1.YO TENGO UNA VECINA [Poema del Editor]
2.Luis de Lión [Poeta sugerido]

Textos aquí: 1. del Editor, 2. del Poeta sugerido y 3. del Invitado (opcional)

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo tengo una vecina
con ojos de escarlata,
la chica está divina
no crean se recata.

Me mira por encima
en esa escalinata,
se ríe y me lastima
y de rubor me mata.

Se arrima y se me arrima
o agacha y se me agacha,
se empina y se me empina
¡qué buena es la muchacha!

Si veo que camina
con aires de novata,
miro qué se adivina
por si algo le delata.

¡Qué linda es la pupila,
qué bella es la rapaza!
me sube la autoestima
y a mi nada me baja.

No crean que ella es muda,
la chica es dicharacha
hasta cuando estornuda
¡es una vivaracha!

Mis ojos la desnudan,
como a un helao de nata,
rezuma y que rezuma
pero a quien nadie cata.

Esta noche, chiquilla,
yo me tomé un cubata
con permiso hice ¡quilla!
muesca otra en mi culata.
©donaciano bueno

(Coplas picantillas) Entre col y col lechuga (de vez en cuando un poco de humor…verde naturalmente) no viene nada mal.

MI POETA SUGERIDO: Luis de Lión

Y Dios creó a la mujer

…en el trigo de tu cuerpo.

No eras hecha por humanos.

Por eso tan perfecta.

Me gustaba verte
desnuda y alta como la Torre de Eiffel,
tu pelo universal
desplegado al viento como la bandera de tu patria.

Eras el Arco del Triunfo del erotismo:
sobre la suave extensión de tu espalda
ondulaban los Campos Eliseos,
sobre tus senos y tu vientre
se exhibían todos los tesoros del Louvre.

Eras una botella de miel.

Eras la Parisien.

Después de cada filme,
yo te buscaba entre las aguas del Sena
de mi cuaderno de mapas.

Eras el fuego en la caverna y yo
el pitecantropus erectus.

«Por un beso,
yo…» le hubiera dado una mordida
a tu boca de manzana.

Eva mía,
caminabas
y eras la tierra y sus dos movimientos.

Eras mi sueño.

Todas las noches te metías en mi cabeza
con tu cuerpo de serpiente y tu piel de lirio.

Brigitte Bardot,
yo venía de un pueblo donde no había cine
y sus mujeres eran catedrales.

Mis ojos sólo conocían los troncos de los árboles
y nunca habían visto un muslo.

Los senos no tenían nada de erotismo,
eran frutas llenas de jugo para los labios de los niños.

Los brazos y los abrazos eran cunas o nidos.

Las cinturas no eran de avispa,
eran redondas.

Los vientres eran surcos para reproducir la vida,
no almohadas.

Y uno crecía,
se casaba,
tenía hijos
y eso era todo.

Pero Dios
creó en París una mujer
y la exportó envuelta en celuloide.

Eras Nuestra Señora. Mi Señora.

Pero sobre todo, eras la Revolución Francesa.

Tus piernas eran dos cañones de amor
que disparaban a mis ojos y sacudían mis tímpanos.

Brigitte Bardot,
yo intenté la resistencia,
pero tu fuego era demasiado.

La aldea que yo traía en la cabeza
fue tomada por asalto y arrasada.

Y tuve que abrirte mi corazón
y luego alzar los brazos.

De eso hace muchos años,
Brigitte Bardot.

Y sin embargo…

Epitafio

¿Por qué se empeña la muerte
en matar, vanamente, a la vida,
si la más humilde semilla
rompe la piedra más fuerte?

Acerca de la función del adjetivo

niños
puedo decirles
peces
pájaros
cogollos
hierba
frutas
mariposas
semillas
pero
es imposible verlos
y no agregar un adjetivo
perseguidos
peces
perseguidos
niños prisioneros pájaros
cogollos
marchitos
niños
hierba pisoteada hierba
aplastadas semillas
mariposas heridas
sin embargo

que ese adjetivo cambiará
mañana
peces rebeldes peces
niños
libres
pájaros
cogollos firmes niños
fresca hierba fresca
triunfales
mariposas
triunfales semillas
indomables

Acerca del poeta y sus creaciones

oh poeta del poema
oh revolucionario del poema
oh revolucionario de la vida del poema
pero menos de LA VIDA.

Los creadores

Los hombres sentimos envida de los dioses:
ellos están en el cielo y nosotros, en la tierra,
ellos vuelan sin necesidad de alas
y nosotros tenemos que hacerlo sobre aviones,
ellos hacen los milagros y nosotros tenemos que adorarlos.

Pero cuando tú y yo formamos la figura de un pájaro
volando sobre nuestro propio cielo
-alas son nuestros brazos-
y tu vientre se llena de la más perfecta creación,
son los dioses los que sienten envidia de los hombres.

El enfermo

Si tus labios en verdad fueran de azúcar
y no solamente dulces,
hace años que habría muerto…

¡Tú sabes que yo soy diabético!

La lluvia, de Luis de Lión imprimir | correo
Así me gusta tu pelo,
tendido y húmedo
como una lluvia.

Ah,
qué infinidad de delgados ríos
se derraman sobre tu espalda,
qué inagotable fuente,
qué cielo el que se deshila.

Si tu pelo no fuera negro,
si fuera transparente
como esta gota,
diría que el día de hoy
principió el invierno
y correría descalzo
hasta empaparme
y vigilaría el momento
en que estallara la primera flor
e insurgiera la primera hierba.

Si tu pelo no fuera negro,
sería la primera cabellera
de este invierno.

Acerca de la ternura

Si no hubiera conocido tu piel,
si tus ángeles y sus pájaros
-morenos, desde luego-
no hubieran sido acariciados por mí,
si no hubiera tocado la ternura
de sus cantos y sus arpas
y la seda de sus plumas,
seguramente,
mi mano,
esta mano
tendría la dureza
de una piedra.

El poema y el poeta

Tú me pides
un poema
y yo te digo:
amor,
si tú lo eres.
Cada parte tuya
es una estrofa
y todo el conjunto,
poesía.

Para escribirte
habría que volver
a la poesía clásica,
habría que volver
gimnastas a los versos.
Escribirte
en verso libre
no es correcto
y yo no puedo
escribir
a la manera clásica.

Mejor déjame
entonces plagiarte
con mis besos,
déjame sentir
toda la resonancia
de la estrofa,
pues de todos modos,
amor,
si tú eres el poema,
yo soy el poeta.

Bio de autores en esta página

"No están todos los que son pero son todos los que están."

  • Luis de Lión, el inventor, el malabarista, el rey, el que habla de cielos, de pájaros, de volcanes, de ríos, de infiernos y vírgenes, de perros, de gallinas, de campanas, de borrachos, de fuego y viento («primero fue el viento…»), de niños y de poesía, y de amor y de amaneceres. Su obra, total, completa, lo que nos queda, lo que han publicado, a mi parecer y a pesar de que fue cortada de tajo en la madurez precisa y en esa edad –cortos 45 años– en donde parece que la palabra se adapta mejor a lo que dice nuestra cabeza, nuestra alma y nuestro corazón; a mi parecer es esencial y con la fuerza suficiente para estremecernos el alma.

    Autor: Eynard Menéndez

    Eynard_ Perfil Casi literalEl domingo 15 de mayo de 2016, José Luis de León Díaz, mejor conocido como Luis de Lión –maestro, dirigente magisterial, integrante del PGT (Partido Guatemalteco del Trabajo), idealista, crítico, escritor y poeta oriundo de San Juan del Obispo, aldea de Antigua Guatemala– cumplió 32 años de haber sido secuestrado y luego asesinado (sabemos que fue el 5 de junio del 1984) bajo el gobierno de Óscar Humberto Mejía Víctores, después de haber derrocado al tirano Efraín Ríos Montt, aunque hablando con el corazón en la mano, toda esa retahíla de militares fueron unos tiranos de primerísimo nivel.

    Luis de Lión nació el 19 de agosto de 1939 y apareció en el temible Diario Militar en 1999, cuando se dio a la luz la información de 183 personas asesinadas por el Estado entre 1983-1985 bajo el auspicio de Estados Unidos, el mismo Estados Unidos que apoyó la destitución de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti –nada más lo menciono para estar atentos–. Pues bien, en este horroroso Diario Militar, Luis de Lión se encontraba bajo el número 135, el seudónimo Gómez y perteneciente al Órgano Medio del PGT, indicando que lo capturaron a las 17:00 horas en la 2da. Avenida y 11 Calle de la zona 1 de la capital guatemalteca. Hasta la fecha su cuerpo nunca ha sido encontrado.

    Luis de Lión, el inventor, el malabarista, el rey, el que habla de cielos, de pájaros, de volcanes, de ríos, de infiernos y vírgenes, de perros, de gallinas, de campanas, de borrachos, de fuego y viento («primero fue el viento…»), de niños y de poesía, y de amor y de amaneceres. Su obra, total, completa, lo que nos queda, lo que han publicado, a mi parecer y a pesar de que fue cortada de tajo en la madurez precisa y en esa edad –cortos 45 años– en donde parece que la palabra se adapta mejor a lo que dice nuestra cabeza, nuestra alma y nuestro corazón; a mi parecer es esencial y con la fuerza suficiente para estremecernos el alma.

    Desde la crudeza de Los zopilotes y Su segunda muerte; el baile palabraresco, los juegos eróticos, la verbalidad campechana y coloquial, la sensualidad y el trasiego de la Virgen Concha (la-una-en-sí-misma) (la que tenía la «felicidad eterna con el cielo que traía en las piernas») y la otra, la Virgen de la iglesia, la Ladina, la que todos adoraban, querían y deseaban, «la que solo es madera estéril» de El tiempo principia en Xibalbá; el «Ojo del Universo» y el «Tarzán de los monos» de La puerta del cielo y otras puertas; del retorno a la niñez con su selva de animales, flores y plantas, y el amor a flor de piel de los Poemas del volcán de agua y Poemas del volcán de fuego; del simpático libro infantil El libro de José y el genialísimo experimento del taller de poesía infantil que se publicó bajo el título de Una experiencia poética.

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