PUDIERA SER… [Mi poema]
Adriano de San Martín [Mi poeta sugerido]

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MI POEMA… de medio pelo
 

Pudiéra ser que tú nacieras rico,
pudiéra ser de pobres o veganos,
pusiéra ser de padres mahometanos,
pudiéra ser de listos o borricos,
pudiéra ser de nobles o villanos.

Pudiera ser nacieras de estraperlo,
que en antro donde hay putas te engendraran,
pudiéndote abortar no te abortaran,
siguiendo sin comerlo ni beberlo,
pudiéndose parar no se pararan.

Pudiéra ser que tú nacieras bizco
o acaso un esmirriado o también cojo,
un tipo en vez de fuerte más bien flojo,
mangando a la maldad un buen pellizco
cual yerba que germina en un rastrojo.

Pudiera ser que fueras negro o blanco
o véte tu a saber cómo te hicieran,
nacer, fuiste a nacer donde nacieran
alguno como tú que nació manco
o acaso si dejaran te tiñeran.

Pudiera ser…Recuerda ser pudiera,
que aquí todo redunda en el azar,
no debes presumir. Tu en ese ajuar
no tienes arte y parte tan siquiera
así mejor, te debes de callar.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO: Adriano de San Martín

Adriano de San Martín

Hotel de paso

(Hora de almuerzo)

Afuera un altavoz anuncia artefactos
de línea blanca
con trasfondo de reggae y reggaetón

Adentro un adagio para violín
de Johan Sebastian Bach
ordena la penumbra de la habitación

Las cortinas doradas de la ventana
sacuden el humillo de hierba
con una danza tenue de peces y dulzor

En la cama los labios de su vulva
besan con ímpetu mi boca

Su clítoris erecto y en éxtasis
salta y regresa enredándose
y enredándose con mi lengua

VERDE OLIVO

Luciano se llamaba el miliciano
que enterramos en Sapoá
o en Peñas Blancas
bien no lo recuerdo

Así se llamaba el guerrillero
de mirada clara y ardiente
alto delgado recio
proleta tierno inteligente

Lo recuerdo internándose en el parque
de La Sabana con su novia
porque entonces para el amor
no se consideraba el dinero

Llegaremos a Managua juntos
tomaremos el infierno por asalto
pronosticó como si nada dos días atrás

Había fatigado San José y Heredia
Ciudad Quesada Terrón Colorado
donde laborara con refugiados

Cuzamos el río Ostallo
con el enorme cadáver hasta el Gran Lago
donde como velas blancas se hermanaban
los compas en una camioneta azul

Ciertamente lo asaltamos
Infierno Irato de otra Managua
enardecida como enorme supermercado
Tu muerte no fue en vano
compañero del alma tan temprano

la piñata, sin embargo,
ha sido el corolario

Heterónimo

Si fuese otra persona, os daría gusto a todos
Fernando Pessoa
me llaman así
con este nombre
sin alcanzar al hombre
quien puebla los bares las calles
barrios de sombra piel de soledad
guerras abrazos despedidas de aeropuerto
libros entre muslos de miel y primavera
puntos suspensivos ante el vuelo del niño alcatraz

así sencillamente
sin concederme por qué debo diluirme
en la máscara que desenmascara al antifaz

(mi nombre cae ciego en la noche
blanco en las plantas aéreas de la luz
por los balcones de la memoria
minotauro amenazante de la medusa
del templo / la caverna / la noria)

no me saben muerto en la vida sin nombre
vivo en la muerte que me nombra
(Del libro Profesión u oficio, Ediciones Andrómeda, 2002)

Acerca de la tradición y cómo se reescribe

En el año 908 Abdullah Ibn Al-Mu’Tazz
poeta príncipe de los árabes quien vivió consagrado
a la poesía y al estudio
es asesinado después de gobernar un día y una noche Bagdad

Entre el 627 y el 650 d. C. (¿700 y el 780 d. C.?)
Han Shan el monje de la Montaña Fría
con un sombrero de corteza de abedul
chanclas de madera y tierra
escribía sobre las hojas amarillas del otoño
sobre tablillas de bambú pedazos de troncos
en los muros de las casas de los vecinos de la aldea
sus trazos invisibles luz perpetua del andariego

Más cerca aún de mi tiempo y nuestra frontera
Carlos Martínez Rivas en sus arrebatos de fauno herido
ángeles y demonios convocados
solitario en una casa de Altamira Managua
pinta poemas en la pared desesperado
por la ausencia de páginas blancas máquinas de escribir

Yo digito una red de estrellas eléctricas
de no sé cuántos megabytes de memoria
como si tratara con sombras rupestres en la caverna
en la noche que teje y desteje La Vencedora
y no sé qué sentido tiene sino el mismo
de una guadaña de plata en Bagdad o Managua
rotas marionetas después de su momento en el tablado
o el año viento inconstante de la palabra vulnerada
(Del libro Profesión u oficio, Ediciones Andrómeda, 2002)

VERDE OLIVO

Luciano se llamaba el miliciano
que enterramos en Sapoá
o en Peñas Blancas
bien no lo recuerdo

Así se llamaba el guerrillero
de mirada clara y ardiente
alto delgado recio
proleta tierno inteligente

Lo recuerdo internándose en el parque
de La Sabana con su novia
porque entonces para el amor
no se consideraba el dinero

Llegaremos a Managua juntos
tomaremos el infierno por asalto
pronosticó como si nada dos días atrás

Había fatigado San José y Heredia
Ciudad Quesada Terrón Colorado
donde laborara con refugiados

Cuzamos el río Ostallo
con el enorme cadáver hasta el Gran Lago
donde como velas blancas se hermanaban
los compas en una camioneta azul

Ciertamente lo asaltamos
Infierno Irato de otra Managua
enardecida como enorme supermercado
Tu muerte no fue en vano
compañero del alma tan temprano

la piñata, sin embargo,
ha sido el corolario

COLINA 50

El Gran Lago
Entrecruza la niebla
Atiborrado de vultúridos

Arriba las trincheras
Manos / granadas / manos
Agua púrpura / viento salobre
Bocas sin boca desenterradas

Las estaciones ciñen las cruces
Con huesos
Abren los senderos de la ceniza
Donde crecen enormes árboles de silencio
Para cobijar a los muchachos
Que regresan con sus mochilas
Y la muerte adherida a las camisas

EPIGRAMA

A Cristián, a Eduardo

Los rostros son manos humeantes
con el pañuelo rojinegro en colinas de sangre
donde ruedan niños/ángeles y chicas
por el lodazal del eterno combate

Las manos son los rostros transparentes
en las fotografías de piel más reciente
bajo el traje de fatiga y los sombreros de verde
con el fusil cargado de poco futuro y mucha muerte

Los rostros las manos y el vientre
adjetivos minados plenos de púas y pelambre
obtusos por lo perdido bosque adentro
verticales por lo encontrado en abrazo a suerte

Al final somos eso: minadas imágenes
llovizna de nostalgia
insomnio de la fiebre
alrededor del cerco enemigo
calcinado por la memoria

palabras disparándose
contrapalabras.

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Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

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