UN HOMBRE Y SU DUDA [Mi poema] Ana Gorría [Mi poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
Que ha llegado hasta aquí sin tener casa, Brotando de la herida a borbotones Y ha bajado y subido a sus mansiones Y ha brincado plagiando a los bribones Y así fuera que no sea el más listo Sólo sabe, hay quien dice, él es un hombre |
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Ana Gorría
Spider
Louise Bourgeois
A solas con la fiebre,
temblando,
sobre la niebla azul
qué camino trazar,
por qué la urgencia
a quién alzar
este
alfiler de vidrio
incandescente,
cómo cesar la luz,
dónde
depositar
los firmamentos
que arrastro entre las manos,
sin voz,
con la emergencia del hambriento
que niega los eclipses,
el óxido ordinario de las tardes,
lo fácil de las líneas,
que apuesta el estupor
a la temeridad de las visiones,
con la fe del que arriesga
en el costado
la sal de la victoria.
Ovillo
Como una cucaracha boca arriba, roza la voz las cosas,
tocándolas en vano.
Como madeja sucia de hilo negro, la voluntad baldía.
Soñar y deshacerse.
Y lejos, el fantasma que condena. El látigo apagado.
Los naufragios.
Escombrada
Es la cornisa rota y el mundo que se cae.
Igual que el sueño, vuelve
la tarde a ser carne apagada,
cáncer en las paredes de la luz.
Oscuridad que tiembla en un alambre.
Del libro “Araña” (El gaviero ediciones, 2005)
en ausencia de símbolos
la voz en su mediana incandescencia
así
la lejanía
leve espiral de sol
vientre
llanto
tú
decir es lo que duele
entraña
golpe tras golpe
como pólvora seca
sobre la escarcha
Del libro “El presente desnudo” (Cuadro de tiza ediciones, 2011)
UMBILICAL
si estación transparente resuelta en luz herida
lento espacio sin voz
abriéndose a la tierra
canción hasta el dolor sueño de cal:
ardiendo
qué hilo no nos separa de la nada.
Trasluz
Hogueras que se encienden en las faldas del sueño:
la luz, que no dormida, agota las luciérnagas.
Enfermo de horizonte, el cansancio que incendia
su clave de amapola.
Los párpados cansados de la noche,
la altura de la luz,
su almena rota,
el dardo meridiano que se extingue
después de las ventanas.
ARIADNA OLVIDA EL MAR
El rostro reclinó. Desde la orilla
todo era paz. Olor. Inmensidades.
Verdades concedidas al espacio,
suavemente oscilando entre las ramas.
Aspiró el aire frío que se abría
como un sol de papel en los pulmones.
Saber del mar su luz, su pasadizo.
Atrás dejar la sal. Volver a casa.
De Araña. (2005)
CRISTALES
Oscurece. El cielo está temblando
en sus añicos como una barca rota.
Carne y silencio. La roca en el pantano.
La mano que se aleja.
Vibrando, las estrellas acarician el suelo
con su lengua de sábana o asfixia.
La fiebre es el incendio que naufraga
debajo de las puertas.
De Araña. (2005)
DUDA – Rafaél de León¿Por qué tienes ojeras esta tarde?
¿Dónde estabas, amor, de madrugada,
cuando busqué tu palidez cobarde
en la nieve sin sol de la almohada?Tienes la línea de los labios fría,
fría por algún beso mal pagado;
beso que yo no sé quién te daría,
pero que estoy seguro que te han dado. ¿Qué terciopelo negro te amorena
el perfil de tus ojos de buen trigo?
¿Qué azul de vena o mapa te condena al látigo de miel de mi castigo?
¿Y por qué me causaste esta pena
si sabes, ¡ay amor! que soy tu amigo?