Eugenio Frutos

Eugenio Frutos

En 1945 se producen dos hechos que marcan bien la doble orientación de Eugenio Frutos: publicó algunos poemas de un futuro libro titulado La sombra revelada —que nunca vio la luz en vida del autor— en el semanario Fantasía, a la vez que se doctoró en Filosofía por la Universidad de Madrid con una tesis titulada Las ideas filosóficas de Calderón como signo de su época, que, con algunas transformaciones, fue publicada en 1952 bajo el título de La filosofía de Calderón en sus autos sacramentales. De la familiaridad con las creaciones calderonianas surgió la única obra teatral del autor, escrita en verso y de acuerdo con los modelos del auto sacramental: Loa de los dones reales (1956). En 1957 apareció el poema en doce cantos titulado La viña destruida, concebido a raíz de la invasión de Hungría por las tropas soviéticas como réplica a Pablo Neruda. Poco después, el filólogo y el filósofo volvieron a unirse en una serie de ensayos críticos de gran hondura agrupados en el volumen Creación filosófica y creación poética (1958)En 1951, Frutos había obtenido por oposición la cátedra de Fundamentos de Filosofía e Historia de los Sistemas Filosóficos de la Universidad de Zaragoza, que desempeñó hasta su jubilación en 1973. Con este motivo, la Diputación Provincial publicó el volumen Poesía: Antología (1974), que, con prólogo de Francisco Ynduráin, reunía casi un centenar de composiciones, la mayoría inéditas, procedentes de cinco libros nunca publicados y cuyos títulos se indicaban por primera vez: Primeros versos, Evocación del estío, Otras evocaciones, Lo invisible Desde la bruma. La antología permite intuir la evolución de la poesía del autor, desde las tentativas vanguardistas de la década de 1920 hasta la lírica amorosa posterior y, por último, la poesía de raíz existencial que corona su trayectoria. Los problemas de salud que aquejaron al autor en sus últimos años le impidieron seguramente preparar de modo adecuado la recopilación de su obra de creación, que apareció en gran parte póstumamente. Los méritos docentes de Frutos y su extraordinaria laboriosidad fueron reconocidos con numerosas distinciones, como la Encomienda de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, la Encomienda de la Orden de Cisneros o el Premio San Jorge de la Diputación Provincial de Zaragoza

Inicio » Archivo de Eugenio Frutos