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»GARCILASO DE LA VEGA
Cuando me paro a contemplar mi estado
y a ver los pasos por do m’han traído,
hallo, según por do anduve perdido,
que a mayor mal pudiera haber llegado;

Cuando me paro a contemplar mi estado
y a ver los pasos por do m’han traído,
hallo, según por do anduve perdido,
que a mayor mal pudiera haber llegado;

Egregio, insigne, real, omnipresente,
cresta blanca, gallito de pelea
que escondes mil vivencias en tu vientre,
erguida la mirada siempre al frente
en que el mundo se mira y se recrea.

Al puente de ese río que, sin agua,
haciendo va de tripas corazón,
no alcanza a comprender por qué razón,
lo mismo que sucede con la fragua,
hoy todo va bailando en otro son.

La vida es muy bonita si la hacemos bonita.
En sí mismo la vida es un mero transitar
del punto “a” hasta el punto “b” de nuestra cita
llenando tú este tramo y así hasta terminar.

Me buscarás un día,
rebuscarás mis sueños
y encontrarás vacía
la caja de mis besos....

La tarde triste está y en su fiel en el ocaso,
entre escarpados montes el cielo se recrea
extendiendo su manto sutil en la marea
de ese horizonte de añil pintado al raso.

Dentro el susurro camina,
muros vestidos de blanco,
de ojos perdidos el llanto
en su faces se adivina.

Los ojos se cierran, luces que se apagan,
tras de los cristales de mis dos ventanas
diviso la lluvia, el cielo está en calma,
los miedos durmientes por la vega bajan.

Es tanto este cariño que te tengo,
que lamento no ser más expresivo,
diciéndote a quedarme sin aliento
lo mucho que te quiero y te he querido.

Comparo aquellos tiempos de miseria
después de que una guerra se acabara
cansados de luchar y de llorar,
sintiendo soy un mono en una feria,
sin sueños, sin un dios que los fundara,...

Aquellos olorosos perfumes de la infancia,
recuerdos concentrados de luz multicolor,
romeros y tomillos, jarales la fragancia
y tiernos arrumacos de madre con su amor.

La vida sin los sueños no sería nada,
pura monotonía,
¿lo mismo cada día?
¡que aburrimiento, qué putada!...

El tiempo pasado había y un día a Madrid volví,
y encontrarme yo creí, aquella villa de asuetos
rellenita de chulapas, chulos, catetos, paletos
que de provincias llegaban, de madera la maleta
vaciada de ropaje, pero de sueños repleta.
¡felices aquellos años, aquellos años sesenta!

Mústia figura de mirada triste
que en asfalto desliza cabizbajo
expulsado del cielo, escupitajo
que a inclemencias del tiempo se resiste.

Ahora estoy yo muy feliz,
mañana ya estaré triste,
¿será que soy bipolar?
¿o es que quizás el amar
a este menda se resiste?..

Como cada noche en la hora exacta de la brujería,
cuando el suave viento se torna en lamento y deja de sonar,
los frailes recitan el último verso del avemaría
en el claustro insigne de la sacra iglesia de "La Compañía"
me siento en mi cama, recojo mi mente y me pongo a soñar.

El tiempo ya pasó y ni la morriña
por mucho que lo intente ha de lograr
que vuelva de esa etapa a disfrutar
haciendo de su casa hoy su casiña
aquella que lindaba con la viña,
su lindo palomar.

Muy cerca de mi casa hay una escuela,
a veces cuando salgo a pasear
me paro y no me canso de mirar
los niños, la pelota y la candela
que meten con sus ansias al jugar.

Henchido aún de ilusión y de esperanza,
más cansado ya de tanto vapuleo,
de esta vida voy pasando y me recreo
en los placeres que a mi mente alcanza.

Qué ocurre a los políticos de izquierdas
que el día en que consiguen el poder
empiezan por principio ya a joder
soltando y ensuciando con sus mierdas.

Soy como el ave que lanza
raudo sus alas al viento,
cuando fracaso yo intento
seguir volando. Y presiento
que no hay experiencias malas,...

Ya no tiene en qué pensar, se ha secado su cerebro,
retorcido como enebro. Y en su largo caminar
va en sombras grises que avanzan y acompañan su penar
¡ay del que quiera encontrar su alma en este requiebro!