MI GATO NO ES UN GATO, ES UNA GATA [Mi poema] Miguel Ángel Asturias [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
El gato que yo tengo no es un gato Tampoco es una gata que es gatita, Amén de diligente y hacendosa Si llamo y le pregunto mueve el rabo Mas puestos a buscar, tiene un defecto, Quizás es que ella es zurda contrariada, |
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Miguel Ángel Asturias
EL AMOR
(PARÍS, 1925)
Ah, suave afán, cabal e inútil pena,
clima de una piel tibia como un trino,
en secreto misterio la cadena
forjando está con sólo ser divino.
Astral tonicidad de sus recreos,
preciosa soledad de sus combates,
en linterna de alarma sus deseos
quemando está de campos a penates.
Eternidad de pétalo de rosa,
silencio azúl de álamo que aroma,
manjar de sombra con calor de esposa,
fruto prohibido que en el polen yerra,
tejiendo está con alas de paloma
el vestido de novia de la tierra.
CREDO
Credo en la Libertad, Madre de América
creadora de mares dulces en la tierra,
y en Bolívar, su hijo, Señor Nuestro
que nació en Venezuela, padeció
bajo el poder español, fue combatido,
sintióse muerto sobre el Chimborazo,
resucitó a la voz de Colombia,
tocó al Eterno con sus manos
y está parado junto a Dios!
¡No nos juzgues, Bolívar, antes del día último,
porque creemos en la comunión de los hombres
que comulgan con el pueblo, sólo el pueblo
hace libres a los hombres, proclamamos
guerra a muerte y sin perdón a los tiranos
creemos en la resurrección de los héroes
y en la vida perdurable de los que como Tú,
Libertador, no mueren, cierran los ojos y se quedan velando.
ELLA LO DIJO EN UN POEMA
Va pasando esta pena,
la pena de la vida,
la pena que no importa,
tú la has sentido larga,
yo la he sentido corta
y aún está distante
la tierra prometida.
A nuestro paso errante
fatal es todo empeño,
toda esperanza es muerta,
toda ilusión fallida…
Yo guardaré tu nombre,
yo velaré tu sueño,
yo esperaré contigo los primeros albores,
yo enjugaré tu llanto cuando conmigo llores,
y cuando ya no quieras que camine contigo
déjame abandonada como un grano de trigo
sobre las sementeras…
¡Déjame para siempre cuando ya no me quieras!
INVIERNO
En rodillas de viento, galgo y huella
fuí tras de ti, mujer en mi presencia
transportado por ágil luz de estrella
de sentido en sentido hasta la ausencia.
Atravesaste, amor, los egoísmos
que en sílice de lágrimas desvelo
yuxtaponiendo abismos sobre abismos
en mi insoluble soledad de hielo.
La gran araña de la lluvia teje
con agua y viento telarañas móviles
¿qué mañana serán cuando despeje?
Superficie de vidrio sin quebranto,
como serán mis ojos cuando inmóviles
hayan llorado ya todo su llanto.
Ana María Shua
TODOS LOS NO
No toques a los perros por la calle,
a los gatos tampoco,
no toques los faroles, las paredes o los cocos,
no toques mis papeles,
no toques mi cartera,
no toques la tele, la computadora,
la heladera, la nariz, el gomero, el techo, la vajilla,
no toques las estrellas, los monos, las vainillas,
no toques la perinola, la llave, la bombilla,
no te subas a la silla.
no te subas a la mesa,
no te subas al ropero, a la ventana, a mi cabeza,
a la luna, a la escalera, al escritorio,
no te subas a la cama, al trampolín, a la cerveza,
ni al cohete, ni al colectivo, ni a la reja,
No comas fruta que esté verde o esté sucia,
no comas nada que cualquiera te convide,
no comas maderitas, ni pasto ni frambuesas,
ni piedras que se te atragantan,
ni arena, tierra o basura.
No comas de la fuente, de la lata, de la mesa.
Y por favor no te comas las orejas.
No pises la ropa, los pasteles, el charquito,
no pises mis zapatos, ni a tu hermano chiquito.
No pises. Decía mi mamá,
hablándome despacio.
Pero yo no le hacía ningún caso.
La niña olvidadiza
Romina Brodo perdía todo.
Yendo a la playa
perdió la malla.
Yendo a la escuela
perdió una muela.
Una mañana
perdió a su hermana,
perdió el cuaderno
y una banana.
De vuelta en casa
mamá furiosa le dijo:
“Nena, pero qué cosa,
segunda muela,
quinta banana,
¡y cuarta hermana
que vas perdiendo esta semana!”
Pero Romina no contestaba
porque no oía que la retaban.
Estaba sorda y no por vieja:
perdió en la calle las dos orejas.