Solo un país ubicado entre dos placas tectónicas
puede pasar de importar la revolución socialista
a exportar al mundo el modelo más liberal.
‘La izquierda unida jamás será…’. Bueno, ‘jamás’
lo que se dice ‘jamás’, mejor decir ‘a veces no’,
pero rota métrica y mística, ¿quién cantaría?
Porque al final la liberación fue la liberación
de las trabas al arribo de automóviles extranjeros
y de los precios de las cepas regionales de vino.
No hay que subestimar acuerdos académicos.
Mientras un ejército se entrenaba en Panamá,
el otro hacía sus ejercicios en Chicago
para aprender que el Estado capaz de apropiarse
de los monopolios de distribución, fomentar
el control de los cordones industriales y castigar
al empresariado boicoteador era interrupción
del movimiento auto-regulado del mercado
tan parecido al movimiento mismo de la vida.
Donde la política se mide con la escala de Richter
es imposible imaginar cualquier gradación.
Bombardeo primero y por las dudas shock:
achique inmediato del déficit fiscal, recorte
del gasto público, supresión del código laboral,
privatización de pensiones, educación y salud
para que surja al fin de una vez aquel que confía
en sí mismo, maximiza utilidades y solo existe
en la competencia. El nuevo Hombre Nuevo.
En la casa del gobierno de facto el conferencista
negaba la relación inevitable entre el flujo
de las divisas y la detención del militante popular
pero su acento en la eliminación de la inflación…
¿Se trataba de eliminar la inflación exactamente?
¿Había que contar también la inflación ideológica?
Tal vez ya entonces era posible imaginar el gran día
en que solo tanques metafóricos y no literales
fueran suficientes para hacer triunfar el plan.