Tirso de Molina nació en Madrid en 1584 y falleció en 1648. Se lo conoce por haber sido uno de los más prestigiosos dramaturgos españoles del Siglo de Oro.
En su obra puede notarse una fuerte devoción a las pautas marcadas por Lope de Vega pero con un mayor compromiso con el detalle. Mostrando exquisitas presentaciones de las mentes de los protagonistas e indagando en las cuestiones más personales, sobre todo, en la descripción de los personajes femeninos (cosa poco presente en el resto de dramaturgos españoles, por cierto).
En lo que respecta a su vida privada, son pocos los datos que se tienen. Tan sólo se conoce que vivió durante muchos años en diversos monasterios, que en 1616 viajó a Santo Domingo y que, cuando regresó unos años más tarde, fue condenado a prisión por escribir comedias profanas. Cuando salió comenzó a trabajar para la corte y se convirtió en un autor fecundo.
LOS POEMAS | Lee otros poemas de MIS MAESTROS |
Una muestra de sus poemas Que el clavel y la rosaQue el clavel y la rosa, El clavel, lindo en color, La violeta enamorada, Que el clavel y la rosa, |
TRIUNFO DE AMORFuga Hagan plaza, den entrada, Romance Una soberbia hermosura Con los rayos de sus ojos Y viendo al Amor desnudo Que no es posible que haya Tuvo por vanas sus flechas, Pues una vez que le hirieron Presentóle la batalla, Y en vez de bronces bastardos Desarmado y ciego, Amor Corrióse de su arrogancia ¡Qué dura fue la batalla! Retirándose el recato, Acometiéronle juntos Ya está cerca de rendida Su entendimiento animoso Del respecto acompañada Vencida llora la ingrata Con tan preciosa victoria, Desarmado y ciego, Amor |
ROMANCES1 En la prisión de unos hierros, Reciprocando requiebros Nunca nacieran los celos Perdió la tórtola amante Como era el águila reina ¿Qué importan las amenazas Humillará su soberbia, Pastorcito nuevoPastorcico nuevo Pastor de la oveja, Al molino del amorAl molino del amor Los bueyes de las sospechas -Molinico, ¿por qué no mueles? -Porque me beben el agua los bueyes. Vió el amor lleno de harina -Molinero sois, amor, -Sí lo soy, apártense, Triunfo de amorHagan plaza, den entrada, |
2 Fuérame yo por la puente, La que haziéndose ojos toda La que la vez que se asoma La pretina de jubón Por esta puente de anillo Reíme de ver su río, No os corráis, el Manzanares; Según arenas criáis, Y en fe de aquesta verdad, Postilando vais vuestra agua, No lo executó por ser Título de venerable Como Alcalá y Salamanca, Mas, como estudiante floxo, Pero dexando las burlas ¿cómo, decid, Manzanares, Un siglo y más ha que andáis, Alegar podéis servicios; Su Troya burlesca os llama En azafates de mayo ¿Qué es la causa, pues, mi río, Filipo os quiso hacer grande Pedidle al Cuarto mercedes, No soy (diréis) ambicioso; ¡Ánimo, cobarde río, Fuentes tenéis que imitar, Adornadas de oro y piedras, No sé yo por qué se entonan, Más dixera, a no llegar |
3 cuando brujas y lechuzas me salí confuso y triste Los ojos puse en la luna, Pero divirtióme de ella Conocí que era mujer, Trabamos conversación, Brindóme con una mano, Desde la mano a la boca Manosee las mejillas, Topé luego la nariz, Tenté los bajos países, Halléme en un cementerio, Volvíla, en fin, los talones, Llegué a casa, y vuelto en mí Alamicos del prado
|
4 ¡Mirad si será milagro Bien sé yo, señora mía, Mas ¿qué labrador habrá Sembré al principio esperanzas Ya sé que responderéis, Mas si el dar cinco de corto Dueño mío, no haya más; |
25 Adiós, fregona, cuyo amor me agravia, Adiós, fondón, traspuesto en tantos cabos, Adiós, catujas, de mi amor brinquiños, COPLASDe no hallar en mis amores Cuéstame hartos desvelos No soy carne ni pescado, Mi gusto aprendió en Toscana, Peor que el diablo soy si me resuelvo, Cúpome el número sexto, Puesto que no hay más que ver Para la flecha de amor, Aunque en orden a limpieza No lloréis, ojos hermosos, Sin pundonor, sin melindres, Segadores afueraSegadores, afuera, afuera, Quién espiga se tornara Segadores, afuera, afuera, Si en las manos que bendigo Segadores, afuera, afuera, Si yo me viera en sus manos Segadores, afuera, afuera,
|
SONETOS1 Sale el sol por el cielo luminoso Veloz pasa su curso muy furioso a la campaña salgo defendido Y cuando del descanso solamente |
2 Del castizo caballo descuidado mas luego que el jaez de oro esmaltado Del mismo modo entre la encina y roble, mas despertó mi pensamiento noble, |
3 Espera la bonanza, aunque se hunda, Es común este bien a los mortales, Mas a mí la esperanza de mis males |
4 A Sirena me dio, porque le siga, Callar y poseer sin competencia, mas que tanto aquilaten la paciencia |
5 Quien promete no amar toda la vida, Hasta ahora con noble resistencia Pupila soy de amor; sin su licencia |
6 Yo sé que los amantes son abejas, Abeja, soy, amor; dame palabra No sequen mi ventura tus desvelos; |
7 A tener ojos, conocieras luego La falta de tu vista me lastima. Diérasme tú aquel guante por despojos, |
8 Vino la noche, y con el negro raso Amor me manda que velando aguarde Temor me hiela porque me acobarde; |
9 Matiza en el telar la mano ufana Lo propio hace el amor, que mezcla y teje Noble yerno me da, no es bien que deje, |
10 Estas penas del alma son sus cielos; Amor, en popa voy con mi esperanza, No se me niegue puerto en que me ampares, |
11 Al pájaro, que en plumas se dilata, No en los jardines la florida hierba Dichoso, libertad, el que os conserva, |
12 De sangre y llanto entre los dos un río ¡Ay, divino Señor del alma mía! bajad de vuestros cielos amoroso, |
13 dadme remedio, pues sabéis mi celo; No me dejéis, cristífera María; Mi pureza guardad, pues podéis tanto, |
14 Corales dan al corazón consuelos, Sabio dicen que soy, mas si lo fuera, Siempre el entendimiento fue su esfera, |
15 si Plauto, por ser sabio mendigaba, si ha habido quien en el imperio altivo si a Pedro pescador Roma agradaba, |
16 Burlábase de un junco, que vencido, Su humilde estado y pobres ejercicios que cuando en los soberbios edificios |
17 Aura suave que con voz sonora, Los pastores imitan la armonía Cantad, amigos, la firmeza mía; |
18 ¿Qué vale Alcides con amor; qué vale Sardanapalo no tuvo vergüenza ¿Qué mucho, pues, que una mujer me venza, |
19 ¿Contó jamás de un hombre que en la llama Rigor es inaudito y sin segundo; Cuente la fama, pues, mi intento loco, |
20 Tres años ha que de mi pecho fías En dos cuevas amparo y doy sustento ¡Ampara Tú, Señor, mi justo intento; |
21 Galera donde rema gente honrada Calma del tiempo, sueño de los días; Sean tus escuderos chirimías; |
22 Adora a un monstruo de oro; lisonjeras Riquezas, de tu amor apetecidas, es que, imitando en la elección a Midas, |
23 Quien fe a las palabras da, ¡qué de ello yerra! Tres elementos, bárbaro, han mostrado ¡Qué a mi costa, villano, experimento |
24 Adiós ciudad, sepulcro de Santiago, Adiós, hermana, que en tus brazos dejo Adiós juegos, amores, travesura; |
VERSOS DE NOVELA CORTESANANiega mil veces arreo Si hermosuras superiores yo que a tanto cielo aspiro, Cuando amor me da sus alas Los celestiales enojos Mas yo que humilde tus rayos, Yo merecí de tus ojos Mas, con todo, temeroso Y hasta que en lícito lazo ¡Cuándo tendrán, dueño mío, La mayor seguridad Si piadosas las estrellas sobre mi fe, a tu hermosura Vive en tanto, amada mía, Ardo amando, y ocultar En este turbado mar Tal vez la vista consiento Mas deste mudo lamento, Pero ya sin esperar Y no os pretendo obligar, Que la sintáis sólo quiere Mas ni estas honras espere De aquel joven generoso De aquél que en Córdoba el coso De aquel Pedro, heroico hijo Entró gallardo en la plaza, Después que en rompidos fresnos como undosa línea ardiente Sino fue, por deslucirle, Siniestro acomete el bruto, Cayó, aunque herido animoso, A la violencia del riesgo, Prosigue el bruto el destrozo Hasta que, cobrado, el joven Tiñe en purpúreo veneno A más aplauso la fiera En los riesgos la virtud La destreza y el denuedo Ansí el héroe cuantas fieras Pocas, que huyendo del rayo Vive, pues, Garzón heroico tantas que a tu mano deba De tus mudanzas aprende ¡Quién no esperara, segura, La mudanza de los hombres No es posible, que obligados Solícitas ocasiones ¡Qué mal tus ingratitudes De noble traje disfrazas Llamas lisonja al agravio Bien mereciste que yo Mas como sé que en amor En mis desdichas estimo Y enseñará mi ofendido Con lágrimas y suspiros Mi firmeza, ingrato, tu olvido afrenta Si queréis vivir, pastores, Nuevas muertes ha inventado, Es un acíbar dorado, Tanto se precia de ingrata, Ayer le dije mis ansias Respondióme que era fuerza ¿Quién vio tal rigor, zagales? ¡Como si en blando decoro Ingrata ha de ser por fuerza Aquí yacen los deseos, ¡Ay, qué dolor, pastores, ay que muero |
Cuando la mulata nocheCuando la mulata noche cuando brujas y lechuzas me salí confuso y triste Los ojos puse en la luna, Pero divirtióme de ella Conocí que era mujer, Trabamos conversación, Brindóme con una mano, Desde la mano a la boca Manosee las mejillas, Topé luego la nariz, Tenté los bajos países, Halléme en un cementerio, Volvíla, en fin, los talones, Llegué a casa, y vuelto en mí |