LOS DIOSES [Mi poema] Nelson Osorio Marín [Poeta sugerido]
¡Gracias por leer esta publicación, ¿deseas comentar? haz click en el botón de la izquierda!
MI POEMA… de medio pelo |
Los dioses, esos dioses, nuestros dioses, Que hay unos que son dioses de primera Se dice, se repite, se comenta Que dioses si no existen son precisos Se dicen vigilantes al acecho |
*La caja de Pandora es un mítico recipiente de la mitología griega, tomado de la historia de Pandora, la primera mujer, creada por Hefesto por orden de Zeus, que contenía todos los males del mundo.
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Nelson Osorio Marín
Los años inmensos
¿Recuerdas, hermano, los años inmensos?
Con el Che, los Beatles y el jazz en bohemia,
el Vietnam ardiendo como vena abierta
y nuestras canciones siempre en contravía.
¿Recuerdas, hermano?
Tu fusil, amor,
es la música más libre bajo el sol,
es sangre y es futuro del amor.
Tu fusil, amor…
¿Recuerdas, hermano, que nos marginaron
por creer despiertos en el hombre nuevo,
por ser los espejos del gran desconcierto
y por romperle el cuello a la indiferencia?
¿Recuerdas, hermano, cafetín y entrega?,
y viendo a Colombia tras muchas cervezas
y en un rojo trasfondo de frases y emblemas,
oro, negro y tinto eran nuestra mezcla.
¿Recuerdas, hermano?
Café y petróleo,
cumbia del mar,
joropo del llano,
aguardiente y ron.
Hola, chico,
a la coca colo,
cónchale, vale,
como son las vainas.
A cinco el saco,
a ocho el barril.
Vende, vendo, vendo, vendo, vendo, vendo
¿Quién da más?, ¿nadie da más?
Entonces vendido a la Coffee Petroleum Company
Simón Bolívar, Libertador,
murió en Santa Marta, en Caracas nació,
porque no importa dónde se nace
ni dónde se muere sino dónde se lucha
¿Recuerdas, hermano,
a Camilo Torres,
a la Janis Joplin,
Allende o a Bateman?
Manojo vibrante que fue deshojado
por esta historia ciega que aún no ha pasado.
¿Recuerdas, hermano, los sueños en grande,
los anhelos rotos y el miedo acechando
y en las pausas duras del aplazamiento
alegrías y soles siempre acompañando?
¿Recuerdas, hermano?
Hubo más alegría y estaciones en el sol
Pero el vino y la canción ya se fueron con el sol
Hubo más alegría y estaciones en el sol
Pero el vino y la canción ya se fueron con el sol
¿Recuerdas, hermano, los poemas rojos,
y los soles frescos de los sublevados?
Íbamos al lomo de vientos bravíos
sembrando semillas de nuevos caminos.
¿Recuerdas las lunas amando y cantando?
Que la esperanza vive mientras dura el sueño.
Por eso nadie ni nada ni el tiempo
podrán expropiarnos todo lo soñado.
¿Recuerdas, hermano?
Ricardo reunió a los hombres y les habló con despacio
palabras verde esperanza teñidas de sal y selva.
Les dijo “La vida es nuestra, también es nuestra la tierra,
y las palabras que traigo son semillas también nuestras”.
Ay ay ay ay, son semillas también nuestras.
Ay ay ay ay, son semillas también nuestras.
¡Ay ay ay ay!
¡Ay ay ay ay!
La ciudad sin ti
Con la fatiga de los venados
vendrás a mis cabellos.
La ciudad caminará
hacia cualquier bar
llena de labios tristes
como los tuyos.
De besos que no empiezan.
De niños que se acaban.
De ruidos, afiches y odio.
(Alguien intentará cambiar
sus brazos verticales por harina
sin entender
las sonrisas maliciosas).
Con la ciudad sin ti
estaré en un bar:
los ojos puestos en tus ojos
de juventud inútil,
el cerebro sobre los relojes
que nunca aproveché.
Pero también
en el gris de la ciudad
habrá esperanzas.
Al compás del corazón
Tango de Federico y Expósito.
Canta Raúl Berón. Orquesta de Miguel Caló.
Me parece verte regresar por ayer…
Cuando en mi vida
dejes de ser la gran película
porque cualquier día
empezarás a pasar lentamente lenta
hasta quedarte inmóvil
como una fotografía tomada al descuido,
alguna tarde canosa por venir
haré requisa de recuerdos
y te sacaré y sé que extrañaré
estas noches contigo de hoy
que para entonces serán quietas viñetas.
Y juro
que te besaré la boca y el pasado
casi fraternalmente.
Como amándote en sepia.
La noche vendrá sin tus cabellos
Algún Oriente
Te espero.
La noche vendrá con la luna mordida
por la dimensión del Hombre.
Sin ti.
Nadie me traerá tus palabras fronterizas.
Nadie tu geografía casi anochecida.
Sólo tus uñas en mis ojos
llegarán hasta mis pasos indecisos.
Pero no tu pubis ni tu piel.
La noche vendrá incompleta
y no caerá sobre los hoteles
porque tu sonrisa está lejana.
Y tu lengua.
La noche vendrá sin tus cabellos.
No estarás en la inclinación de mi cabeza
ni en el vigor de mis trópicos
y las tardes rodarán
sin nuestros cuerpos húmedos de nosotros mismos.
Pero te espero siempre
desde mis palabras solitarias
con la boca mordida
por tus dientes que no empiezan en mi cuerpo.
Despedida
Sabías que la lluvia
era mensajera
de cosas cenicientas.
Cuando tu silencio
gritaba
que sólo querías
vivir en mi recuerdo,
tus caricias huidizas
sintieron que el aire,
como yo,
estaba derrotado.
Y que mi voz
se alargaría hasta alcanzarte
porque en mis gaviotas
jamás haría verano.