MANIFIESTO DEL ESCRITOR [Mi poema] José Cabrera Martos [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
¡Oh, escribir por escribir! Por mucho que el personal Pues la mujer al parir Más, no deseo mentir, que ¡aun sordos, tendréis que oír!, |
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: José Cabrera Martos
ANTOLOGÍA
PRIMER NOCTURNO DEL JOVEN YEHUDA HA-LEVÍ
Y ÚLTIMO ACECHO EN GRANADA DE TIGRES EN EL JARDÍN.
Estuvo después todo el país en paz cuarenta años
Jueces, 5, 32.
Entre el suspiro encarnado de Otura
y la Granada engarzada en jardín,
tigres de tez aceituna.
Con la tierra, con el viento:
dátil, seda, blonda y uva.
Cuando el amor desató sus heridas
y se alejó -campanillas eólicas
bajo la noche en el muro,
últimos álamos-, sus
pasos rehusaron la dócil
copa de olvido, acecharon al tigre.
Pero la fecha expiraba y mordía
en el jardín con la aurora.
Tuvo un instante de paz:
cicatrizaron la noria
y el alhelí, sus heridas, cuarenta
hondas espadas, sintió su latido
tibio de flor, de sencillo
pájaro. Vocalizó
uno por uno a los tigres,
el paladar suspiró por la vega
y se marchó entre la luz de canela bucólica.
(de Goethica, 2009)
FRANKENSTEIN O EL HORRENDO HUÉSPED
(Última carta de Robert Walton al Secretario General de las ¿Naciones Unidas?)
Lo había deseado con tal ardor que excedía a cualquier
sentimiento imaginable; pero ahora que lo había terminado, la
belleza del sueño se desvaneció y un horror y repugnancia
invadieron mi corazón.
Frankenstein, Mary Wollstonecraft Shelley
Supe el error, fui Magnánimo tarde, aunque nunca es demasiado pronto –casi resulta ofensivo citar a Novalis- para cantar: Tú eres la muerte y tú sólo nos salvas.
Anteriormente, el nacido, fue alimentado en el odio por décadas, fue financiado en silencio y blindado su corazón por la estrella Única, hexágona a veces, otras cruzaban sus órbitas media centena entre el Tigris y el Éufrates, mégano oía, ahí: Hiena… Y amó amanecer con el puño de corazones cerrado…
(Falta el final de la carta)
Así, Ban Ki Moonfue hacia los hielos del norte faltaba el
fin de la historia.
Nada Hubo.
Al volar gris
de una paloma en ocaso,
supo el error, como blanco de halcones,
años más tarde
¿Cuál de los dos era el monstruo maldito?
Supo el horror, por entonces,
para escribir el finaly remitirlo al diablo:
Ven a por mí, porque vivo sin tiempo. Nadie me espera, ni nada me acopia. Bajo la noche sin nubes, somos iguales que estrellas y luna: Siervos del Sol, sin imagen ni humo.
21 de Enero de 2009
(de Goethica, 2009)
AMOR Y VIDA
(SINFONÍA INACABADA)
Y esta orquesta de plumas extiende por los campos
Amor como girándula armada en leves flores,
la batuta comedia un final en apócope
y una gota sostenida ancla al oceano.
Si la nota es por Eros sostenida
la vida, sinfonía inacabada…
(de Fanales entre el agua, 2002)
GENOAMEBA HUMANO
I
Diálogo del hombre y el genético doctor
-Ya puedo elegir al niñito que quiero
¿Podría mostrarme la gama de tonos
del pelo?…
¡Qué guapa estaría en ardiente cobrizo,
purísimo gualda!
-Señor ¿No le gusta el moreno o el negro?
Contrasta con tonos de pálida piel.
-Descarte el moreno, más tarde hablaremos
de gamas de tez.
Transcurre la Ciencia y avanza en su siglo.
Su lema:
“Socorre al humano que sobre la mano
te traiga el dinero”.
(de Sombra deshabitada, 2002)
TODO COMIENZA LA TARDE DE UN SÁBADO, TRECE.
Todo comienza la tarde de un sábado, trece
mil setecientos millones de años
antes del ser.
Fue necesario instalar nebulosas
en la azotea orientarlas en flor
reconocer
que apagamos sin dormir
-¿no lo recuerdas…?- la noche
para empezar a encenderles los ríos
que seguirán a la piel de los verbos
no transparentes.
Los planes
del universo, y los nuestos, te implican, estás –estáis-
desde el principio. No temas
las sensaciones del nido y la pirografía
del algodón y su ombligo.
El firmamento se viste y se briza por ti
con canesú,
luego traerá el vegetal en las cumbres.
(Inédito)
ACOLCHADO DE RELOJES, ALMOHADILLAS Y REVOLUCIONES
Thank you, fog
W.H. Auden
No sé por qué estoy huyendo, ni de qué, desde hace tiempo,
después del cristal las nubes tienen prisa y no se abrochan
el cinturón, acelero,
que no encuentran, ni he buscado.
Abre las alas y el suelo se duerme. Seré discreto,
según la cuneta el cruce no es peligroso, disculpad
al sol si borró los pétalos.
Fuimos aquellos que nunca
saben la luz del albero,
-hete ahora en la plaza y no sales, la claridad, el túnel,
¿En dónde estamos?- tampoco ellos pueden frenar, confunden
al cazador rojo.
Octubre,
resumiéndote ha llegado con la niebla y los ancestros,
enemigos implacables de la prisa…
y los bomberos.
(Inédito)
Poeta hispanojudío (Tudela, 1075) nacido en el ambiente cultural de la corte de los Banu Hud de Zaragoza. Se traslada a Granada invitado por su amigo Moseh Ibn ‘Ezra hasta que la entrada en 1090 de los almorávides le obliga a huir. En torno a 1130 emprende viaje a Tierra Santa al abogar por el destino mesiánico de Sión, lugar más cercano a Dios, y por el hombre como instrumento divino. Tras pasar largo tiempo en Alejandría y el Cairo, cuenta la leyenda que fue asesinado por unos ladrones a las puertas de Jerusalén.