«Quimérico, fingido, que no tiene realidad y consiste solo en la imaginación, relacionado con la fantasía».
Yo sólo soy un hombre, que no es poco,
-que un hombre en estos tiempos no es cualquiera-,
un perro que se encuentra sin perrera,
hundido por la culpa de un sofoco
que vino a deslizarse en su pernera.
Y un día dije adios, lo juraría
que un día dije adios, no importa cuando.
En aguas movedizas naufragando.
Si no fuera verdad no lo diría.
Al lado de la acera está la orilla,
que siempre anda mirando allí al que pasa,
así que, algunas veces, sea escasa
se muestre adormecida en la mirilla
que al firme le repasa.
Libremos el planeta
de olores, malolientes, perniciosos,
llevando hasta la meta
los suaves y olorosos
que solo del amor sean viciosos.
Hablo hoy de ti, de mí, de lo que pasa,
del día en que tú y yo nos conocimos,
de aquellas experiencias que vivimos,
del fuego que abrasó y que ya no abrasa,
los besos que nos dimos.
A veces sabes bien que no interesa
meterte en un proyecto empresarial
pensando en la conciencia lo que pesa
si luego en vez de bien te sale mal.
Al ritmo del tun-tún baila un bolero
la noche cuando asoma allí la luna,
escaso de belleza y de fortuna
sin nadie que le ofrezca un asidero.
No te llamas Adela, sin embargo,
permíteme que aquí te llame Adela,
la que un día sacó de su letargo,
a este corto aprendiz de pelo largo
haciéndole clavar luego su espuela.
Que el hombre siempre nace con sus sombra,
se tumba si él se tumba y no se asombra,
y así que lo quisiera no despega,
pues siempre le persigue y siempre llega.
Es doble el que se acuesta en una alfombra.
Te busco tiempo, ayer, te busco en vano,
no dejo de buscarte y me arrodillo
mas sé que ya no estás, que eres tan pillo
que nunca he de alcanzarte con mi mano.
Mañana, me digiste que mañana
me harías muy feliz
y yo con esa cara de aprendiz
lo quise comprender de buena gana
tu entente en buena lid.
Yo he sido cocinero antes que fraile
soñando con estrellas Michelín,
viviendo como un chino Mandarín
y he sido pagafantas de algún baile.
y okupa en la batalla San Quintín.
"Pensar en valencià" dice un letrero,
pensar, mejor pensar, eso sería
sin nadie que le ponga ningún pero,
que puestos elegir coja el sombrero
optando al que más sombra le daría.
De todos los placeres de la vida
hay uno primordial que es el comer,
comer mientras que pueda apetecer,
dejando hasta que el cuerpo te lo pida
ansioso, que hay que ver para creer.
No crean, que es ejemplo de un tipejo
que trepa siempre andando resentido,
pues él aunque aun es joven ya es un viejo
y sigue de iletrado empedernido.
Amanece desnuda la mañana,
el sol va despuntando lentamente
a su albedrío, del rio la corriente
se va desmelenando con galbana,
del chopo una hoja vuela disidente.
Mis versos llevan música en la sangre
oculta entre el reflujo de sus venas,
que a veces van quitándome las penas
y hay otras en que muestran su raigambre
mas todas para mi son mis condenas.
Abril. Sé que era abril.
Yo supe que era abril porque las flores
sin rubor se mostraban vanidosas.
No me digas que no, pues que las rosas
no sabrían mentir. ....
