QUIÉN TE HA VISTO Y QUIÉN TE VE [Mi poema] Abel Alarcón [Mi poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
De joven me iniciaba yo en el sexo El cine y sus escenas escabrosas Mi vida sufrió un cambio radical El ansia en descubrir ese erotismo |
MI POETA SUGERIDO: Abel Alarcón
Una muestra de sus poemas
La Abadesa
Por el jardín paseaba la Abadesa
Leyendo una oración de su breviario
Sus ojos eran de un azul turquesa,
Su tez como el marfil de su rosario.
Así cruzaba la divina obsesa,
Defendida de un mal imaginario,
Por aquel corazón que su pureza
Bordara en su bendito escapulario.
Junto a la hoja sagrada que leía,
Tierna recordación, simbolizada
En una seca flor la entristecía.
Cesó su labio de moverse en rezo,
Su pena se vertió cristalizada,
Y en la cruz y en la flor puso su beso.
Pascua
Elevó, adusto, el sacerdote anciano
de ácimo pan la nítida blancura;
trazo el signo de un símbolo su mano
y consumo la mística figura.
Plegose en el altar velo liviano
Y ante el pueblo, en beatifica postura,
Fulguró el sol flamante y soberano
De la enorme custodia, su hermosura.
Un torrente de luz bañó las naves;
Hubo explosión de gloria en el himnario;
Surgieron del armonio notas graves;
Cuando entre el humo undívago del ascua
Del coro voló un ave al campanario,
La campana mayor repicó a pascua.
LA AMISTAD
Vuestro amigo, es la respuesta a vuestras necesidades.
Es vuestro campo que sembráis con amor,
y cosechais con gratitud.
Y es vuestra mesa,
y el fuego de vuestro hogar.
Porque acudís a él para saciar vuestra hambre
y lo buscáis en procura de paz.
Cuando vuestro amigo revela sus pensamientos,
no teméis el NO en vuestra propia mente,
ni retenéis el SI.
Y cuando él guarda silencio
vuestro corazón no cesa de escuchar su corazón.
Porque en la amistad,
todos los pensamientos,
todos los deseos,
todas las expectativas,
nacen sin palabras,
y son compartidas con callado gozo.
Cuando os separáis de vuestro amigo,
lo hacéis sin aflicción.
Porque lo que más amáis en él,
puede ser más diáfano aún en su ausencia,
como para el alpinista la montaña aparece más despejada desde la llanura.
Y dejad que en la Amistad
no exista otro propósito
que el de profundizar el espíritu.
Porqe el amor que busca otra cosa,
que no sea la revelación de su propio misterio,
no es amor sino una red tendida,
y solamente lo inútil es pecado.
Y procurad que lo mejor de vosotros
sea para vuestro Amigo.
Si debe conocer vuestra bajamar,
dejadlo conocer también vuestra pleamar.
Porque ¿qué amigo es aquel
que tuvierais que buscar para matar las horas?
Buscarlo con horas para vivir.
Porque es misión suya
llenar vuestras necesidades,
pero no vuestra vaciedad.
Y, que en la dulzura de la amistad
haya lugar para la risa, y,
para los placeres compartidos.
Porque en el rocío de las pequeñas cosas,
el corazón encuentra su mañana,
y, toma su frescura.