De joven me decían, lánzate,
si quieres tocar pelo has de luchar
que aquí lo que se trata es de libar,
sin miedo a fracasar, convéncete.
En nombre de los pobres yo me acuso,
en nombre de los pobres me rebelo,
en nombre de los pobres grito al cielo
y exijo pues le veo muy confuso.
Hace tiempo que sueña que no existe,
que un buen día amanece y se evapora,
se diluye, evanece y decolora,
desnudo, en una nube se desviste,
consciente existe el cielo al que él añora.
Nacer para morir. Inevitable.
Nacer para morir, aunque no quieras.
Nacer para morir, así no se hable,
o quieras tú pedirle al olmo peras.
Que nunca el dueño fue. Y es que su vida
siempre anduvo al albur de los vaivenes,
sus padres, sus abuelos y sus genes,
el dÍa y el lugar de su venida
al mundo y sus andenes.
Esta sociedad tiene un problema
que no quiere abordar;
se queja cuando tiene que llorar
al ver que se ha salvado de una quema
y no sabe apagar.
Es España. Es Madrid, Y esto es agosto.
Hay fiestas en los pueblos. La alegría
se expresa libremente cada día
aflorando sonrisas en el rostro
como en Andalucía.
Quien enseñó a los virus a matar,
quién hizo que haya gentes que murieran,
y obviando que pudieran suplicar
un día decidió tirar al mar
y tantos inocentes se perdieran.
No recuerdo a mi padre y de mi madre
guardo un recuerdo vano;
y de Enrique, quien era el más cercano,
gran amigo de alma, mi compadre,
hermano, más que hermano...
Aunque no quiera acordarme
me niego a morir ¡pardiez!
sin volver alguna vez
al lugar. Y enamorarme
de ese tipo turulato....
Lo sé, no te conozco mas quisiera
saber algo de ti, de tus andanzas,
me digas si prodigas alabanzas
o tienes por costumbre pendenciera
quemar cual se hace al cerdo en las matanzas.
Pongo la cara. Me la destrozan.
Hago una mueca. Pego una coz.
Sucede un grito que suena atroz,
se asoma el eco con su altavoz,
y oigo sonrisas que se alborozan.
Apreciado Garzón, Dios te bendiga
pues fuiste tú al surgir mano de santo
logrando desquiciar al campo tanto,
forzando a fabricar el pan sin miga,
blindando tu obsesión a cal y canto.
Vivimos rodeados de muchos chupatintas,
de fatuos saltimbanquis y de faranduleros,
melífluos y tipejos que asumen son floreros
cual huevos que están hueros mas tienen buenas pintas...
Yo siempre supe que ver
y creer no eran lo mismo,
que la pila del bautismo,
sin la fe, se iba a perder
despeñada en el abismo.
Sin bloques ni balizas rompeolas,
en este remolino que es España,
tan llena y tapizada de amapolas,
va arrastrando sus devenir a solas
mientras siente el cincel de la guadaña
Sobre la tierra amarga de Castilla
el Duero va trazando su esqueleto
a veces reposado, otras inquieto
del chopo que hay al lado haciendo astilla.
Y aunque sé que no sé, que yo quisieravestirme de esperpento cada díasacando a pasear a mi troneray a este mundo ponerme por monteramofándome de dios cual dios lo haría.
