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He intentado entender todo en la vida
mas esa facultad ya la he perdido,
no tengo más paciencia, he desistido
hacerle una virtud de la indulgencia
y ser más comedido.
Este grupo de seres tan iguales,
de colores y tipos variopintos
donde algunos pretenden ser distintos
y le culpan al resto de sus males.
La paz es como el mar sin olas que insistente
se arrastra dulcemente nadando hasta la orilla,
es esa brisa suave que lame tu mejilla
y sientes que el amor te está tendiendo un puente
¡es una maravilla!.
La vida es laberinto de caminos,
pues varios se presentan al azar,
e ignoras que trayecto has de tomar.
Y llevan, diferentes, a destinos:
que sueles ignorar.
Mi mundo se alimenta de un incierto
prejuicio, de escribir y de versar.
A veces yo le saco a pasear
por la extrecha rendija de mi huerto
y empiezo allí a regar.
Un punto en el universo
en esta tela de araña,
yo una extraña musaraña
que no sabe hacer ni un verso.
Donde presumen de ser
mejores y diferentes...
Yo no soy gay, que yo lo sé, ¡qué pasa!
¿acaso es algo malo no ser gay?
tampoco yo he nacido para rey
y sigo aquí sin reino con mi guasa
pues soy hombre de ley.
Mañana, me digiste que mañana
me harías muy feliz
y yo con esa cara de aprendiz
lo quise comprender de buena gana
tu entente en buena lid.
De todos los placeres de la vida
hay uno primordial que es el comer,
comer mientras que pueda apetecer,
dejando hasta que el cuerpo te lo pida
ansioso, que hay que ver para creer.
Bendita seas tú, moderación,
bendita esa virtud, tus atributos,
que trucan al desprecio en compasión
juntando la bondad y la oración
honrando a la razón sin sustitutos.
Historias son de tiempos que se fueron,
sufridos, sin un halo de esperanza,
que hoy viene a colación con su tardanza,
de aquellos que no existen, se perdieron,
o en este devanar se entretuvieron
haciendo la mudanza.
Otra vez más, sufro en silencio. Otra
vez que presiento el desvarío. Río
por no llorar. Y es que hoy el frío
hace estragos, mi mente va y se empotra
entre un tiempo que fue, que ya no es mío.
Que amores hay, amigo, de tipos muy distintos,
de acuerdo al sentimiento, según su procedencia,
que surge de improviso, son sólo de apariencia,
matices y pelajes de signos variopintos,
sujetos a obediencia.
Un átomo es, molécula, una brizna,
la cosa diminuta y esmirriada
de un hombre pastoreando en la manada,
pavesa de una lumbre en que se tizna.
Parece fuera ayer cuando, inocentes,
jugábamos a moros y cristianos,
sin nada más que sueños en las manos,
ni manchas que ensuciaran nuestras mentes,...
Yo no soy lo que he querido
que yo nunca quise ser
ni un marqués ni un buen marino
ni un soldado tunecino
ni siquiera un portugués.
No creo fuera dios quien hizo al hombre,
y aún menos que naciera de la nada,
ni creo que él lo hiciera a mano alzada
y nunca yo creí, nadie se asombre,
que fue por un derecho de pernada.
Así es él, creyente, un descreído
que un día al terminarse la jornada
contempla con rubor no cree en nada
e ignora incluso aquí a qué ha venido,
si acaso es que se encuentra confundido...
