y 3,062 POETAS Sugeridos e Invitados
1.Y EL PAPA SE MURIÓ [Poema del Editor]
2.José Enrique García [Poeta sugerido]

Textos aquí: 1. del Editor, 2. del Poeta sugerido y 3. del Invitado (opcional)
MI POEMA …de medio pelo
El Papa se murió. Y el mundo sigue.
El Papa se murió y aunque se crea
que aquel que la persigue la consigue,
el Papa fue un fracaso en la pelea,
inútil que él mendigue.
Que el Papa se murió. No le salvaron
los rezos y plegarias de sus fieles
ni el mismo Dios librara de esas hieles
y el cuerpo hecho girones lo enterraron
con miles de oropeles.
Que el Papa se murió. Y unos le lloran
con lágrimas que son de cocodrilo,
y hay otros siempre fieles a su estilo
que le aman y presumen que le adoran
mostrando estar en vilo.
El Papa se murió. La diferencia
con otro que muriera hoy indigente
se basa en que a él rezara mucha gente
y al otro que es un preso de conciencia
nadie hay que lo lamente.
Que el Papa se murió. Descanse en paz.
Muy pronto ya verán que habrá otro Papa.
La vida es una moto que derrapa
y avanza siempre a gran velocidad
y al fin, sin más, te atrapa.
©donaciano bueno
MI POETA SUGERIDO: José Enrique García
Una muestra de sus poemas:
TEOREMA
En el silencio
Hay un espacio
Que no lo ocupa nada.
En el espacio
Esta la nada como un huésped
Perpetuo de la casa.
Y más allá
De la nada y del espacio
Nosotros
Hacemos el espacio y la nada.
REVELACIÓN
He llegado hasta aquí, estoy en este puedo
Que alguna vez vi en sueños
Juntos a mí se reúnen los días y los caminos.
Que no tuve tiempo de vencer
Una mujer detrás de una ventana
Presiente mi caída.
No puedo ya con este cuerpo
Este final que está al comienzo,
Sin saberlo, me fueron tejiendo
Con los días.
Hay quien, en algún lugar,
Que aguarda para darme el golpe último,
Un muro de miradas, que no veo,
Me rodea por dentro,
Todas las manos terminan por cerrarse.
Repetición
El día termina envejeciendo
y enterrándose, sin dejar nada
como todos.
Y nosotros, habitantes de ese mismo día
lo recibimos en el mismo sitio,
con el mismo traje
y el saludo hecho de antemano.
Tiendo a lo lejos la mirada
busco,
más bien rebusco en derredor,
medito excusas para obviar el día,
trato de volcar la luz sobre la espera,
nada.
El día está como el primero.
Veinte y cuatro horas que levanto
mi brazo y mi palabra
y sólo este poema que termino
recuerdo y reconozco.
El otro
No lejos de mí, en mi persona,
sin escándalo, está naciendo un hombre.
Aquí mismo, en mis testarudos huesos
echa raíces este hombre,
y con la sangre de mi propio barro
se levanta.
Después, lejos de mí,
tomo el cuerpo que alimenté temprano;
se pone mi camisa,
sin permiso toma mis pantalones
y sin permiso también
abre aquella ventana para verse vestido.
Acaba por ponerse mis compañeros zapatos
y echar a andar conmigo y mis vestidos.
Ya muy lejos de mí, oigo cuando se aleja
alegre, muy alegre de saberse nacido…
Espero que se quede con todos mis cansancios.
Uno
Pasa un hombre,
me lleva dos pasos de camino.
Uno viene detrás perdiendo igual distancia.
No sé a cual hablarle,
distantes están de mí
que ya veo inútiles mis voces.
Me detengo,
dejo que me dé alcance el rezagado,
espero que me lleve despacio.
Es tan difícil forzar la compañía
en esta ciudad de tantos espacios ocupados;
que decido volver hecho pedazos
al centro de mi origen.
EcuRed







