1.COPIAR NO ES PERMITIDO [Poema del Editor]
2.José Ángel Valente [Poeta sugerido]

Textos aquí: 1. del Editor, 2. del Poeta sugerido y 3. del Invitado (opcional)

MI POEMA… de medio pelo

 

Escribir cada día es un suplicio,
escribir cada día es placentero,
la forma de sacarte a ti de quicio,
dejando a tu relajo sin resquicio,
igual que un pordiosero.

¿Escribir para quién?, para ti mismo,
haciendo dejación de otros placeres,
lanzando tu esperanza hacia el abismo
consciente que lo tuyo es ateísmo,
no tienes tal poderes.

Mejor copiar. ¡Copiar no es permitido!
¡Copiar es actuar cual sanguijuela!
Robándole al que mucho habrá leído
su esfuerzo para luego haber reído
clavándole la espuela.

¿Plagiar?, delito, es falso, es un engaño.
Quien plagia es que no tiene sentimientos,
no encuentra en dios perdón, es un apaño,
que a aquel al que es honesto le hace daño,
sin su consentimiento.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  José Ángel Valente

El crimen

Hoy he amanecido
como siempre, pero
con un cuchillo
en el pecho. Ignoro
quién ha sido,
y también los posibles
móviles del delito.

Estoy aquí
tendido
y pesa vertical
el frío.

La noticia se divulga
con relativo sigilo.

El doctor estuvo brillante, pero
el interrogatorio ha sido
confuso. El hecho
carece de testigos.
(Llamada de portera,
dijo
que el muerto no tenía
antecedentes políticos.
Es una obsesión que la persigue
desde la muerte del marido.)

Por mi parte no tengo
nada que declarar.
Se busca al asesino;
sin embargo,
tal vez no hay asesino,
aunque se enrede así el final de la trama.

Sencillamente yazgo
aquí, con un cuchillo…
Oscila, pendular y
solemne, el frío.
No hay pruebas contra nadie. Nadie
ha consumado mi homicidio.

El temblor

La lluvia
como una lengua de prensiles musgos
parece recorrerme, buscarme la cerviz, bajar,
lamer el eje vertical,
contar el número de vértebras que me separan
de tu cuerpo ausente.

Busco ahora despacio con mi lengua
la demorada huella de tu lengua
hundida en mis salivas.

Bebo, te bebo
en las mansiones líquidas
del paladar
y en la humedad radiante de tus ingles,
mientras tu propia lengua me recorre
y baja,
retráctil y prensil, como la lengua
oscura de la lluvia.

La raíz del temblor llena tu boca,
tiembla, se vierte en ti
y canta germinal en tu garganta.

Materia

Convertir la palabra en la materia
donde lo que quisiéramos decir no pueda
penetrar más allá
de lo que la materia nos diría
si a ella, como un vientre,
delicado aplicásemos,
desnudo, blanco vientre,
delicado el oído para oír
el mar, el indistinto
rumor del mar, que más allá de ti,
el no nombrado amor, te engendra siempre.

Oda a la soledad

Ah soledad,
Mi vieja y sola compañera,
Salud.
Escúchame tú ahora
Cuando el amor
Como por negra magia de la mano izquierda
Cayó desde su cielo,
Cada vez más radiante, igual que lluvia
De pájaros quemados, apaleado hasta el quebranto, y quebrantaron
Al fin todos sus huesos,
Por una diosa adversa y amarilla
Y tú, oh alma,
Considera o medita cuántas veces
Hemos pecado en vano contra nadie
Y una vez más aquí fuimos juzgados,
Una vez más, oh dios, en el banquillo
De la infidelidad y las irreverencias.
Así pues, considera,
Considérate, oh alma,
Para que un día seas perdonada,
Mientras ahora escuchas impasible
O desasida al cabo
De tu mortal miseria
La caída infinita
De la sonata opus
Ciento veintiséis
De Mozart
Que apaga en tan insólita
Suspensión de los tiempos
La sucesiva imagen de tu culpa
Ah soledad,
Mi soledad amiga, lávame,
como a quien nace, en tus aguas australes
y pueda yo encontrarte,
descender de tu mano,
bajar en esta noche,
en esta noche séptuple del llanto,
los mismos siete círculos que guardan
en el centro del aire
tu recinto sellado.

Cuando el amor

Cuando el amor es gesto del amor y queda
vacío un signo solo.
Cuando está el leño en el hogar,
mas no la llama viva.
Cuando es el rito más que el hombre.
Cuando acaso empezamos
a repetir palabras que no pueden
conjurar lo perdido.
Cuando tú y yo estamos frente a frente
y una extensión desierta nos separa.
Cuando la noche cae.
Cuando nos damos
desesperadamente a la esperanza
de que solo el amor
abra tus labios a la luz del día.

MI POETA INVITADO:  Rodrigo Sancho Ferrrer

ESTACIONES

Un poema de Vaho.

Que el otoño fuera descosiendo
como cada año los árboles
uno ya lo imaginaba.

Falta, acaso, la otra parte.
De qué manera y por qué –cuál es su espera–
tejen y destejen las estaciones
los paisajes.

Qué decisión postergan,
a qué pretendientes engañan
cuando nadie mira por las noches.
A qué viene la nieve, la lluvia,
el viento que desenhebra las madejas.
Cómo de bello será ese infinito manto cuando esté terminado,
cómo de grande el amor
que alimenta
tanto esfuerzo.

Si, al consumarse,
será necesario también retrasar la aurora
de rosados dedos
para dar tiempo al mutuo reconocimiento.

Si, al pisar las hojas,
retrasa uno la llegada
o solo actúa
como una puntada más,
un extra sin importancia,
prescindible y pasajero.

Bio de autores en esta página

"No están todos los que son pero son todos los que están."

  • : Autor invitado

    Rodrigo Sancho Ferrer es un arquitecto, músico y poeta valenciano nacido en el pueblo de Canals en el año 1982. Estudió la carrera de Arquitectura en la Universidad Politécnica de Madrid y combina su trabajo en este sector con su pasión por la música y la poesía.

    Finalista del Premio Adonáis de poesía en el año 2013 por Los Paisajes, consiguió el reconocimiento del premio más antiguo en lengua castellana en el año 2015, con la obra Vaho, que sería publicada poco tiempo después.

    Ha sido galardonado además con el Premio Bárbara-Ansón de Narrativa Breve (2004) y el Premio de Relato Villa Iniesta (2014).

    Ver entradas Bueno Diez
  • José Ángel Valente (Orense, 1929-Ginebra, 2000) es uno de los poetas más importantes de la lírica hispánica contemporánea. Su obra poética se inició en 1955 con A modo de esperanza (premio Adonais), y concluyó póstumamente, pero en el mismo año de su muerte, con Fragmentos de un libro futuro, que obtuvo el premio Nacional de Poesía y que fue publicado por Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, editorial en la que apareció también, en 1998, una extensa selección de esta obra lírica, con el título de El fulgor. Antología poética (1953-1996). En dos recopilaciones, Punto cero y Material memoria, agrupó el conjunto de su obra poética hasta 1992. El fin de la edad de plata (1973) y Nueve enunciaciones (1982) reúnen su producción narrativa, a la que vino a sumarse, en 2014, Palais de Justice, editado por Galaxia Gutenberg. Por otra parte, Valente es autor, como crítico y ensayista, de Las palabras de la tribu (1971), Ensayo sobre Miguel de Molinos (1974), La piedra y el centro (1983) y Variaciones sobre el pájaro y la red (1991), a los que han seguido, ya póstumos, Elogio del calígrafo (2002) y La experiencia abisal (2004), estos dos últimos publicados por Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, que ha editado igualmente, en 2002, sus traducciones poéticas en Cuaderno de versiones y, en 2011, Diario anónimo, anotaciones de un diario vital e intelectual que Valente escribió desde 1959 hasta el año mismo de su muerte. En 2006 y 2008 se publicaron, respectivamente, los dos volúmenes de sus Obras completas, en edición a cargo de Andrés Sánchez Robayna, el mismo que, en 2018, se encargó de preparar un volumen de entrevistas realizadas al autor por diversos artistas y escritores, titulado El ángel de la creación, también publicado por Galaxia Gutenberg.

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[…] Entramos en la sombra partida, en la cópula de la noche con el dios que revienta en sus entrañas. Territorio. Interior con figuras. José Ángel Valente […]

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