¡Qué triste es esta vida, no la entiendo! ¡Qué lástima que existan alcornoques! ¡Qué pena que me causan los disloques! ¡Qué esfuerzo me produce ir resistiendo, pues mira y no me toques!.
Con la mochila al hombro voy caminando poco, poquito a poco, muy despacito por la vereda angosta, no sé hasta cuando vivo mirando al cielo que es infinito.
Quizá sepas la vida va muriendo, se va poquito a poco, lentamente, desliza hasta llegar a la pendiente Así que tú te vayas resistiendo, irremediablemente
He visto a Dios llorando en las esquinas en un país doliente, bella Ucrania, que ve como muriendo va su gente, la ruina pululando en el ambiente, y sufre al ver que aun siguen las inquinas...
Andaba yo jugando al escondite -parece que fue ayer cuando era un niño- y vino la verdad a hacerme un guiño lanzándome a la cara cruel su envite diciéndome, cariño,
Uno había pensaba que la luna un globo era que un niño había perdido, que rota la atadura había subido pudiendo así observar desde su cuna que ya se había dormido.
Tu vida es anodina. No te importe. Total es otra igual, como cualquiera, que pasa como el agua en la manguera sin rastro que dejar que a nadie importe, sin seña y sin bandera.
Un rebaño es un grupo de ganado, al frente está el pastor que es el que manda, quien lleva la batuta en esta banda, y encierra la manada en el cercado.
Quizás lo que he vivido no sea cierto, quizás alguien sospeche que he mentido, quizás es que haya andado ciego o tuerto, quizás es que haya sido un desvalido.
Ayer pasé a tu lado, tus ojos denostaban que tienes una pena que nunca se ha curado, quisiste a mi esquivarme mirando hacia otro lado mas yo, muchacha triste, los vi como lloraban.
Los padres de mis padres esos padres, los que antes fueron padres y hoy abuelos, extienden sus fatigas, sus desvelos y sufren de los nietos sus desmadres tomando lo que sueltan por los suelos.
Vivir aquí se ha puesto cuesta arriba. Al tiempo que luchamos por ahorrar gobiernos hay que insisten en gastar llevando a nuestro barco a la deriva directo a naufragar.
La vida son dos días de los cuales hay uno que durmiendo lo pasamos, el otro solamente caminamos de acá yendo hacia allá cual carcamales fingiendo que soñamos.
A usted que tanto sabe de la vida, a aquel que pasa el tiempo presumiento, a todos los que al vulgo van mintiendo gozando con ruindad de la comida y al resto desvistiendo.