1.AQUÍ NO PASA NADA [Poema del Editor]
2.José Tomás de Cuéllar [Poeta sugerido]

Textos aquí: 1. del Editor, 2. del Poeta sugerido y 3. del Invitado (opcional)

MI POEMA… de medio pelo

 

Aquí todo está en paz, todo tranquilo,
aquí no pasa nadie, pasa nada,
el único en pasar que tiene en vilo
es eso tan vulgar, coronavilo,
con ganas ya de darle una patada.

Estamos encerrados sin remedio
trayendo a mal traer, maldito bicho.
En vez de haberse puesto él entremedio
inútil de librase de su asedio
debiéramos ponerle en entredicho.

Pues me ha tocado a mí, quién lo diría,
después de haber vivido tantos años,
buscando con ganar la lotería.
Se mueve sin pensar que contraría
haciéndose pasar con sus engaños.

Que aquí todo está en calma, ni una mosca,
se mueve en el lugar, que están de luto.
La vida es de rutina, es una rosca
que enrolla, desenrolla y que se enrosca
y suelta a cada paso un mal esputo.

El día que esto acabe, si es que acaba,
podamos ya gozar del aire puro
habremos de dudar si fue un conjuro,
que vino a demostrar el que mandaba
que en esto de sufrir se fuma un puro.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  José Tomás de Cuéllar

El primer beso

DE Dios el sumo poder
Y de su alto amor en nombre,
Formó en el Edén al hombre
Y enseguida á la mujer.

Al ver él tanta hermosura,
Y al ver ella tanto ardor,
Sorprendieron al amor
Bajando desde la altura.

Y los tres en el exceso
De placer tan sin segundo.
Hicieron temblar al mundo
Al eco del primer beso.

Lazos de amor

YO creo que se ama en la otra vida
Lo que amamos aquí.
Comprendo que allá hay almas que me esperan
Mientras puedo morir.
Atravieso sufriendo y esperando
Esta vida infeliz
Porque los lazos que rompió la muerte
Se volverán á unir.
¡Ah, si el morirme fuera, oh madre mía!
No verte allá jamás… ¡Que horrible trance
Fuera entonces morir!

Tu mirada

VOY vagando perdido en el espacio,
Sin rumbo, indiferente á cuanto veo;
Como esas aves que en la mar errantes
Surcan el viento.

Enmudezco en las horas de tu ausencia
Como en la paz del triste cementerio;
Como la rota, abandonada lira
Del bardo muerto.

Pero apenas me fijas tu mirada,
Donde la vida y la ventura encuentro,
Soy un rayo de amor que raudo cruza
Al través de tus ojos hasta el cielo.

Los ojos azules

TIENE el azul divino de tu ojos
El diáfano color
De las flotantes gasas de los aires
Bajo la luz del sol.

Tienen la transparencia del zafiro
Que deja percibir de tu alma ardiente
El fuego del amor.

Tienen ese matíz del mar en calma
Cuando lo baña el argentado lampo
Del matutino albor.
Son aire, luz y mar; amor y cielo
Más hermosos que el mar y que el amor,
Más hermosos que el cielo…. El cielo es uno
Y tus ojos son dos.

El viento de la noche

OYES? Ya baja á nuestro espacio umbrío
De las etéreas salas
El viento de la noche rudo y frío
Rasgando nubes con sus negras alas.

Oyes? Como rumor de tristes voces….
Ecos de llanto, vuelos de suspiros….
Como tropel de ayes…. Como voces
De incomprensibles y volubles jiros….

Es que el viento recoje con empeño
Escorias de dolor, restos de llanto,
En la hora del sueño,
En que por bien de Dios se olvida tanto.

Es que el viento, divino mensajero
De la morada pía,
Barre el valle de lágrimas entero;
Pues si la aurora del risueño día
Viera tanta miseria…. No saldría.

Soledad del alma

YA moribundo el sol en occidente
Derrama sus postreros resplandores,
Dobléganse los tallos de las flores,
Cesa el rumor de la sonora fuente.

Suben en tanto allá por el Oriente
En confuso tropel negros vapores,
Y entre los altos juncos cimbradores,
Zumba medroso el huracán potente.

Cubre el zenít un velo funerario,
Hondo suspiro de dolor resuena;
Que al hombre que en el Gólgota se inmola

Envuelven en blanquísimo sudario,
Y la Madre de Dios de duelo llena
Queda al pié de la cruz postrada y sola.

Las nubes (Cuéllar)

NUBES flotantes, húmedos vapores,
Viajeras incansables del espacio,
Que vestís los colores
Del rubí, del zafír y del topacio!
Veros me place; el sol os ilumina
Y le tendeis magnífica cortina.

¡Las nubes! silenciosas mensajeras
De las azules cóncavas alturas,
Que destendeis vistosas
En el éter flotantes colgaduras;
¡Oh! ¡cuánto goza el corazón si miro
Vuestro voluble é incesante giro!

MI POETA INVITADA: Maya Chález

El alma entre fronteras

Ahora sufres corazón, tu terco empeño,
ignoraste la voz que te advertía,
que el amor, a veces, es un sueño,
y la realidad, fría y sombría.
Es hora corazón de aceptar
que el amor también se ha equivocado.
En la penumbra, tu luz se ha apagado,
y hoy ni quisiera anhelas despertar.
Te dije, corazón, que era fugaz,
ese romance que anhelabas eficaz,
pero ignoraste mi voz y la razón.
Te dije, alma inquieta, no te entregues,
a un efímero amor que no se entrega,
más insististe en crear anhelos falsos.
Ahora enfrenta, corazón, la realidad,
se disuelve el lazo, cruel verdad,
olvídalo, que nunca te ha querido.
Te derrumbas en la penumbra de la noche,
entre sollozos el alma es un río
de un corazón herido y afligido.

Por más días azules

Que cada día puedas sonreír,
que cada día sueñes,
crezcas,
te levantes,
te perdones,
te encuentres.
Que cada día agites las ilusiones de tu alma,
que cada día desaceleres tus pasos,
descuides las tristezas,
destrabes los caminos,
y se estacionen los frutos
en la puerta de tu casa.

Bio de autores en esta página

"No están todos los que son pero son todos los que están."

  • : Autor invitado

    “Dicen que en la adolescencia yo quería ser poeta” recuerda Maya Chález, poco después de haber sido galardonada por la editorial Mundus Artium Press como la poeta del año 2024. 

    A los 10 años escribió sus primeros relatos, pero no contó con apoyo. A los 16 redactó poesía, sin embargo hubo una pausa. Fue hasta la vida adulta que retomó lo que nunca le fue desconocido, la literatura.“Es increíble cómo los sueños no se olvidan” articula la autora.

    Ver entradas Bueno Diez
  • Nació en 1830 y murió en 1894 en la Ciudad de México. Novelista y dramaturgo. Uno de los más destacados costumbristas mexicanos. Fue también pintor, periodista y diplomático. Participó en la defensa del Castillo de Chapultepec contra los norteamericanos. De 1889 a 1892 se edita en Barcelona y Santander, en 24 volúmenes, la serie completa de la Linterna mágica, con prólogo de Guillermo Prieto. 

    Notas: La primera edición de Ensalada de pollos se publicó en la Ilustración Potosina. Fuente

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