NO SEAS UN GARRULO [Mi poema] Jesús Alberto León [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
Si un día por azar tú te encontraras Intenta aparentar vas a otro lado, Que antaño os aseguro yo creía Y entonces reaccioné sin disimulo |
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Jesús Alberto León
INÚTIL RECLUSIÓN
Uno cree estar a salvo del desamparo usual,
quedándose en la casa todo el día.
Los colores cordiales, los muebles protectores,
las paredes de ceño inexpugnable,
aseguran la vigencia tranquila
del amparado temple, del sosiego.
Se puede así escapar a la obcecada esgrima
que deshilacha la trama del mundo;
se puede reposar, impedir el desgarro,
y aun desorientar el filo abalanzado…
Pero quién sabe cuáles amenazas
preparan la ignominia, cunden calladamente
en los entresijos, bajo las baldosas;
qué brasas de pasiones guardan su incendio mínimo
tras el dintel donde se abre la vida…
Desde sus escondites, las alimañas captan
la ocasión: pasa una débil víctima
con los resortes del cuido relajados.
Siempre cruza este espacio, con repetida calma,
con naturalidad, sin oír el resuello
abominable. Quizás le corresponda
ahora descubrirlo. La ominosa intemperie
(piélago estremecido de latencias dañinas)
podría quedar aquí, precisamente aquí.
DONAIRE
¿Dónde comienza el aire,
dónde ocurre
su limpia cabecera,
cómo alimenta su galope múltiple,
qué combustible nutre su fragor?
¿Cómo despliega su afán sin tropezar,
cómo abre su carne trasparente
sin herirse ni gritar:
rodando
su ingrávida avalancha?
¿Cómo lava su rumor las huellas
de tanta desazón
y no se deshilacha jamás:
sigue rozando
todo el rostro del mundo
sin quejarse?
CONDICIONAL
Si uno pudiera, con fugaz sonrisa,
recordar el futuro y deshojarlo
como si fuera a suceder ayer;
o adivinar a tientas y a certezas
los entresijos roncos del pasado,
hasta aliviarlos con el aire ingrávido
de pliegues que no han sido…
Si uno tendiera el cuerpo
sobre el filo del tiempo
y fuera caminando con los ojos,
y mirando asombrado
con las inquisitivas plantas de los pies…
Si uno se desdoblara, en fin,
en este fin de mundo
que nace cada vez y desfallece ahí mismo,
podría beber el agua más exacta,
esa que se condensa en los minutos
y los convierte en gotas delicadas,
en parpadeos de una frescura súbita
que abre y cierra los ojos del instante.
NATACIÓN
Si al uno mordisquear la realidad
le extrae jugos dormidos,
y si al uno mojarse en esos zumos
se confunde y diluye,
y ya no sabe dónde están las manos,
las piernas, la cabeza,
no es ese descalabro
suficiente razón para dejar de espiar
las vísceras del mundo
que se vislumbran al borde sospechoso
de su interior transido.
Si uno quiere vivir y ser arúspice,
mantener la distancia y sumergirse,
entender y gozar (junta difícil),
hay que bracear mirando siempre al frente…
Pero tampoco es posible renunciar
a ambas caras pugnaces de lo mismo,
a los dos movimientos de la tensa,
ambivalente natación urgida.
No hay más remedio pues que ir viviendo
y detenerse a veces
a comprobar el rumbo,
a preguntar, quizás…