1.¿QUÉ CULPA TENGO YO? [Poema del Editor]
2.Dolores Catarineu [Poeta sugerido]

Textos aquí: 1. del Editor, 2. del Poeta sugerido y 3. del Invitado (opcional)

MI POEMA… de medio pelo

 

Así quieran culpar, no soy culpable,
que yo soy lo que soy, que así me hicieron.
Los que a mí me educaron y murieron
buscaron un promedio de notable
haciendo a un ciudadano. Y confundieron

sus deseos, principios y el futuro.
sin llegar a entender que algo más tarde
aquello que tachaban de cobarde
se iba a poder tildar de prematuro,
negando la verdad y haciendo alarde.

Debieran de saber los que no saben,
debieran de entender los que no entienden,
no miran hacia adentro, no comprenden
que nunca han de encontrar quien les alaben
y menos conseguir quien les arrienden.

Debieran de saber los que cainitas
vestidos de ropajes variopintos
se empeñan en blindar a sus recintos
tirando a los de al lado sus chinitas
por ser más desgarbados o distintos.

Debieran ¡ay dios mío si pudieran!
tirar su egolatría al inodoro,
dejar de respirar por cualquier poro
su afán de criticar. Y que bebieran
las aguas cristalinas del decoro.

¡Qué culpa tengo yo si a mi me hicieron
creer lo que era el bien, lo que era el mal!
Y hoy me quieren tildar de carcamal
porque aquellos mayores no previeron
que habrá un día en que aquel dulce torne en sal.
©donaciano bueno

Estos versos vienen a colación de un artículo del magnífico Pérez-Reverte en el que describía como al abrir la puerta de una librería y coincidir con la salida de una señora éste la cedió la puerta recibiendo a cambio un exabrupto de ¡machista!. Reflexionaba: si a mi me educaron desde pequeño que este era un signo de cortesía. Hay quien confunde el culo con las témporas, diría Cela.

MI POETA SUGERIDO:  Dolores Catarineu

Cómo quise tu boca

¡Cómo quise tu boca,
granada abierta,
que en las noches
de estío de amor
me llena!
¡Cómo lloran las sombras
de las veredas,
qué cauces más amargos
dejan!
En fragmentos la luna
se mete en las ventanas
entreabiertas,
y manos de fulgores
las cierran.
En las praderas bailan blancas estrellas.
¡Cómo quiero tu boca
cuando te alejas!
Tender un puente firme
en esta noche clara,
desde mi pensamiento
a tu dormido ensueño.
Tener la certidumbre
de que esperas, sin duda,
y sentir palpitar
como un pájaro herido,
tu corazón en lucha
que reclama el silencio.
Estar en el deseo
como bruma azulada
que acaricia tus párpados
con desvelo de nido.
Ordenar las estrellas
que velarán tu sueño;
y sentirte latir
en la onda sonora
que trae tu sentimiento.

Tender un puente firme

Tender un puente firme
en esta noche clara,
desde mi pensamiento
a tu dormido ensueño.

Tener la certidumbre
de que esperas, sin duda,
y sentir palpitar
como un pájaro herido,
tu corazón en lucha
que reclama el silencio.

Estar en el deseo
como bruma azulada
que acaricia tus párpados
con desvelo de nido.

Ordenar las estrellas
que velarán tu sueño;
y sentirte latir
en la onda sonora
que trae tu sentimiento.

AMOR

¡Cómo quise tu boca,
granada abierta,
que en las noches
de estío de amor
me llena!

¿Cómo lloran las sombras
de las veredas,
qué cauces más amargos
dejan!

En fragmentos la luna
se mete en las ventanas
entreabiertas,
y manos de fulgores
las cierran.

En las praderas bailan
blancas estrellas.
¡Cómo quiero tu boca
cuando te alejas!
Incluido en su poemario Amor, sueño, vida de 1936.

Bio de autor en esta página

"No están todos los que son pero son todos los que están."

  • Dolores Catarineu Saldaña, la menor de los tres hijos del empresario José Catarineu Ibarra y de María Amparo Saldaña del Corral, estuvo ligada desde su nacimiento a Aravaca, un pueblo cercano a Madrid. Allí, a comienzos del siglo XX, los Catarineu –familia de origen castellano y provenzal– poseían una importante fábrica de jabones, lejías y aceites, además de una segunda residencia, en la que nació la futura poeta. 

    Tras la Guerra Civil, Dolores Catarineu participó activamente en la vida intelectual de la España de posguerra. Por ejemplo, con la publicación de poesías y artículos en las revistas YLa Estafeta Literaria, Acanto y Mediterráneo. Publicó su segundo y último libro de poemas, Siempre, en 1943. Al año siguiente sacó a la luz en Barcelona un cuadernillo de ocho páginas con poemas bajo el título Nuevos paisajes. Más tarde, en 1948, tomó parte en el ciclo de lecturas poéticas “Alforjas para la poesía”, que se celebraba en el Teatro Lara de Madrid, junto a las poetas Josefina de la Torre y María Luz Martínez de Valderrama.

    Respecto a la crítica del momento, César González-Ruano incluyó tanto el nombre como la obra de Catarineu en su Antología de poetas españoles contemporáneos en lengua castellana (1946). Igualmente, el reputado estudioso de la época, Federico Carlos Sainz de Robles, incluye una reseña sobre la autora en su Ensayo de un diccionario de la literatura (1949). Leer más...

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