¿BEBER? YO NO BEBO [Mi poema]
Julián Cañizares Mata [Poeta sugerido]

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MI POEMA… de medio pelo

 

Beber, lo que es beber, nunca he bebido,
sabiendo que el beber no es conveniente,
beber, eso lo sabe mucha gente
convierte en un borracho empedernido
y acaba resbalando en la pendiente.

Pues quiero que se sepa, soy abstemio,
e incluso cuando voy con mis amigos
les pido no tomar y son testigos,
-no creo que por eso obtenga un premio-
mas pienso en la botella y los mendigos.

Si acaso alguna vez, como excepción,
me tomo una licencia ante un buen vino,
que el vino me convierte en adivino
así pudiera ser mi perdición,
mas bebo moderado y con buen tino.

Placer el que disfruto en el café
mejor con un chorrete, un carajillo,
¡un chorro nada más!, que ese chorrillo
le añade un plus al mismo, aquí doy fe,
y anima hasta a fumarse un canutillo.

Si un día, es un supuesto, hay una fiesta,
me inhibo mas no sé desentonar,
¡qué digo, si se ponen a cantar
o empiezan a chinchar con una apuesta!
capaz soy ya sin remo echarme al mar.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Julián Cañizares Mata

UN HIJO

Tuve un hijo y ya todo lo demás dejó de importarme.
Dejó de importarme el devenir de la poesía española.
Dejó de importarme la política nefasta y el olor a cruz.
Dejó de importarme estar o no estar, ser o no ser.
Incluso dejaron de importarme las sanciones fiscales.
Es posible que todo tenga una solución sin mí. Que
haya personas que actúen en mi nombre, y que mi yo
esté representado en un montón de yoes desconocidos.
Supongo que soy una persona que ha dejado de vivir
un yo contextualizado, para vivir un yo extraordinario.
Pocos campos han conseguido puertas. Pero eso, a mí,
ya no me importa. Porque tuve un hijo, y así vivo.

EL FUTURO DEL FUTURO

Por poner un ejemplo de hotel céntrico,
pero que no existe en realidad, el Asturias.
Guitarra y Guitarro acuden desde ciudades distintas
a ese hotel, de otra ciudad, a pasar el fin de semana.
Hasta aquí normal. No hay grandes aspavientos.
El precio no lo conozco, creo que eso no importa.
Un hotel tirando a viejo, una madera que predomina.
Durante dos noches, Guitarra y Guitarro, mientras duermen,
sueñan, y a la mañana siguiente, recién levantados,
escriben en una libreta sus respectivos sueños, con detalles,
todo lujo de detalles, hasta la extenuación.
Buscan un sueño coincidente.
En la calle del hotel pasea un montón de gente.
Madrid es la capital de España.
Los sueños no son sueños son, sino algo más.
Guitarra y Guitarro, cuando encuentren ese sueño,
vivirán juntos, y eso es hermosísimo, muy cercano.
¡Qué detalle de la naturaleza para con nosotros!

RÍOS

En este mundo de rozaduras, se lucen los ríos solos.
Ya no son azules, sino verdes, y rozan el terreno,
que puede ser un valle o una lateral del cielo,
rozando oportunamente porque así se gestiona todo.
En este mundo de rozaduras yo rozo con las manos,
con el bolígrafo. Y rozo cuando me he vuelto serio,
cuando he repudiado el interior de una ventana,
en tanto llueve en alguna parte, o un pájaro come.
Rozo mis pies en la playa y la playa me roza a mí,
y este empate técnico se aparece al mundo exterior.
En este mundo de rozaduras el resto sustituye lo que no ves,
un centro lleno de superficies que pueden ser cosas.
El pájaro que no vuela roza el aire, y el pájaro que vuela
también está rozando el aire con las alas que rozan
al pájaro, que me roza a mí cuando lo contemplo,
y que yo rozo lo que vive junto a mis perfiles.

CIELO

Los cielovistos no son iguales a los cielonovistos.
Carecen los cielovistos de la tragedia del noempre,
y los sentados no se confunden con los postprefijos.
Los sentados cielan y cielan y temen desaparecer,
ciélicamente, y estarecen en máximo de intro.
Huyen del cielonovisto como la pradera del tren.
Es la sensación el germen de la vida generada y luz,
y esa sensación deriva de las palabras del futuro,
como si cielar fuera una repleta despuesta de irs.
Los sentados dueñan con la paz, con la brisa raízica,
con la permanencia loable de las naturalezas propias,
cuando se alcanza, entre los síes bellos, el total.
(de La lealtadmantenimiento)

NIEBLA

un tumulto de razones en piedras dentro
de razones con piedras dentro de razones
dentro de las razones y las piedras
La niebla sola por tanto por tanto ella sola
encuadre puro Y los tumultos son tumultos
dentro de piedras más allá de ellas solas
sin razones con trayectoria con final
dentro de principio sin final
pobre niebla sin funcionamiento de tan
sólo niebla

SITIOS POR LA FE ENTERA

tantas preguntas como hielos que preguntan
tantas piedras como razonamientos lejanos ríos
inservibles apartamentos perdidos Segmentos
de naturaleza importada En algún acaso hay
niebla que no lo es Hay palabras que prometen
tal es la pregunta El dato de un viaje que no es
desde un tren que no habla Como un río viejo
e inservible Escribir desde la ocupación escasa
la ocupación de la razón vacía el permanecer
sin lado al lado de los sitios Por los sitios de los
sitios por la fe entera y las preguntas todas ellas
las preguntas las miradas de las preguntas
los signos reales de todas las mismas preguntas
la necesidad de contestar por supervivencia
(inéditos)

Breve historia de la democracia española

Yo te pegué una hostia.
Tú me pegaste una hostia.
Los dientes fundaron un partido político.

Un hijo

Tuve un hijo y ya todo lo demás dejó de importarme.
Dejó de importarme el devenir de la poesía española.
Dejó de importarme la política nefasta y el olor a cruz.
Dejó de importarme estar o no estar, ser o no ser.
Incluso dejaron de importarme las sanciones fiscales.
Es posible que todo tenga una solución sin mí. Que
haya personas que actúen en mi nombre, y que mi yo
esté representado en un montón de yoes desconocidos.
Supongo que soy una persona que ha dejado de vivir
un yo contextualizado, para vivir un yo extraordinario.
Pocos campos han conseguido puertas. Pero eso, a mí,
ya no me importa. Porque tuve un hijo, y así vivo.

Quince despertares

En la escuela, en el instituto, en la universidad.
Todos deberían escribir un poema de amor
para poder pasar de curso. Los profesores, también.
(Pero ellos para poder seguir siendo profesores).
Luego, esos poemas deberán ser guardados.
En un archivo municipal. En ese archivo habrá
palabras resguardadas del quicio de la violencia.
Todos pondrán leer sus poemas.
Una vez al año, irán con sus familias. Con amigos,
con ellos mismos. Y los leerán. Y no podrán
salir del poema sin haber visto qué sintieron
en aquel momento, cuando tuvieron que pensar
en el amor. Quizá no sirva para mucho.
Pero no se me ocurre otra idea mejor, menos mala,
de acabar con la violencia. Algo que sea perfecto.

Veintiún saludos

Me compré un icono bizantino.
Lo metí en la maleta, tomé el avión,
y volví a casa. Lo colgué
en la pared. Tres semanas más tarde,
se cayó al suelo.
(Cuando lo compré, la dependienta
me sonrió como si fuera su novio.
En la maleta, no sufrió ni el icono
ni el viaje.
Cuando tomé el avión,
me ayudaron a encontrar mi asiento.
Ya en casa comprobé que mi casa
tenía la justa medida para tener luz.)
Durante esas tres semanas,
fui a pasear y tuve setenta saludos,
doscientos pensamientos positivos,
cuatro intentos de saltar y saltar.
Pero cuando lo encontré en el suelo,
la violencia me dijo: eh, qué tal.
Y yo le dije: te estaba esperando,
pero no por ello estaba sufriendo.

Catorce fríos

Una vez, fui de camping. Dormí en una tienda
de campaña, y en pleno invierno me desperté
y salí de ella, al pleno invierno. Hacía mucho
frío, mucho frío. Estaba nevado, había un reno,
una rama caída por el peso de la nieve, y el aire
dolía dentro de los pulmones. Me pareció
que la naturaleza era violenta, y mi percepción
de ella no lo era. Al contrario: estaba bien,
estaba donde quería estar. ¿Quién quiere estar
en pleno frío, en plena nieve, en pleno reno?
¿Quién desea salir de una tienda de campaña
y sentir el frío por todas partes, y no saber
si ese frío se quitará un minuto después, o dos
años después; o quizá nunca; o quizá hace años?

Consecuencias

Las cosas no son lo que parecen.
Todo gira en torno a proyectar palabras.
Las palabras no deben dinero.
Se escuchan disparos en tu corazón.
Parece que hoy va a llover sin ganas.
Las ganas de inventar palabras viejas.
El código de enamorarse está roto.
La contraseña es de un solo grito.
Dicen que va a llover y no lo parece.
La soledad es eso que nos acompaña.
Los dibujos de un sobrino la matan.
Dejo de inventarme causas.
Quiero estar debajo de un árbol ruso.
Las corrientes marinas me acorralan.
Fundan ciudades dentro de los pueblos.
Los disparos también se disculpan.
Las cosas no son lo que parecen.
Es tiempo de amar sin consecuencias.
El futuro es una metáfora de bosque.
Una proyección de una rama rota.
Es tiempo de amar y de quererlo.

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Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

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Pues que Dios siempre da oportunidadescuando vuelva a…
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