CANTOS DE SIRENA [Mi poema]
Fermina Ponce [Poeta sugerido]
Fermina Ponce [Poeta sugerido]
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MI POEMA…de medio pelo
Suenan cantos de sirena.
Por la alameda del río
va caminando una pena
con su sombra a su albedrío.
Mira el terreno baldío
que hay al lado allí y se siente
feliz como un afluente
de la escarcha en el estío.
La pena con su amorío
tiene otra cuenta pendiente.
Me dijo una rosa un día:
por mucho que me cortejes
y que finjas alegría,
ni grites con que me dejes,
podrás disfrutar mi amor,
que una flor es una flor
que a muchos causa rubor
y tú un simple ser humano,
poco más que un vil gusano
no tienes color ni olor.
Yo corte un árbol un día
y luego lo lamenté,
nunca descubrí el por qué
el árbol se resistía.
Si la parcela era mía
y fui yo el que le cuidé
quién debe decirme que
derecho yo no tenía
a hacer lo que pretendía,
el mismo que lo planté.
©donaciano bueno
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Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Fermina Ponce
ESPACIO
Esta noche más que nunca
necesito un espacio
tuyo y mío,
donde las letras entre líneas
sean escritas en secreto,
donde las pasiones más intensas
caminen sutilmente,
donde los pensamientos
imprudentes
seduzcan al sinsentido.
Esta noche más que nunca
necesitas un espacio
tuyo y mío,
donde conocernos
poco a poco
sea un juego de estrategias,
donde descubrir el día a día
sea el rompecabezas más sensato,
donde la música se constituya en la cadencia perfecta
entre tu piel y la mía.
Esta noche más que nunca
necesitamos un espacio
tuyo y mío,
donde amarnos sea más simple
que extrañarnos de esta manera.
RESPIRO
Mi alma se vuelve alba cuando llegas
el brillo de tus dedos cuenta los destellos de mi voz
r e s p i r o
el ocaso maduro canta con el fin del día
un enunciado parece parábola
insoslayable
se adentra al rincón de mi costilla y me hinco sin defensa
cuando te amo
. ser de mi luna ensimismada
r e s p i r o
la divinidad de la noche
en medio de un rosario de besos
en la omnipresencia de tus palabras
. sin conjugar
balbuceándome la mirada
en tu ángel dormido sobre mi regazo
en cada mezcla de aire
r e s p i r o.
De “Se llamará piedra” (Sudaquia editorial, 2021)
Un vestido de remiendos
Con mi vestido de remiendos color piel,
único,
tan Vogue,
tan Lady Gaga,
tan ridículamente doloroso,
implacablemente “trendy”
y es.
Con mi vestido de remiendos por aquello del “I’m sorry”.
¿Después de cada bofetada en el alma,
del rasguño imperceptible en el comedor,
por esa permisiva sociedad que amansó mi animal salvaje,
por esa manera de ser amada tan perfecta,
de su espacio con mi espacio no se mezclan,
de mi forma con su forma no conjugan, pero todo está muy bien?
¡Qué vestido tan bonito!
Cubre las batallas perdidas y ganadas,
en la arena o en la cama,
las salidas,
las llegadas,
el café frío en la mañana,
el beso en la frente,
ese “what the fuck is wrong with you?” en silencio
pero esa noche quiere hacerme el amor.
Me visto de remiendos,
parezco un mar tranquilo
y muero de desamor.
Mar
Dura tengo esta piel,
parece cuero tallado,
ya no sangra,
se ha oscurecido a punta de caracolas,
las calaveras silban en cada ola,
y la marca del fuego ya no deja cicatriz.
(Del poemario Mar de (L)una 2017. Premio ILBA 2018.)
Poema XXXII
A ellos.
Soy la amante de Frida,
de James Joyce,
de los besos nocturnos de Lorca y su luna,
de Picasso en las sábanas que no vio con ella,
de los versos que me invento en cauce,
de los pulsos que se agitan, mientras respiro en tu ausencia,
ese hombre inmortalizado en la Plaza Nouvel,
Soy la amante de las violetas sentadas en tu ventana,
del ángel sin mi nombre que se parece al mío,
de las rosas amarillas que les dio vergüenza seguir siendo mariposas,
de tu tatuaje que aún no llega.
Soy mi amante,
amante de tu nombre en mi boca,
de mi flor polinizada,
de tu tallo color ámbar,
del gemido naranja,
del invierno que no cesa,
soy mi amante.
Poema XXXVIII
“(…) Y desearías ser poeta; y desearías ser amante”.
Virginia Woolf.
El otoño tiene ese olor de deshojarse tan deprisa,
de dejar caer su peso uno a uno sin importar la ruta,
de inventarse un vestido marrón para cubrirse del frío, de arrojarse sin aviso sutilmente,
como un baile improvisado a tres tiempos.
El otoño tiene esa caricia con sabor a madera dulce en los pies descalzos,
de tus dedos enredados en mi pelo,
de silencios con los pechos erguidos que dicen tanto,
de ventanas entreabiertas hasta el amanecer.
El otoño tiene esa cordura disonante,
ese respiro de cambio de tercio,
de “llegaré pronto”, “duraré poco”
y “me extrañarás siempre”.
(Del poemario Poemas SIN NOMBRE 2019.)