difunda
Allá en el templo el cántico ferviente;

Y mientras, vuelto en vaporoso velo,
Del turíbulo ardiente
En lentas nubes el incienso humea,
Aquí, bajo la bóveda del cielo,
La plegaria del pueblo alzada sea!
¡Dio? y la libertad! Tal era el grito
Que el corazón de Lavalleja henchía,
Cuando el bravo proscrito
A la victoria rápida y segura
Su indómita falange conducía.
¿Lavalleja clamé? Grande figura,
¿Por qué no estás aquí»? ¿Por qué el Eterno
Los dias de los héroes no prolonga
Aun más allá del término marcado
Á la vida vulgar? ¡Ah! yo te viera
Sobre ese frió pedestal alzado,
Con el roto girón de tu bandera,
Trémulo el brazo, trémula la planta,
Ornar esa columna
Que la justicia á la virtud levanta.

Yo te saludo, veneranda sombra
(Y las lágrimas saltan á mis ojos
Cuando mi voz te nombra).
Si allá, en el éter que circunda el suelo
Donde yacen sepultos tus despojos,
Tu espíritu flotante se pasea,
Al contemplar el pueblo que apiñado
Ese mármol rodea,
Al fruto de tus obras consagrado,
Séate dulce la gloriosa ofrenda,
No menos justa porque fué tardía;

Y desde el éter, de tu amor en prenda,
Á tu patria tu espíritu sonría!
¡Salve otra vez, el bueno entre los buenos,
Y para mí el mejor! …. Si entusiasmado
En la homérica historia me absorbía
De tus ínclitos hecbos,
No era sólo el valor lo que veía!
Bravo te hallé cuando en la ansiada arena,
Del primer paso al estampar la huella.
Con los tuyos juraste
a Salvar la patria ó perecer por ella».
Héroe te vi de Sarandí en la pugna,
Lanzando á la carrera tus bridones,
Animado de aliento soberano,
Gritar á tus legiones:
«Carabina á la espalda y sable en mano».

Pero aun más grande y noble
Te pude contemplar! Cuando tu frente,
Con el laurel de la victoria orlada,
Inclinaste tranquila y reverente
En el recinto de la ley sagrada,
Y el invencible acero
Con digno continente depusiste
Anle esa misma ley. . . . ¡cuánto creciste!
Tú fuiste, sí, el primero
Que dejó, entre nosotros, en la historia
Esta lección á la futura gente :
«Para alcanzar los timbres de la gloria,
«No le basta al soldado ser valiente.»

En láminas de bronce burilado,
Mirad ahí del inmortal caudillo
El nombre venerado:
Con él están sus ínclitos campeones,
Y allí, á la par, nuestro primer Senado,
Salve, ilustres varones,
Y tú también, inolvidable dia!
El valor y el saber, ¡oh, patria mia!
Aqui, bajo osle sol, sobre este suelo
Cumiaron tus destinos soberanos:
Al recordarlo, aquí, bajo este cielo,
¡Descubramos la frente, ciudadanos!
Por fia, lo ves alzado
Ese padrón de honor, bella Florida!
¡Tardo recuerdo del favor gozado,

Porque el dolor hasta el deber descuida!
Mármol, granito y bronces
Relatan un poema en sus labores:
Las memorias de entonces
Aparten del artista y sus primores
La plácida atención del pensamiento;
Bronce, mármol, granito,
Despierten de virtud el sentimiento
Y eleven nuestra mente al infinito,
Porque Él estaba allí: sin Él, ¿qué fuera
La obra de los hombres? ¡Polvo inútil
Que, flotando en espacios sin espacio,
En abismos de sombra se perdiera!
Con El, todo se viste y se colora,
Y en las formas eternas de la idea
Sobrevive la fuerza creadora,
Aunque de polvo el instrumento sea.

Vivos están los hechos de los héroes!
¿Qué importa que, cegado
El odio vil por la pasión, los tuerza?
Pocos, inermes eran,
Y triunfos alcanzaron sobrehumanos.
¿No sabéis el secreto de su fuerza?. . . .
¡Todos eran hermanos!
Pura fraternidad, hija divina
De un Dios de amor y sacrificio santo,
Fruto feliz de la sin par doctrina
Que alienta el corazón y endulza el llanto :
Tú eres la roca inmoble
Donde el torrente mugidor se estrella;
Tú eres el fuerte roble
Que entre el furor del huracán descuella,
Sin que el furor del huracán lo doble!
El amor es la unión, ella la fuerza,
Y en ese incontrastable fundamento.

En medio los embates que la acosan,
La humana sociedad halla su asiento,
Y honor, poder y libertad reposan.
¡Necio aquél que pretenda,
Tejiendo el interés y el egoísmo,
Cubrir su prole, con instable tienda!
En su infecundo anhelo,
¡Ay! será en vano que prolijo imite
De la fraternidad la trama santa:
Va laborando en hielo
Que el primer sol déla pasión derrite,
Ó el primer golpe del dolor quebranta.
¡Dios y la libertad! Allí aspiremos
El aura de verdad que nos anime
Delante de ese noble monumento,
Que en nuestras almas el respeto imprime,
De un Génesis divino el pensamiento,
De la fraternidad la idea fecunda;
¡Que el germen puro derramado al viento,
Gertilizando nuestras almas, cunda!

Fraternidad — el estandarte sea
Que muestre á nuestros hijos el camino
Do en cada paso aproximar se vea
El ideal de su feliz destino;
Y si un dia, tal vez, desfalleciendo
Con el polvo y el sol de la jornada,
Sienten que su valor va decayendo
Y que se dobla su cerviz cansada,
Vengan aquí, pregunten á ese mármol
Cuánta es la fuerza que en la unión se esconde,
Y escuchen en la voz de los recuerdos
Lo que el pasado al porvenir responde.

Buenos Aires, Diciembre 27 de 1859.

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