«En el sentido amplio de esta composición poética formada por catorce versos de arte mayor, generalmente endecasílabos, y rima consonante, que se distribuyen en dos cuartetos y dos tercetos».
Con la verdad en celofán envuelta
la farsa sin cesar le perseguía,
la duda apareció y cambió de vía
y tuvo que parar y dar la vuelta.
Cae la lluvia, la tarde fría,
tras los cristales de mi ventana
el aura triste de la mañana
llora su ausencia, melancolía.
Pues dirán en un tris está el huerto
precisando de abrir artesianos
que le eviten efectos malsanos
y consigan llevar a buen puerto.
Esos charcos de vida que he pisado,
retos son a los que nací suscrito,
a algunos he ganado el plebiscito,
mientras otros son ellos que han ganado.
Gala haciendo de honor y de hidalguía
subiose su alma libre hasta el parnaso
un día triste y gris en que el ocaso
con un requiebro cruel le bendecía.
¿Qué sería el mañana sin ayer?
es seguro que el hoy no existiría
ni el futuro también razón tendría
sin madrugar no habría atardecer.
Por qué yo me pregunto si nadie me pregunta,
por qué abundan los seres que dicen ser humanos
que pasan su existencia tratando sacar punta
de cómo separarnos unos de otros hermanos.
Si he de partir el mundo en dos mitades,
notar si hace calor o si hace frío,
comparar tu cariño con el mío,
la verdad cotejar con falsedades.
Pensé tomar la vida de soslayo
como aquel que allí pasa y no la viera,
con la cara ocultando en su visera,
cayera de improviso agua de mayo.
Tú ¡oh, señor! que a tu imagen me creaste
con barro que amasaste con esmero
no admitas que hoy el tiempo la eche al traste
tu tajo de artesano y de alfarero.
Mirando voy por saber, andando la vida paso,
observando al cielo raso, buscando la luz divina,
preguntando a la vecina y a los dioses del parnaso
todo aquel que me hace caso o que mi mente maquina.
Para mi, tú eres pasado, ya no existes,
cual frasco de perfume sin olor,
la polilla metida en alcanfor
la sonrisa de amor de un rictus triste.
Besos del alma, besos, besos míos,
a veces tan esquivos, tan distantes,
vosotros, no sois ya como los de antes
causantes de temblor y desvaríos.
No es lo mismo percibir que apercibir,
pues que si alguien me dona algo yo percibo
y si solo me lo muestra lo apercibo
y a dos velas quedo allí sin recibir.
Ayer cavé una tumba en tu memoria
junto al olmo seco segado por el rayo,
el árbol está triste en su calvario
y tu imagen forma parte de la historia....
Si yo tuviera ocho horas para talar un árbol
dedicaría seis para afilarle al hacha,
pudiendo así evitar que me quedara calvo
antes de que lograra al mismo hacerle racha.
Martina, amada mía, nieta mía,
Libélula sutil de mis anhelos,
mi ninfa azul y diosa de mis cielos,
sustento que alimenta mi alegría.
¡Bendición! esa luz, el sol, ventana,
cristal que transparente en mi se asienta,
que impide el firmamento a mi me mienta
tan dulce, tan alegre y sin desgana.
