EL JUEGO DE LA SUERTE [Mi poema]
Silvina López Medin [Poeta sugerido]

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MI POEMA… de medio pelo

 

Yo soy un pescador con mala suerte,
después de tanto tiempo echar la caña
apenas si he cogido una migraña,
que suele condenar hasta la muerte
a aquel que le acompaña.

La suerte ¿acaso alguno la conoce?
se suele argumentar si es buena o mala,
si ruge, se desliza o si resbala,
buscando va dejando el menor roce
igual que hace una bala.

Moviendo a su dos piernas paso a paso,
que allí donde le place se detiene,
no escucha al que reclama ni se aviene
a hacer de lazarillo de un fracaso,
pues mando es el que él tiene.

Si alguno hay de ella goza no regala,
habrás de no hacer caso, desconfía,
¿la suerte? quien la tiene no la fía,
no admite parangón, nadie la iguala,
pues siempre desvaría.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Silvina López Medín

La luz se había cortado

Hablábamos boca arriba,
una conversación de campamento, de antes de dormir
hacía cuánto que la luz se había cortado y el frío
empezaba a filtrarse
bajo las puertas, corriente de aire
en las cosas que no encastran.
Hacía cuánto
no conversábamos así
el tono con que se planea un largo viaje,
voces que se deslizan, el sueño
cayéndonos encima con el dulce peso
de un edredón.
Hasta escuchar un beep
un motor
las cosas volviendo a encenderse.
De Excursión, inédito.

Al igual que ese cumpleaños nos presentamos tarde

Y cuando preguntamos por nuestra tía enferma,
una prima dijo: «Estaba cansada y se fue a dormir»,
debido a la forma en que miraba la esquina
donde una niña chupaba las últimas
entrañas de una vela, nos
dimos cuenta de que lo haríamos. nunca la veas de nuevo

Alguien hizo una alcoba con sus dedos.
Intentó volver a encender la llama que había soplado el viento,
alguien recogió pañuelos del piso
uno por uno,
alguien sostuvo una pluma y un papel,
pero no tenía tinta,
alguien dejó su pálido pintalabios en el borde. de un vaso,
alguien frotó el círculo que había dejado en la madera,
alguien miró el bosque y dijo: «Oh»,
cuando no había nada de
qué sorprenderse, antes de que
cualquier otra niña
saliera de su escondite debajo de la mesa. y con un solo tirón
del mantel
arrasó a la medida de estos gestos.

BREVE HISTORIA DE LOS TÍOS DEL NORTE

Destrozo sobre destrozo:
el asfalto, el viejo mercedes benz, los tíos adentro
todo chirría y ese árbol
creció demás, está estallando
la vereda
su sombra tapa todo,
parece un lapacho o una madre. De fondo siempre
ladridos, el perro años en el playroom
devoró muebles, fotos, un dedo
hay que gritar encima
para escucharse, disfónicos
salen al balcón en busca de felicidad, de un río
aunque no hay río no hay mar
hay raudal
agua que arrastra y rompe, y sigue la tormenta.

Pero si hay sol
barren las hojas
se apagan los ladridos
espían con largavistas a vecinas
un bretel, un escote, un lunar
de lejos no es falso
no se ve el polvo que recubre.
Abren baúles, visten
del tiempo de la madre
cuando había silencio, no perro
no árbol gigante
ropa que sobra o aprieta ¿duele?
leen juntos el final del cuento
donde todos así vestidos
fuera de tiempo
se tiran al mar
pero ya lo dije, acá no hay mar
no saben qué hacer con un final así.

me quedo en este umbral
escalón de piedra
así me senté a llorar un día
frente a una puerta roja
un desconocido me entregó un pañuelo de papel
dijo don’t
worry, it’s not 
worth it, no era el comienzo
de una conversación, siguió de largo y yo seguí
el pañuelo en las manos
al final deshecho
pequeños pedazos de papel
como los que mi padre se pegaba en el rostro
después de afeitarse
ahí donde hay una herida abierta hay
el riesgo de que algo se pegue
un papel o una frase,
it’s not worth it
ante la indefinición de un corte
lo primero que surge son
instrucciones
primeros auxilios
hace falta
tomar ciertos recaudos
apretar la herida es lo primero
acercar sus bordes
y apretar
según el tamaño
según su ubicación
sobre todo no pensar en el filo
en lo contundente
de esa imagen
la publicidad de hojas de afeitar
gillette, la acumulación de las t
triple hoja
un pelo que se corta y cae
y otro
y otro
decir al oído de quien padece
don’t worry, don’t worry
las palabras van
creando un ritmo que se acopla
a la respiración
debe ser eso dar aliento,
me pidieron que escribiera un prólogo no esto
un comienzo, no
algo anterior al comienzo
de un libro, nunca antes
escribí un prólogo, ante lo desconocido
uno se aferra a lo conocido
un escalón de piedra, una puerta roja
un manojo de imágenes
como los niños se aferran a cierta secuencia
baño comida sueño baño comida sueño
hoy
tengo la edad en que veía los cortes en tu rostro
hoy
me corté al afeitarme
padre, el tiempo
deja caer su gota
abrí la puerta
me senté en un escalón
un desconocido me habló en su lengua ajena don’t
worry pero era tu voz
y no era una instrucción
era un comienzo.

Pentimento

1.
Lo que no encaja
lo que suena a hoja rasgada es
hoja rasgada
y esos resquicios de luz
son bordes salvados
con cinta scotch,
y esta es una forma de desesperación
la uña que raspa
en busca de la punta.

2.
Hay una X que es la incógnita
que se despeja.

Hay otra que es una forma medida de tachar,
lo anterior asoma.

Y hay otra letra
que se repite en hipoxia asfixia anoxia, es decir
cuando no alcanza el aire. Ahora
es esto: algo que se acumula en los papeles
corta mi respiración.

3.
No hay tiempo
para esperar la transparencia que el tiempo da

miro manchones a trasluz
¿esto es una letra?
dudo de esas patas
de insecto que aún se agita,
el impulso es rematar.

4.
Un hombre. Una mujer. Una casa frente al lago.

Restos
del texto abandonado como esas piedras de la playa
que uno junta
y en el fondo sabe va a soltar.

5.
Cómo se construye sobre la tierra blanda
que deja el lago

esos troncos fueron pilotes
parecían tocar
la capa resistente del terreno,
una mujer se sienta en la madera, fuma
piensa escombros.

6.
¿Eso que escribís te pasó?

Shhh
no lleva a ninguna parte un lago
es más
es ciénaga
fondo que se hunde
no me deja hacer pie no me deja ir
como una boca
traga las palabras.

7.
Rasgar, rasgar.

8.
La cabeza sobre la tapa del escritorio
una imagen de reposo
si no fuera por este dedo que sigue
una veta de la madera,
lo que parece comenzar
a abrirse se cierra y sólo es
un punto de dolor
preciso como la incrustación de una astilla.

9.
Digo azul, que se vea
el agua del principio

no se sostiene el tono
esa mujer mete un pie en el lago
que se enturbia

como si alguien hubiera cavado un pozo para llenarlo de lo que cae al apretar un trapo

había escrito
y no había escrito más.

10.
La mujer en la orilla fuma
corre la cara
el viento le devuelve su humo.

11.
Una forma de darse ánimos, inventar
un episodio de bravura
como quien corta la maleza con el óxido
de un cuchillo en la mano

esa hoja contra el viento dice
déjate ir, déjate ir
no importa entonces
lo que se pierde: el filo
en los tallos
largos como letras que se tuercen
en el apuro en el afán de seguir
el envión.

12.
En esto hay algo artificial

decir la pareja frente al lago
o el vaso que se vuelca en el cuaderno
hace un agua negra.

13.
Antes, con el mínimo crujido de una rama
esa mujer hubiera construido una escena de regreso

ahora una rama que se quiebra
es una rama que se quiebra
pura repetición.

14.
Copio el gesto del pintor que inclina el cuerpo
cada vez más
abajo, hacia la tela
arroja esas gotas, él mismo
a punto de caer dentro del cuadro.

15.
La mujer en la orilla
palpa en su abrigo
el peso de unas piedras.

16.
El lago
contagia su quietud.

Si acá hubiera mar
haría lo que se hace frente al mar
acoplarme al movimiento
su forma
de eterna tachadura.

17.
No alcanza la anécdota, no alcanza
un hombre, una mujer, un lago
un trazo no alcanza
buscar hasta salirse de la lengua
quiero decir stroke
del golpe a la caricia
la escala se abre, el gesto se abre
no deja de ser contorno.

18.
Shhh, no vale el recurso
esto de unir fragmentos
con música incidental.

19.
Cada tanto se enciende una ínfima brasa
la mujer que fuma en la orilla
no se ve más
ha quedado tachada.

20.
Capa tras capa de pintura,
se vuelve
sobre lo mismo.

21.
¿Lo que escribís te pasó?

No poder decir
el lago de otra forma.

¿Lo que escribís te pasó?

Deformar el lago
volverlo laguna
cosa olvidada
vacío.

¿Lo que escribís te pasó?

Nadar es empujar el agua, así
se empujan las palabras
a otro ritmo, lo que queda
es ir hasta el fondo, uno aguanta
la respiración, para decir luego: ahí estuve
de eso se trata
un lago.
(de Esa sal en la lengua para decir manglar, Buenos Aires, Ediciones del Dock, 2014).

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Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

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Vivir es consumirse poco a pocoigual que hace…
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