«Reflexión o meditación, es el proceso que permite pensar detenidamente en algo con la finalidad de sacar conclusiones».
Yo sé, no soy de aquí, que aquí la gente
se siente que es de aquí, de aquí se siente.
Yo no me siento de aquí, soy extraño,
que para ser nací de agua corriente
un reguero, un meandro, un accidente,
por no ser nunca fui ni de un rebaño...
Cuando yo era pequeño los poetas
con dedos de la mano se contaban,
a algunos muy famosos se estudiaban,
igual que se estudiaban los profetas
y a veces con fruición se recitaban.
¿De quién es el planeta? No es de nadie.
¿Por qué es que uno se siente de un terruño,
las guerras siempre llevan infortunio,
preciso es a la luz que el sol irradie?
Ahora que ya vislumbro nubarrones
me he decidido a tomar la vida en serio
sometiendo las bobadas a un asedio,
las mentiras, las verdades, las razones,
los argumentos de humildad bribones.
De paja es el adobe y las mentiras,
de espinas el rosal y el sentimiento,
un disparo furtivo es un lamento
y el pensar es papel al que tú estiras.
El mundo se me escapa. A mi me abruma.
Me siento tan inútil, tan pequeño
que pienso que no existo, que es un sueño,
un soplo de aire triste entre la bruma,
lo mismo que una astilla que es de un leño.
¿Quisiera conocer del pensamiento
cómo es por dentro el acto de pensar?
Si acaso hay un motor que mueve el viento
que en mi testa no para de rotar.
¡Curioso por demás, el hormiguero!
Contempla como avanzan las hormigas
absortas en fila india tras las migas
que ha olvidado indolente el panadero.
Que España es muy diversa, no lo dudes,
que cada terruño ha su idiosincrasia,
otra cuestión, si bueno es o desgracia
sentirte allí extranjero cuando acudes.
Por mucho que lo intentes, no consiento
deduzcas que yo soy un estrambote,
escueta, una laguna en el cogote,
una pulga que vuela ya sin viento.
No digo que esté bien o que esté mal,
que debas de pensar como yo pienso,
que puedas criticarme o echarme incienso,
me juzgues pues que soy un animal
al mal siempre propenso.
Guardeme yo el placer de la visita,
no quise intervenir, no dije nada,
discreto, mutis hice a la jornada,
callando mis ideas a la chita.
El negro de su piel, ¿quién lo ha pintado,
quien hizo sobre el blanco esa negrura,
acaso no lo hiciera un caradura,
o un dios el que se hubiera emborrachado
o un tipo con tonsura.
¿Principios? oiga amigo no me ofenda
pues sepa que político yo soy,
¿de dónde yo iba a estar en donde estoy
sin nada que arriesgar en la contienda?
si sigue usted así, sepa me voy.
Viajante de susurros, tienes alma
de padre espiritual
de un mundo en que destaca el carnaval
y en que de la quietud huye la calma.
No olvides que el humano es animal
con llagas que rezuman turbios posos
y sueños que padecen tormentosos.
Que lo mío no fue la poesía,
creo me equivoqué, digo lo siento,
pues yo no sé mentir y el sentimiento
hoy me impide decir lo que sentía.
El día en que descubra la palabra
el plus que de ella tiene hacer buen uso,
poniendo algún impuesto a quien la labra,
dejando sin valor las de en desuso.
Y luego dicen que la vida es corta.
Y luego dicen que el amor es ciego.
Y dicen ¿quién lo dice? lo que importa
cómo es y quién lo apaga cuando hay fuego.
