MIS FACTURAS IMPAGADAS [Mi poema] Enrique Fernández Granados [Mi poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
Un día llegará que Hacienda quiera, Y así pondré el final a mi negocio Haré cuentas, diré, no me hice rico Y aunque buen siempre he sido pagador |
Comentario del autor sobre el poema: La vida es como un negocio. Dura lo que dura y al fin un día pone el cartel de se vende o se alquila. Nunca, Se traspasa.
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Enrique Fernández Granados
A una rosa
Pura, fragante, hermosa,
reina serás del blanco ramillete
de tiernas flores que mi fe le envía.
¡Cuánto envidio tu suerte, oh dulce rosa!
¡Nacer te cupo en venturoso día!
Llega, y al seno cándido que adoro,
donde serás de amor purpúrea enseña,
lleva de aroma el virginal tesoro
que la aurora al nacer te dió en exceso.
Mi amada en cambio te dará, risueña,
miel de sus labios al calor de un beso.
A unas violetas
Dulces violetas, como el cielo azules,
que cultiva la mano delicada
de aquella por quien lloro,
mis desdeñosa cuanto más la adoro!
Si, por ventura, unidas tiernamente,
ornáis de Laura el seno o la alba frente,
decidle mis dolores
y aplacaréis ¡oh flores!
de mi cruel adorada los enoJos ….
Pues ella debe amaros, cuando os dieron
su alma el aroma y el color sus ojosl
Desdén
Corté una blanca flor, de mi ternura
símbolo puro, y la ofrecí a mi dueño;
ella, con rudo ceño,
entre su mano, que la nieve imita,
cruel la oprime y aja su blancura ….
Lejos de sí la arroja, ioh ruego vano! ….
cayó al suelo marchita,
pero, al caer, le perfumó la mano.
¡Bebamos!
De pámpano y rosas
ceñid mi cabeza,
prorrumpa en acordes
la cítara griega,
y el vino, ese numen
que a todos alegra,
rebose en las copas
y aleje las penas!
Bebamos, amigos,
bebamos Sin tregua;
el vino difunde
ventura suprema.
Al Joven enciende,
soltura le presta,
sus frases inspira
y a un dios lo asemeja.
Bebiendo el anciano
recobra las fuerzas
y torna a ser Joven
le aman las bellas.
¡ El vino es la vida!
Bebamos sin tregua;
v un canto a Dionysos
levante el poeta!
Los fantasmas
el arte de olvidar comienza recordando
alúmbralos escúchalos una vez más
devuélveles un cuerpo
a tus fantasmas
esa demorada forma de decir adiós
a lo que fue y amaste y ha brillado
con su huella imperfecta pero firme
en el recuerdo de las cosas
que guardarías como un tesoro
hay que amarlos hasta que se vayan
mirarlos hasta que desaparezcan
oírlos hasta que el silencio
detenga al fin su corazón
herido todavía de palabras
pudieran ser a través de tu llegada algo que no se ha ido
del todo o un mendicante
amor que ha extraviado en alguna encrucijada
su camino de regreso
o solo cierta vieja luz
que por momentos vuelve
no huyas de ninguno
recuerda que todos como tú mismo están de paso
dales audiencia y justicia
con la misma dignidad que a los vivientes
pues si los ignoras
habitarán tus actos
porque también forjan los eslabones de tu miedo
déjalos alumbrarte desde su ausencia
acaso el itinerario de vivir
requiere presenciarlos
y ellos son la mitad de su belleza
y ten en cuenta que el arte de aprender
también comienza recordando.
La higuera
Creo que fueron los mejores años de mi vida
los que no comprendí
y sólo pasaron
aquel verano donde rompimos los frascos delicados
de la infancia
aquellos días de sol
donde guerreamos y caímos
llenos de música de ruedas
de sangre en las rodillas
ese lugar veloz
donde no éramos sino velocidad.
A LIDIA
¿Qué soy falso y aleve,
traidor y vil, y pérfido y malvado?
Y… ¿qué más? ¿Nada más te han declarado
los pétalos de nieve
de la cándida flor que has deshojado?
¿Que yo no tengo amor, que lo he fingido,
que Irene, diestra en la maldad me incita?
¿Que no te quiero, no, ni te he querido?…
¡Vaya una mentirosa margarita!
EL VINO DE LESBOS
Si queréis de mi lira
oír los sones,
dadme vino de Lesbos
que huele a flores.
Y si queréis que dulces
amores cante,
venga Lelia a mi lado
y el vino escancie.
Pero no en cinceladas
corintias copas,
¡porque el vino de Lesbos
se liba en rosas!
El Amor nos lo brinda,
y el que lo bebe,
¡arder en sacro fuego
feliz se siente!
Es suave como el néctar
que, en los festines
del Olimpo, Ganímedes
alegre sirve.
¡Que venga Lelia hermosa,
y sus hechizos
celebraré en mis cantos
bebiendo vino!
Veréis cómo la niña
si oye mis coplas,
me da vino de Lesbos,
pero en su boca…
¡Porque el vino de Lesbos
se liba en rosas!
En Invierno
Huyó la Primavera,
y el aterido Invierno
cubrió de pardas nubes
la bóveda del cielo.
La inquieta golondrina
dejó el nido desierto;
sus flores y sus frondas
los árboles perdieron.
¿No ves en la alta cumbre
de la montaña el hielo
brillar, del sol que muere
al último destello?
¡Qué triste está la tierra!
¡Todo está helado y yermo!
Como a un sueño de muerte
se entrega el universo! ….
Mas; no tema , bien mío,
rigores del invierno,
mientras la edad no extinga
de nuestro amor el fuego!