ELLA [Mi poema] Alberto Morate [Mi poeta sugerido]
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MI POEMA …de medio pelo
Ella es aquí quien sabe, la que manda,
la que lleva las riendas del hogar,
la misma que consuela al ver llorar
y pone la concordia en la desmanda
y envía los pelillos a la mar.
Ella aquí es la señora de la casa,
la que cuida los niños que ella pare,
la que añade el amor, quien los criare
cuando acude algún fuego que lo abrasa
buscando de apagar, quien lo achicare.
La única, la experta en sus labores,
la que sabe abrazar y que perdona
aunque a veces ejerza de mandona,
capaz de desprenderse de sudores,
aquella, la que nunca te abandona.
La Madre con mayúsculas, su celo
no tiene parangón, nadie lo iguala,
pues nunca lo que tú haces le resbala
que cuida de tu estancia y gana el cielo
y así venga un torrente lo achicala.
©donaciano bueno
Nadie te quiere más que una #madre, o si? Share on X
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Alberto Morate
Escribo en el espacio de un metro por un metro
me desnudo con un soneto,
me visto con la prosa,
vuelo sin alas por el recuerdo,
escucho y espero,
recorro un camino de cumbres y descensos,
pienso, mas sobre todo, siento,
abrir un libro es conocer un hecho,
me veo en el espejo de un papel en blanco,
beso el verso,
me cuelo sin miedo en el sentimiento
escribo, no sentencio.
Vértigo
de sentir
lo que nunca empieza,
lo que nunca termina
con doble entrada y salida…
sometiendo al cuerpo,
sometidos por el cuerpo,
trabajando los días de descanso,
sabiendo que el silencio absoluto
no existe
y quiero que me quieras,
recordar hasta lo no vivido
ser y estar sin más,
superando angustias,
una lectura, una cerveza,
un paseo, una canción,
o más, cayendo,
¡porque no importa lo que pasó!
porque soy capaz de sentir
la lluvia aunque no llueva
y recorrer mi vida
como una aventura,
sin sobresaltos,
y un día cualquiera
voy a darme cuenta
de lo que tengo.
Ondina Ediciones
Para no ser perfecto
practicar prebendas,
procurar no perder el presente,
ser precavido con el prócer,
probar tus besos,
pasar puertas,
pedir perdón por poco,
personarse en casa propia
y repartir propaganda,
partir el bacalao,
permanecer en silencio,
pensamientos, piedras y más piedras,
propuestas y proyectos.
Entiendo en el árbol tu sombra
mientras escribo estos versos olvido
que te fuiste
en el viento,
sello con mis labios tu piel
mientras dan las noticias,
recuerdo tu protagonismo en mí
si me asomo al horizonte
solo veo
tu pupila azul
si me pica la espalda,
espero la presión de tu dedo en mí,
si me da por mirar
desde lo alto, es buscando
tu paso en el asfalto
si se me queda el giste en los labios,
es un beso amargo de ti,
aunque no la escuches
suena una canción, es para ti.
MI POETA INVITADO: Andrea Bernal
V
Así que no eres tú.
—dijiste—
No puedes ser tú
pues no es tu sombra atravesada.
Son dos lánguidas horas muertas,
en un jardín bajo gardenias recostadas.
Y es la piedra quien te grita mientras giras
la cabeza hacía la orilla de Alegranza.
XVIII
No existe este hombre,
ni esta mujer.
Están en el Atlántico,
no existen,
pero tal vez…
Son la piel que trota en este caballo.
Todo lo que imagino está cubierto por oscura Ondina.
No existe tiempo, ni voz.
No existe este hombre,
esta mujer,
estos caballos.
Pero actúan.
Y es posible que ustedes lo vean.
Una mano asciende en el mar.
Nos pide auxilio
la negra música del Atlántico.
De Ondina. Editorial: Huerga y Fierro