La fábula tiene «una intención didáctica de carácter ético y universal» que la mayoría de las veces aparece en la parte final de esta misma, proporciona una enseñanza o aprendizaje, que puede ser útil o moral y es conocida generalmente como moraleja
Nada es cierto ni es mentira, me da igual, nadie sabe la verdad de lo que dice, que este mundo es un completo carnaval así sea el mismo dios quien lo bendice.
A usted que tanto sabe de la vida, a aquel que pasa el tiempo presumiento, a todos los que al vulgo van mintiendo gozando con ruindad de la comida y al resto desvistiendo.
Escucho, veo, leo, pienso, aprendo, que es mucho lo que tengo que aprender, si acaso poco más sé que leer y de esta vida, juro, nada entiendo ¿qué puedo, dime, hacer?
Quédate en silencio. Cierra los oídos. Solo, tú estás solo. Lo demás no existe. Si te sientes muerto, si te sientes triste, mira a tus adentros, palpa sus latidos.
A la hora de fingir que somos buenos, nos apuntamos todos. Nos da pena. Que no somos, juramos, sarracenos. Y mientras que observamos la gangrena y tanto compungimos y apiadamos,....
Yo soy de la belleza un artesano, un tipo perroflautas e indigente, un aprendiz del habla, un asistente que osó tocar el cielo con la mano chocándose de frente.
¿Qué hay vida sin amor? una putada. ¿La vida con amor? una faena. El arte es de aunar gloria y condena. Mientras dura está el alma obnubilada siempre expuesta a morirse de gangrena.
Ayer soñé con ser un elefante para plantarle al mundo una pezuña, después me vi que no era ni una uña y quise ser un loro en Alicante ¿Y por qué en Alicante y no en Coruña?
Aunque no me lo creáis tengo una fuente que echa un líquido de un blanco virginal. En verdad, no es una fuente muy normal, así sea que se pare de repente o aumente su caudal.
Un gato y una rata se miraban expectantes al ver quien más reía, y era dios que entretanto aparecía atento a la pelea. Y se mataban y el gato a aquella rata se comía.
Mirando a la montaña que hay enfrente percibí como el viento la movía de un lado del Oriente hasta Occidente y bendije deliberadamente al viento y a la fuerza que él tendría.
Sueños que un día tenía ahora ya no tienen dueño, los metí en casas de empeño porque pagar no podía, y hoy que ya puedo pagar no me resulta halagueño son como niños pequeños y cuidarlos no podría.
Al sol que más calienta me dijeron, tú ponte siempre al sol que más calienta, lo mismo hace la sal con la pimienta, los rotos con el hilo se cosieron, la luz que con el sol la luna inventa.