«Es definido como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad, resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas, la sátira y denuncia social incluidas».
Yo toco las ideas, las miro y manoseo,
y en ellas me recreo pues me parecen bellas,
observo con asombro cual miro a las estrellas,
o miro y le persigo a mi objeto de deseo
y al vino en las botellas.
Mis versos son obtusos y algunos paticortos,
los hay que son abortos y otros que son ilusos,
indignos de reclusos, que se han quedado absortos
ciegos a mis exhortos, hartos de malos usos..
Hay versos que yo he escrito con placer,
algunos derramando van ternura,
en cambio, otros, destilan la amargura
de quien sufre un amor al merecer,
y hay rasgos de locura.
Juego,
con las palabras yo juego,
y a ellas les rindo tributo
lo mismo que con el fuego
juego,
si no me quemo, disfruto.
La sangre que discurre por mi vena
no es sangre humana,
quizás se haya inyectado de una rana
o la ha subido allí la mar serena
de mala gana.
A jóvenes yo observo con la cresta
cual cincel que esculpiera en sus cabellos
y aunque a mi no me guste veo que ellos
orgullosos presumen de su testa.
Me gustan las tertulias, no lo niego,
mas miro a quienes son los tertulianos
y elijo a los que encuentro más cercanos
y nunca a quien pretende darme el pego
que comen chicha y dicen ser veganos.
¡Qué malo que eres Ramón!
-la Juana me dijo a mí-
desde el día en que te ví
no duermo hasta la mañana
pues mi mente es tan malsana
que bloquea mi razón,
Mirando voy por saber, andando la vida paso,
observando al cielo raso, buscando la luz divina,
preguntando a la vecina y a los dioses del parnaso
todo aquel que me hace caso o que mi mente maquina.
Era de septiembre un caluroso día
La flora tardía de olor perfumaba
la estancia vacía que a solas penaba.
La luna asomaba, el sol se dormía,
¡Oh ese cubo de basura!, tú, el personal vertedero
donde todos sin mesura, botamos nuestra locura,
todas menos el dinero!
Desde que somos pequeños
todos lo mismo deseamos
si es que de ello carecemos
y aun teniendo veneramos,
no me vengas con engaños
que yo no me chupo el dedo,
pues que a mi me importa un bledo,
¡que te responda Quevedo!
Garlopa, es esa palabra moribunda
que a fenecer se resiste y que galopa
en esas ínclitas manos del artista
que sobre la madera desliza y frota.
Tenía un triste semblante,
alto, enjuto, cabizbajo,
mandaba al mundo al carajo,
con la hiel como garante.
Era un tipo sin talante...
En sueños era hidalgo don Quijote,
audaz y muy valiente caballero
a damas fiel y en guerras el más fiero
de viento de molinos el azote.
La féminas me odian. Y yo ignoro
a qué viene me traten con tal saña,
me dicen que uso yo hago de artimaña
para a ellas conquistar, no les imploro
debiera de guardarlas más decoro,
y no de engatusarlas dando caña.
Yo denuncio a los farsantes
lo mismo que a delincuentes
a políticos que mienten,
que dicen lo que no sienten
y a sus mil representantes.
Camino por la ciudad
de Madrid un bello día
mirando con alegría
la gente que viene y va.
Raudo avanzan al pasar...
