PROGRE, PROGRE… [Mi poema] Antonino Lamberti [Mi poeta sugerido]
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MI POEMA… demedio pelo |
Yo soy muy bueno, yo abro mi casa Cuando me entero de algún lamento Yo me revelo a las injusticias Vivo la pena de aquel que sufre Y si me piden un donativo Yo soy muy bueno, yo abro mi casa |
MI POETA SUGERIDO: Antonino Lamberti
Roma
Antonio Lamberti, el peristilo
de! sacro templo se alza en la colina,
y llega una fragancia tibustina
que acaricia a Horacio y a Camilo.
Es la reina de Pafos y de Milo
que dió la aurora de la luz latina,
en donde halló por la virtud divina
gesto la estatua, la palabra estilo.
Amemos, Antonino, de tu Roma
la armonía sagrada, q<ue aún subsiste
de la gloria fugaz que el tiempo doma
y que el verso, o piedra, que resiste,
rosa del mármol, lirio del idioma,
da la fragancia eterna de lo triste.
LA TOCADORA DE ARPA
I
En tí escuché el murmurio
Del sauce con las auras,
La queja de las olas
Besando las arenas de la playa;
Esa armonía incierta
Del mar dormido, encalma,
En la hora que la sombra
Con el silencio sobre el mundo avanza;
Ecos tiernos, lejanos,
Que en el espacio vagan,
Y vienen al espíritu
Con el lamento de una voz hermana;
El rumor del desierto;
La silbadora ráfaga
De los vientos que cruzan
Su llanura salvaje y desolada;
Los cantos que saludan
Al asomar el alba;
Rugidos de torrente;
El toque de oración en la montaña;
El acento, el suspiro
Del corazón que se ama,
Vibrando en el recuerdo
Los himnos de la vida en su mañana;
Del labio amante, trémulo,
La promesa jurada;
En la noche serena
El acorde gentil que al amor llama;
Allá, como un ensueño,
Onda doliente y rápida
En el torreón sombrío,
Endechas de cautiva solitaria;
La voz de la inocencia
Que á la ternura encanta;
El ruego de la madre
Por el hijo que corre á la batalla;
Del infeliz proscripto
La despedida amarga,
Dejando cuanto adora
Para morir ausente de la patria.
Tristezas y dulzuras,
Sollozos y plegarias,
En confusión sublime
Cruzaron como nubes por mi alma.
Y en mi delirio plácido,
Me pareciste un hada,
El genio de las musas
Arrullando al poeta en la desgracia.
Y un rayo de consuelo
Sentí que me inundaba, .
Como entre ruinas tristes
La suave lumbre de la luna pálida.
Y el mundo do recuerdos,
De muertas esperanzas,
Historia de la vida
Que el corazón en su sagrado guarda;
Todo se estremecía
Al sonido de tu arpa,
Y te aclamé llorando,
¡ Yo que creía no tener más lágrimas !